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lunes, 23 de agosto de 2021

Geroni Rosselló, LO CASTELL DE L'ARMONÍA.

LO CASTELL DE L'ARMONÍA.

(Á n'en Marian Aguiló.)

Dalt un puig coronat d'àrbres

Que domina monts y plans,

Hi ha el castell de les sèt torres,

De los sèt portals murats.


¡Qué n'es de hermosa la reyna

Que s'alberga en est palau!

¡Qué n'es la reyna de rica!

Y lo castell ¡qué n'es d'alt!


Lo merlet de mes amunt

Té la senyera onejant;

De drap n'es de plata fina,

Ab un sòl tot d'or brodat.


EL CASTILLO DE LA ARMONÍA.

(Á D. Mariano Aguiló.)

Señoreando montes y llanos, y sobre altísimo pico coronado de árboles copudos, descuella el castillo de las siete torres muradas.

¡Qué hermosa es la reina que se alberga en este alcázar! Qué rica, qué rica es la reina! y cuán elevado el castillo!

En la mas alta de sus almenas ondea un vistoso estandarte: de plata fina es su tela, un sol bordado en oro entre sus pliegues relumbra.


Lo Castell de l'Armonía

Li diuen los naturals,

Perque n'ixen suspirs dolsos,

En surten dolsos cantars.


Set donzelles té la reyna

Que sempre la córt li fan;

Y sèt gentils cavallers

Li guardan los set portals.


Elles son: Sabiduría,

Bellesa, Fe, Veritat,

Virtut, Puresa, Esperansa,

Totes sèt d'estirpe real.


Y los cavallers: Amor,

Enteniment elevat,

L'Entusiasme, lo Poder,

Enginy, Sentiment, Còr-franch.


Gran fama logra la reina

Per son parlar celestial,

Per axò son molts que l'aman,

Mes son pochs los estimats.


Venturós qui la pòt veurer

Sens lo vel que porta al cap;

Mes venturós si ella 'l mira;

Si sonriu ¡fortuna gran!


Castillo de la Armonía le apellidan los naturales, porque de sus muros encantados salen a todas horas dulcísimos suspiros, brotan melodiosos cantares.

Siete doncellas pulidas hacen siempre la corte a la reina: siete gallardos caballeros custodian las siete puertas del castillo.

Las doncellas se llaman: Sabiduría, Belleza, Fé, Verdad, Virtud, Pureza, Esperanza. Las siete son de régia estirpe.

Y los caballeros: Amor, Entendimiento levantado, Entusiasmo, Poder, Ingenio, Sentimiento, corazón- franco.

Por su habla celestial, gran fama se ha grangeado la reina; por esto muchos son los que la quieren, pero a pocos corresponde la bella esquiva.

Venturoso aquel que acierta a contemplarla cuando el velo que cubre su rostro no anochece su peregrina beldad. Mas venturoso si ella le mira. Afortunado del todo si le sonríe.


Molts n'hi pugen, molts n'hi pugen,

Molts, romeus, se n'hi han pujat;

Mes casi tots s'en devallan

De desdeny los còrs nafrats.


¿Quína llansa hi ha prou fina,

Que dels cavallers guardians

En los escuts no se rompia,

En los escuts de diamant!


¿Quína mirada hi ha tendra,

Quína paraula que bast

Pera guanyar les donzelles

Que guarda a la reyna fan?


Los qui s'hermosura han vista

Maravelles n'han contat,

Y el món sospés òu encare,

Ou l'èco de son parlar.


Sa veu es lo sò d'una arpa

Perdut de nit per l'espay;

Sa semblansa n'es lo sòl

Que té la mar per mirall.


Quant per maig mira la terra

Reverdexen tots los camps;

Mira el cèl en nit serena

Y romàn tot estrellat.


¡Cuántos trepan al castillo! ¡Cuántos trepan! Muchos peregrinos emprendieron animosos el áspero sendero. ¡Infelices! Ellos han bajado con la espina del desden clavada en sus corazones.

¿Qué lanza hay de tan bien templado acero que en los escudos de los siete caballeros guardianes no se quiebre? ¿no se quiebre en sus escudos de diamantes?

¿Qué miradas hay tan tiernas, qué palabras tan entrañables, que puedan avasallar el corazón de las siete doncellas?

Milagros de su hermosura, milagros que el mundo oye todavía lleno de asombro, han contado todos los que han tenido la suerte de verla.

Sonido es de arpa celeste su voz angelical, sonido de arpa que en la calma de la noche ondea por el espacio; su semejanza es el sol cuando en el anchuroso mar se espeja.

Miran sus dulcísimos ojos a la tierra en la estación de las flores, y los campos reverdecen: mira el cielo en noche serena, y las estrellas lo abrillantan en seguida.


Plòra la nit la rosada

Quant ella a dormir s'en vá;

L'aucéll canta, la flor s'òbri

Quant ella es vòl despertar.


¡Ó qué n'es de trista cosa

Estar d'ella enamorat,

Y rendirse a mitx camí

Del sender per on hi van!


- Pelegrí, bòn pelegrí,

Pelegrí del món cansat,

¿On t'en vás per estes penyes,

Camina caminarás?


- Jò m'en puig muntanya amunt,

Jo m'en vaig pelegrinant,

Ferit d'amor d'una reyna

Que sommíi des que som nat.


Jo vull que s'alé m'etsís,

Jo vull que s'alé m'abrás,

Y daré tota ma vida

Per morir dins son palau.


Sent que l'ánima illumina,

Que del còr les ales bat,

Y sent per tot sa presencia

Sens poderla veure may.


Cuando el sueño la rinde, vierte la noche lágrimas de rocío; las aves cantan, la flor se abre, cuando se despierta.

¡Triste, muy triste es estar de ella enamorado, y desmayar a medio camino del que a su palacio conduce!

- Peregrino, el buen peregrino, cansado ya de las asperezas del mundo ¿adónde vás por estas peñas, camina que caminarás? (1)

- Monte arriba, monte arriba; peregrino soy de celestes amores, herido el corazón por el amor de una reina que he visto flotar radiante en mis sueños infantiles.

Quiero que su aliento perfumado me hechize, quiero que su hálito de fuego me abrase, dar quiero toda mi vida para alcanzar la dicha de morir en su palacio.

Siento que se inunda el alma mia de gloriosa lumbre, que mi corazón aletea; por todas partes siento su presencia, y sin embargo no he podido verla jámas.


La sent dins la llum del cèl

Y dins los nuvols daurats,

Dins los bells colors del íris,

Dins la pluja, dins lo llamp.


Errant vá per los boscatjes,

Y puja per los penyals;

S'assèu dels rius a la vòra,

Passeja vergers y prats.


N'es lo suspir del ramatge,

N'es l'escuma de la mar,

N'es lo perfum de les roses,

N'es del rossinyol lo cant.


No hi ha res de béll, de noble,

En el món no hi ha res gran,

Ont lo seu alé no hi senta,

L'ardor de son foch sagrat.


Jo vull viure sols per ella,

Jo cantant vull espirar:

Vull que'm don la mà d'esposa,

Vull que l'ánima m'inflam'.


Animeta, llum de Deu,

Lo camí te cansará;

Deixa lo pes de ton còrs

Que t'en portas rossegant;


La siento en la luz del cielo, en las atornasoladas nubes, en los gayos colores del iris, en la lluvia que cae, en el rayo que estalla.


Errante va por los boscages umbrosos, subo por los peñascos, se asienta a la márgen de los ríos, pasea magestuosamente prados y vergeles.

Es el suspiro del ramage tembloroso, es la espuma del mar, es el aroma de las rosas, es el canto del ruiseñor.

Nada bello, nada noble, nada grande puede existir en el mundo, si no le vida su aliento inmortal, el ardor de su fuego sagrado.

Únicamente por ella quiero vivir; quiero espirar con dulces canciones en los labios; quiero que me dé la mano de esposa, quiero que el ánima me inflame.

¡Alma mia! Luz de Dios! El camino te fatigará. Suelta la carga molesta de ese cuerpo que a remolque llevas.


Aixampla tes ales blanques,

Pren ton vol fins allá dalt;

Colomet, volta la torre,

Volta y tórnala a voltar.


Deu te guart de los falcóns,

D'els espervérs y miláns,

De les fletxes de los vicis,

De los vicis Deu t'en guart.


Molts han de ser qu'envejosos

A ton cor li apunten l'arch,

Mes la fe será la forsa

Qu'en tes ales trobarás.


No hi haurá secrets per tú

Dins lo oscur del còr humá,

Ni tendrá el futur cap sombra,

Ni cap sombra lo pasat.


Cantarás lo bé del mon,

Plorarás del mon lo mal;

Colomet, volta la torre,

Volta y tórnala á voltar.


De la gòtica finestra

Poset demunt los pilars;

Pasa sales, pasa alcoves,

Pasa cambres de crestall.


Estiende tus níveas alas hacia las alturas sublimes; toma el vuelo, palomita, revolotea, revolotea al rededor de la torre.

Dios te libre de los halcones, de los gavilanes y milanos; de las flechas de los vicios, …. sobre todo de los vicios, Dios te libre.

Solo así el corazón humano descorrerá el velo de sus más recónditos secretos; ninguna sombra en lo venidero, ninguna sombra en lo pasado.

Envidiosos te sobrarán que asesten el arco contra tu corazón; pero una fuerza de lo alto dará empuje a tus alas, la Fé.

Cantarás el bien y las dichas del mundo, llorarás del mundo el mal; palomita voltea la torre, voltéala y vuelve otra vez a voltearla.

Pósate en los delicados pilares de la gótica ventana; pasa salas, pasa alcobas, pasa cámaras de cristal.


Si 't demanan sant y senya:

Poesía els respondrás.

¡Gloria á tots los qui s'en venen!-

Dolsa música 't dirá.


En lo jardí llavors entra,

Ahont ton ídol trobarás,

Y poset dalt el llorer,

Dalt el llorer inmortal,


Y arranca'n sols una fulla

Y ab ton béch la'm portarás,

Per la gloria d'un sol nòm

Que dins lo còr tinch tancat.


Si te piden santo y seña, Poesía contestarás.-

¡Gloria a todos los que de allí vienen! - te dirá una música dulce y deliciosa.

Entra en el jardín entonces, en donde encontrarás a tu ídolo; descansa a la sombra del laurel eterno, galardón de tus inmortales tareas;

Y arráncale una hoja tan solo y tráemela en tu pico, para la gloria de un solo nombre que en el sagrario de mi corazón tengo encerrado.

domingo, 17 de octubre de 2021

LA CAMPANA DE LA ALMUDAINA, DRAMA ORIGINAL DE DON JUAN PALOU Y COLL.

LA

CAMPANA DE LA ALMUDAINA,

DRAMA ORIGINAL DE

DON JUAN PALOU Y COLL.

I.

Isla dorada llaman a Mallorca sus naturales, y bien pudieran llamarla Isla de oro. Una sonrisa de Dios la hizo brotar llena de hermosura en medio de las aguas del Mediterráneo. La cobija con amor un cielo de azul claro, la orean aires puros y deleitables y sus entrañas dadivosas pagan con usura la solicitud del hombre.
En las cumbres de sus montañas altísimas crecen el romero, el boj, el tomillo, el lentisco, el brezo, el enebro y la alhucema, cual si quisiesen aromatizar de cerca el trono del Señor: más abajo se asientan y fortalecen espesos bosques de pinos y encinas; en las laderas los olivares hacen ostentación de su fruto bendecido, y en las faldas mil viñas, huertas y jardines lujosamente desplegan su pomposa ufanía. El marinero percibe desde lejos el olor suavísimo de los limoneros y naranjales que piadosas le traen las auras del mar. Corren por todas partes las aguas, ora sueltas y libres entre olmos y álamos blancos, ora aprisionadas en multitud de acequias toscas vestidas de yedra y musgo. El caserío de pueblos y aldeas, tan pronto se encarama desparramándose por los riscos y pendientes, cual bandada de palomas que hacen alto, como se ajunta y recoge en hondos valles a manera de ovejas que se apiñan a los gritos del pastor. El frecuente contraste que forman las magnificencias del cultivo con los horrores más sublimes de la naturaleza salvaje, da a los paisajes de la isla un carácter maravilloso de originalidad.
¿Qué mucho que trinen ruiseñores en un vergel tan floreciente y deleitoso?
¿Qué mucho que en tan poético país haya poetas de valía?

Rigurosa justicia es, y nada más, dar entre ellos el asiento de preferencia a uno de los restauradores más beneméritos del habla lemosina, Mariano Aguiló, que ha versificado siempre en este antiguo y glorioso idioma, en menoscabo de la extendida celebridad que merece, pero con singular provecho de sus propias concepciones. Digno rival, a veces, de Tomas Moore, deslumbra con la esplendidez de su fantasía exuberante, otras parece inspirado por la musa de Schiller; tal es la profunda intención de su lirismo y la magistral sobriedad que en sus baladas históricas y tradicionales resplandece. Quien haya leído Esperanza, Una visita a los muertos, El entendimiento y el amor, A un ciprés, A Dios, D. Alfonso de Castelnegro y las poquísimas composiciones poéticas que ha dado a luz aquel escritor, no encontrará ciertamente sobrado nuestro elogio. - José María Quadrado, que goza de indisputable nombradía en España como apologista católico, historiador y publicista, es entrañablemente patético en El último Rey de Mallorca, ideal y levantado en Aspiración, y revela gran fuerza dramática en Armadans y Españols. Los verdaderos amantes de las letras patrias deploran que ingenio de tanto valer no cultive la poesía con ahínco y constancia. - Tomás Aguiló, aleccionado tempranamente en la dura escuela del desengaño, toma por inspiración su quejumbroso aburrimiento y traduce en estrofas la flojedad y cansancio de su alma. Unas veces se entusiasma con las pueriles ilusiones de un amor petrarquista, otras imita con notable acierto, y no pocas se encumbra a muy altas esferas, circunstancia inconcebible en quien tiene a Renjifo por maestro. Paciente joyero del ritmo, infatigable buscón de consonantes difíciles y más disertador que poeta, ha sabido llorar con todas las reglas del arte y enardecerse sin soltar nunca las andaderas gramaticales. Debemos añadir, sin embargo, a fuer de justos, que algunas de sus Rimas varias y sus Baladas mallorquinas son joyas de subido quilate y felicísimas excepciones de la soñolienta monotonía que por lo general distingue sus composiciones. - Miguel Victoriano Amer no ha necesitado más que rimar los latidos de su corazón para encontrar en los ajenos dulce y tierna consonancia. Con dos alas de oro se eleva su musa a las regiones de luz; con la caridad y la esperanza. Sencillo, apacible, resignado, sus versos son, por decirlo así, la respiración tranquila de su alma. ¡Feliz quien la tiene tan hermosa con Miguel Victoriano! ¡Feliz quien, como él, no sabe cantar sin mirar el cielo, ni mirar el cielo sin cantar! - Las poesías de Gerónimo Rosselló se caracterizan por lo delicadas y primorosas. En sus Hojas y flores hay sonetos de admirable contextura, romances lindísimos, odas de robusta entonación y elegías llenas de sentimiento.
- Victoria Peña y Joaquín Fiol debieran dedicarse con empeño a la poesía. Dotada la una de bastante imaginación y de exquisita sensibilidad el otro, la modestia excesiva de sus pretensiones literarias les impide utilizar debidamente dotes de tan alto precio.

No hace mucho tiempo que el menos conocido de los poetas baleáricos era Don Juan Palou. Los celadores de la literatura mallorquina no se habían dignado extenderle pasaporte para el Parnaso. Su nombre era el de un simple mortal para aquellos semidioses. Ahora todos le conceden un puesto de honor en su olimpo. Ahora el deslumbrante resplandor de su gloria eclipsa las demás. Las nieblas del desdén y de la duda se han disipado. El drama de Palou se pasea triunfalmente por todos los teatros de España, con la tranquila seguridad del que ha hecho prisionera a la victoria. ¿Por qué La Campana de la Almudaina ha obtenido un éxito tan asombroso y universal?

Aparte de las dotes extraordinarias que lo avaloran, debe a circunstancias especialísimas la unanimidad, sin ejemplo, con que ha sido aplaudida. Para señalarlas no se necesita ser un fenómeno de sagacidad; basta conocer superficialmente los vicios radicales de que adolece la escuela dramática de más reciente boga (voga en el original) en el teatro español, y las necesidades estéticas que el público sentía cuando se puso en escena La Campana de la Almudaina.

El drama romántico se inauguró en España con una obra memorable que, siendo producto del espíritu más irresistible de imitación que en la literatura europea modernamente se ha enseñoreado, conserva un sello profundo de nacionalidad. Concepción tan original y grandiosa ha tenido una prole bastarda, en mengua de la escena española, nodriza de las demás en épocas de gloriosa recordación. Los mancomunados esfuerzos de la cultura social y del buen gusto lograron arrojar al crimen del teatro que cedió completamente el puesto al vicio cuya indulgente condición y dorado libertinaje le rodean siempre de simpatías. Más tarde, temeroso el drama de que su negra reputación la malquistase para siempre con la gente sesuda, determinó formalmente moralizar su conducta hasta entonces escandalosa, llevando a todo trance en la boca virtud y buena doctrina. Por fin, dando un paso más, ha lavado sus iniquidades con una confesión general en regla, ha entrado seriamente en negociaciones con Dios, y de sirena pecaminosa, se ha convertido en misionero apostólico.

Desde entonces su devoción edifica, fervor religioso le hace acreedor, en concepto de muchos, a la borla de doctor seráfico. ¡Oh milagros de la gracia! Algunos ascetas de quevedos y guante blanco, aspirando sin duda a los honores póstumos de la beatificación, ocupan nuestro teatro, y no está lejano el día en que veremos poner en escena Los diez mandamientos de la ley de Dios y Los cinco de la Iglesia, Los soliloquios de San Agustín, y El Flos Sanctorum por añadidura. ¿Y quién sabe si tendremos la fortuna de ver a la entrada de los teatros españoles una pila de agua bendita y de ganar, asistiendo a ellos, indulgencia plenaria?

Lejos, muy lejos estamos de ridiculizar la reacción saludable que ha sido la causa primordial de nuestro drama religioso; lo que conceptuamos absurdo es la forma

que actualmente se da a un impulso tan bello y regenerador. Cualidad esencial de las composiciones teatrales es la acción, no la oratoria. La moral debe brotar espontáneamente de la acción dramática, o mejor, flotar en ella como una celeste aureola. En las producciones a que aludimos acontece lo contrario. Su acción es nula o desaparece en un océano de disertaciones en verso asonantado, campanudas, huecas, interminables; y su moraleja o quod erat probandum, cuando no de falsa, peca de enojosamente trivial y se prepara, se anuncia, se discute, se motiva con impertinentísima minuciosidad. Por otra parte, ¿cuántas máximas heterodojas, cuántos desvaríos, cuántas blasfemias pueden escaparse a escritores de sospechosa piedad, cuya fé es puramente question d‘ argent, cuya bandera religiosa es una bandera mercantil!

Cansado el público español de no oír en el teatro más que sermones en romance destartalado, discreteo lírico, diálogos sempiternos y sentenciosas majaderías; mal hallado también desde mucho tiempo con las fechorías del melodrama que sólo acertaba a producirle ataques nerviosos; y sediento de verdaderas emociones, no pudo menos de acoger con frenético entusiasmo la obra de Palou que tan cumplidamente llenaba sus deseos. Acontecíale a este público, el más desorientado y acomodaticio de Europa, lo que a un catador que detesta tanto los licores azucarados y flojos que su mala estrella le depara, como las bebidas alcohólicas que sólo convienen a groseros y estragados paladares. El drama de Palou ha sido para él un vino generoso de exquisito sabor y fortaleza, igualmente distinto de los licorcillos ruines que despachan los flamantes evangelizadores del teatro, como de las repugnantes pociones melodramáticas.

Indicada esta circunstancia extrínseca que tan poderosamente ha contribuido al éxito extraordinario de La Campana de la Almudaina, examinemos ahora sus cualidades intrínsecas hasta donde alcance nuestro juicio inexperto y bisoño.

Palou, con no menos atrevimiento que fortuna, ha fundido en la producción que

nos ocupa, la historia, en el crisol de su poderosa fantasía, trasformándola a su antojo. Si tal ejemplo se generalizase, no sólo quedaría bruscamente anulado el drama histórico y rota la cadena de sus legitimas tradiciones, sino que popularizaríanse ideas falsas de las edades que fueron, acrecentándose más y más la desapoderada anarquía que reina en la actual escena española. Sin hablar de aquellos sublimes Ezequieles del arte, Shakespeare, Goëthe, Schiller y otros genios inmortales, cuyas creaciones son más verdaderas que la historia misma; Corneille, Racine y Voltaire que ajustaron sus concepciones imperecederas a principios convencionales y a una etiqueta dramática, ceremoniosa y glacial; Victorio Alfieri, que hizo cómplices a los tiempos pasados de su pasión demagógica у de su odio elocuente contra todas las tiranías; hasta los mismos melodramaturgos que han sido y son los falsificadores más descarados de la historia, nunca han variado radicalmente los sucesos ni creádolos a su sabor, por más que hayan desfigurado los caracteres que intentaban retratar. Palou, cuya alteza de juicio raya tan alto como su ilustración, no desconoce seguramente cuán perniciosa sería esta libertad, aunque con su drama la haya, en cierto modo, autorizado. Fútil de todo punto sería la excusa de que La Campana no lleva el título de drama histórico, pues, sabido es que: le nom ne fait rien a la chose.

En compensación de este defecto radical, la obra de Palou tiene un valor dramático a todas luces subido. Su cualidad predominante es aquella fuerza avara de sí misma que suele constituir el sello característico de la verdadera potencia intelectual. Tan genuina robustez artísticamente moderada por cierto instinto secreto y maravilloso, se armoniza en este drama con una delicadeza suave de sentir sobre manera exquisita. ¡Consorcio admirable que recuerda aquel panal de miel que encontró el más fuerte de los hebreos en la boca del león! En La Campana los caracteres se desarrollan con vigorosa espontaneidad, estalla el diálogo con reconcentrada energía, la palabra hierve sin soltar el freno a su expansivo impulso, y la acción camina con paso firme y seguro a su originalísimo desenlace. Imponderable es su mérito psicológico; si se atiende a la doble y complicada lucha que traban entre sí pasiones llevadas a su apogeo de exaltación y sentimientos intensísimos. Para aquilatar dote de tanta valía basta analizar ligeramente las dos grandes figuras fundamentales del drama: Doña Constanza y el gobernador Centellas. El carácter de la primera nos parece trazado con maestría y es sin duda uno de los más bellos que se han visto en la escena.

Hay un amor de amores inmenso, profundo, inagotable como las entrañas de la divina misericordia; esencia suya son la ternura y la fortaleza; lágrimas, abnegación y sacrificio perenne lo nutren, y también misteriosas venturas y alegrías inefables; todos los idiomas lo apellidan santo, y su símbolo inmortal está en el cielo.
¡Bendito sea el amor de madre! Este sentimiento llevado a su grado superlativo de tensión, señorea despóticamente el alma de la reina viuda. Su Jaime es a un tiempo para ella recuerdo vivo de su desventurado esposo y esperanza de la dinastía cuyas glorias y blasones cubre el luto con su gasa funeral. El ardiente deseo de contemplar a su hijo sentado algún día en el trono ensangrentado de sus mayores, infunde a Doña Constanza, sin igual heroísmo y bizarría, y da a su sentimiento maternal el portentoso alcance y tenacidad de la pasión. En este bellísimo carácter entran como elementos constitutivos su amor de madre, su orgullo de reina, su ambición de reina y de madre, y la ternura que siente por Isabel, hija adoptiva suya.

Centellas tiene el corazón labrado al fuego de una lealtad indomable. Pero el amor que le inspira una hija largos años buscada con afán, y cuyo inesperado encuentro coincide con el peligro terrible, inminente de perderla, si su lealtad no entra en vergonzosas capitulaciones, hace bambolear su berroqueño corazón con tremendas sacudidas. Por otra parte una irresistible simpatía mezclada de gratitud le atrae involuntariamente hacia Doña Constanza.

Esta, lucha a brazo partido con la voluntad del gobernador. Ora sagaz y astuta, ora radiante de centelladora energía, busca afanosamente en el corazón del aragonés la misma poderosa cuerda que en el suyo propio vibra, para socavar los cimientos de su constancia y poner su planta victoriosa sobre el cuello de su obstinada lealtad. ¡Qué sublime terror, cuando los dos llegan a tener pendientes las vidas de sus hijos idolatrados de la vibración de aquella campana cuya cuerda pasa alternativamente a sus manos crispadas!

El instinto de madre hace ver a Doña Constanza que, enardeciendo hasta el frenesí el cariño paternal de Centellas con la amenaza terrible de asesinarla él mismo si toca la campana, le vencerá sin remedio. Por esto da el golpe de gracia a la moribunda lealtad de Centellas gritando con voz aterradora:

¿No quieres? ¿No?

¡Pues bien, tocarela yo!
Movimiento de suprema exaltación, grito más de victoria que de lucha. Ninguna intención tiene de tocar aquella campana cuyo tañido llevaría la muerte al seno de su hijo. Lo único que quiere es acabar de una vez su triunfo haciendo estallar a pedazos el corazón de Centellas, bajo la presión de la más horrorosa angustia.

Sobre manera lógico nos parece este bellísimo carácter, circunstancia de incalculable mérito si se atiende a lo que suben en él de punto las pasiones que lo forman y animan. No brilla esta preciosa cualidad en el carácter de Centellas. ¿Cómo se comprende que este milagro de lealtad se crea irresponsable del crimen de traición que pesa sobre él en concepto de su soberano, por el abrazo de una hija que antes se conceptuaba capaz de sacrificar en el ara de su honor? Recuérdese aquel arranque salido del fondo de sus entrañas:

¡Si por azar

en ser traidor yo soñara,

la existencia me arrancara

por no volverlo a soñar.

::::::::::::::

Mas ved:

(Vuélvese de improviso y dice señalando el cuadro de mujer de la izquierda.)

Si ella respirara

y el fruto de nuestro amor,

en holocausto a mi honor,

conmigo las inmolara.

Estos rasgos, unidos a otros muchos, quedan desmentidos altamente con su conducta final. Por demás intenta justificarse con la frívola excusa formulada en estos versos:

Yo a mi rey no soy traidor:

¡mi rey es traidor a mí!
¿Qué noble de aquella época, en la que el monarca siempre tenía razón, hubiera juzgado la conducta de su soberano de potencia a potencia como lo hace el espejo de lealtad Centellas, que tan alto ha hecho sonar en el drama la suya?
Sentimos que haya escapado a la certera sagacidad de Palou, que, vista la frescura con que el gobernador se disculpa de lo que debía forzosamente ser en concepto suyo el mayor de los atentados posibles, las bellas expresiones con que blasona de su acrisolada fidelidad, se rebajaban al nivel de fanfarronadas. Los demás caracteres son de insignificante o nula importancia, menos el simpático Tornamira que en un sólo rasgo da a conocer su hidalga condición. Dice así: TORN. ¿Y le habéis curado? (a Centellas.)
CONST. ¡Sí! Y esta tarde a Palma torna.
TORN. ¿Y podrá reñir?

Qué hábito de sentir limpiamente, qué nobleza revela esta pregunta:
¿Y podrá reñir?

Un lirismo sobrio y de gran valía enaltece a La Campana. Recuérdese la admirable comparación del sol que dora las nubes que quieren tapar su luz, los versos en que pinta Doña Constanza el cariño que profesa a Isabel, y los ardorosos arranques de amor filial de Don Jaime.

Lunares nacidos de las mismas cualidades que en La Campana resplandecen, hacen resaltar con más viveza las perfecciones que la adornan. El lenguaje peca algunas veces de incorrecto y de poco castizo. La robustez y energía del estilo rayan a menudo en aspereza.

Palou ha pasado en un sólo día de la oscuridad a la luz, encontrándose de súbito frente a frente al sol de su gloria que ni aurora ha tenido. España ha saludado al joven dramaturgo con hurras de universal admiración y aplauso.
Mallorca, sacudiendo sus hábitos de vida material, ha dado el tierno espectáculo de una madre cariñosa que llorando de gozo ciñe las sienes de un hijo amado con la corona de laurel que le granjearon sus triunfos. Desde el fondo de nuestro corazón enviamos la enhorabuena más entrañable a la Isla dorada que tan hermosamente ha galardonado las fatigas de uno de sus hijos que más la honran!
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lunes, 23 de agosto de 2021

FLORS DE MALLORCA.

FLORS DE MALLORCA.

POESÍES DE AUTORS VIVENTS,

PREMIADES LES MES EN LOS JOCHS FLORALS

DE BARCELONA.

ESTAMPA DE PERE JOSEPH GELABERT.

1873.


/ Nota del editor, Ramón Guimerá Lorente:
Reemplazo la preposición á con tilde por a sin tilde. La ó por o.
Actualizo la ortografía sólo en castellano. Ejemplo, rios: ríos.
Fuente del PDF:
https://datos.bne.es/resource/bimo0000875978

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INTRODUCCIÓ.

L'amor a la llengua pátria, poch menys que mort entre nosaltres en los començaments del present setgle, gayre no fá que se es despert en lo mes íntim de la nostra ánima; l'harpa de la terra, olvidada de los nostres pares per un altre qu'els era estranya, y que en ses mans no produia sovint mes que sons ingrats y poch escoltívols, per bona sort l'havem recobrada per sentirne melodíes molt plasents, plenes de força y energia unes voltes, y altres d'una dolçura y tendresa jamay prou lloades. Avesárenmos a veure la nostra parla tant malmenada y envilida, venguda a tanta pobresa, no servintse d'ella mes que pera les burles y les rialles, pera les vulgaritats y les sátires, que ni esment posavem tant sols en la gentilesa y galanura que li son tant naturals y tant propies: y seguint lo prejudici sens consciencia de tothom, no pensavem ni imaginat haviam que a la primera conró que li donassen, tan hermoses floretes en son clos s'havian de obrir, de tant richs colors y de tant pures esencies. Mes axó es lo que ha esdevengut venturosament. Alguns bons fills de la benvolguda Mallorca han respost ab entusiasme y ab ver y alt patriotisme al crit de sos companys d'altres terres; y unint los seus esforços als dels catalans, de qui som los fills majors, y als de Valencia, que tenim per germans, han conseguit tots fer reviure les lletres pátries, presentar al mon literari sa llengua materna jolia y engalanada, axí com cal a una princesa digna d'asseure's al costat de ses germanes del mitxjorn d'Europa, avuy reynes y emperatrius que tota la terra reverencia y escolta.

Los fills de la nostra illa han ajudat y contribuit, no poch, a la tan venturosa restauració.

Ab axó no han desmentit lo bon nom que lexaren los nostres antepasats d'altres centuries, may romasos endarrera en lo camí científich y literari seguit per Catalunya, qui se obria pas constantment entre los realmes mes avançats del mon. Y si 'Is qu' avuy conren lo sol dels antichs comtes de Barcelona veuen lograda ja la ressurrecció miraculosa, part d'axó es deu per cert als embats restauradors de Mallorca, que entre 'Is perfums de les flors dels valls y fondalades de tan delitós paradís, li han aportat veus mágiques y enciseres, perles perdudes y olvidades dins los lloguerets y les masíes que s'amagan entre les nostres fresques muntanyes, per hont en lo temps de bonesa se passejava ardida y triunfadora.

Y havia d'esser axí. Mallorca, ahont ja en lo setgle de la conquesta ressonaren les veus poderoses de RamonLull, de Romeu de Ça-Burguera, y d'en Pere Torrella (1);

qu'en lo qui 's seguí oia tant ben trovar al Infant en Jaume (2), a Fra Anselm de Turmeda (3), a n'en Maymó Peris, a n'en Berenguer de Noya y a lo Mercader mallorquí; que en lo setgle XV contava entre los molts de sos trobadors a n'en Jaume d'Aulesa, a n'en Ramon Vivot y a n'Arnau Descós; que en lo seguent sentí cantar les esparçes del Menyspreu del mon, a n'en Francesch d'Aulesa, y les rimes d'en Benet Espanyol; y que veé espirar la llengua en lo setgle XVII entre els tendres gemechs d'en Rafel Bover:

(1) Sols les obres rimades d'en Lull han estat publicades: les d'en Ça-Burguera forman juntament ab sa Biblia en rims un códice que´s troba en la Biblioteca Colombina: y les d'en Pere Torrella les havem vistes en poder del distingidíssim catalanista y bibliógrafo en Marian Aguiló.

(2) L'infant de Mallorca anomenat en Jaume IV, fill del rey desventurat que morí lluytant en la batalla de Llummajor, era molt destre y hábil en l'art de trobar, com ho assegura el P. Ginebreda en la dedicatoria que li fa de la versió catalana del llibre de Boeci dit de Consolatione.

(3) Fra Anselm de Turmeda fo natural de Mallorca, segons ho prova un bellíssim poema inédit seu, que ha trobat ab la seua jamay prou agraida diligencia lo citat Aguiló, y ho confirman alguns documents que tenim en la illa.

Mallorca, que guardada per les ones del mar ab que Deu la vá cenyir, per sa ventura sens dupte, pogué alliberarse, mes que les altres terres catalanes, del contacte estrany y de les influencies verinoses de la provincia dominant, havia de conservar naturalment richs joyells de la pedreria antiga de la gentil madona. l'essent sos fills per naturalesa tan devots de lo bell, y per amor amichs tan fervents de les coses de la patria; y veént la patria, mes encare que en lo terreny y en les institucions, en la llengua, que aporta l'historia de tots los setgles y de totes les dominacions y converteix en una sola familia los qui la matexa parlen, havian per necessitat de ajudar ab tot son poder y ab totes ses forçes a la empresa noble y santa de traurerla de l'abandó en que la havian tinguda, de purificarla de les lletjures que la deslluíen, y de axecarla y ennoblirla pera los mes trascendentals conceptes de la ciencia y les aspiracions mes altes de la poesía.

Y certament qu'els mallorquins no se son mostrats pererosos tractantse de colre y honrar a una mare que en altre temps tants de doctes veneraren, esteneren tants de reys y tants de poetes enriquiren. No bé fóren restaurats en Barcelona los antichs Jochs florals, fòu constituit lo sávi Consistori qu'havia de aportar a tant bona fi la santa creuada que es predicava, y pregonat lo primer cartell cridant a la lluyta als bons fills de la patria catalana, sentírense batre los còrs dels nostres jóvens escriptors; y fent cessar tot seguit les cantarelles, que ab parla per ells mes penosa els inspiravan los purs sentiments de la seua ánima, los recorts de son passat gloriós, y les altes esperançes de son esdevenidor, parlaren la seua llengua propia, trobantse ab ella mes forts de esperit, mes tendres de veu y de paraula, mes poderosos d'enginy, y de colors mes richs pera descriure y pintar los fets altíssims dels qui en tan bon temps l'havian parlada, inmortal l'havian feta, y le dictaren per totes les encontrades de la terra.

Els nostres trovaires que per dó especial de Deu, y tal volta per l'aves de respirar dins los perfums dels nostres florits vergers, d'oír la dolça música dels aucells dels nostres prats delitosos, dels nostres boschs ombrívols y de les nostres quexoses fontanes, per la costum de veure estesa devant sos ulls una naturalesa sempre hermosíssima, sempre riallera, insinuant, magnífica y altament inspiradora, s'han fet un cor tot ple del sentiment de la bellesa, tot d'una fibra tendre y delicada, un esperit entusiasta per tot lo noble y per tot lo gran, no podian restar sorts a la crida que s'els feya en nom d'una mare comuna, de tant temps enrera esmarrida plorosa, y als reclams de la fe, del amor y de la patria.

Y cert que no's feren esperar gayre temps. En sos còrs trobaren son ressò les mágiques paraules; y acompanyats de tot son cabal y de totes ses riqueses, y ab l'ánima vestida de sentiments tant íntims y empesa per tant delicades aspiracions, pogueren aportar y aportaren a la llengua y a la literatura maternes lo que pertanyent los era, pera que de tots fós la obra qu'es començava, y de tots la gloria del treball que s'emprenia. Y bé s'hi poden conexer en l'adreç ab que es torna adornar la revivada donçella al ferse culta y literaria, les perles que Mallorca li guardava y que de l'illa li foren restituides; axí com en l'esperit de la poesía catalana, de sí forta y vigorosa, tota la delicadesa de sentiments, tota la ternura d'espressió, totes les tintes suaus, tots los plasents colors ab qu'els nostres poetes, primorosos per instint, estétichs per intuició, dolsos y y sentimentals per naturalesa, han intentat embellirla; contribuint ab ses dots y ab son enginy a donar a la llengua la flexibilitat y galanura de les mes privilegiades, y a la musa divina de la terra la sensillesa popular en la forma y l'intensidad del sentiment en el fondo.

Mes, axí com malevetjan engalanar a la aymia de son cor, per repararla de la ruina en que la posaren l'olvit y el menyspreu dels darrers setgles; axí com diligents li aportan los grans preciosos que de son bellíssim collar se veuen encare lluir per açí y per allá, vius y encisadors a la flama sagrada de la llar dels pagesos, caents de ses rústiques converses o enfilats a ses dolçes corrandes; axí com l'escalfan ab lo alé pur de son amor, per ferne l'espressió mes alta de la bellesa y de la veritat; compláulos la gala ab que se 'Is presenta de allá les muntanyes de Catalunya, s' enamoran de l'espressió forta y varonil que hi ha presa, y los mòu la manera tota seua de dir y cantar l'indomable esperit de la terra. Y de tantes joyes enriquida, animada de tanta valentia, y feta suau ab modos tant delicats y ab tan amorosos y tendres vocables, l'han regoneguda altre volta per la guardadora mes propia de llurs pensaments, al exemple de los trobadors que la creuada seguiren, despèrts per la veu del Consistori; perque ella es la sola ab que 's pot cantar l'esperit de la nostra patria, l'amor dels nostres còrs y la fe ab que la nostra ánima s'en puja a los espays de la poesía.

Axí es com ab lo voler y ab I' esforç de tots la llengua s'es feta una per tota la terra que senyoretjaren los Jaumes y els Peres, esporgantla, d'acort, de les corrupcions que en quiscum lloch s'hi troban; axí es com tots tenen part en la noble y lloable empresa, y a tots pertany l'honra d' haverla aportada a tant bon terme. Y per cert que molt plasent ens es y fort ne gaudim, cuant en les literaries justes veém als cisnes del Llobregat y del Túria, confusos de tal manera ab los qui umplen de ses armoníes els ècos de Mallorca, sens que ningú endevinar pugue per les notes y paraules de sos cantars, lo lloch ahont naxqueren y ahont s'albergan; com possible no era conexerho en los millors temps de la literatura catalana, cuant una era també la llengua en tot lo que fou l'antich realme d'Aragó, unes eran les costums y'ls usos establerts, y una l'historia en que sos fets gloriosos s'escrivian.

La perseverancia, la ferma voluntat ab qu'els nostres poetes han treballat y ab que s'afanyan per coronar l'obra del comunal propòsit, es demostra per l'honra que n'han recullit en les justes poètiques celebrades en la ciutat comptal, (y estos son los eruditos: de comite: comte: conde: comtal; no comptal, compte, que viene de cómputo, cuenta) ahont ¡lloat sia Deu! han compartit ab los trobadors de Catalunya les joyes oferides p´el Consistori y'ls diplomes de Mestres en Gay saber, fortment desitjats dels qui senten tan alt en son cor l'amor de la patria, que per ella per sa gloria volen ferse grans, y merexents del renom que la fama escampa y dels llorers ab que corona.

Com ho han lograt los fills de Mallorca, per honra de l'illa que tant aman, crides ne fan les flors belles, que plenes del perfum esquisit de la vera poesía, y que son ornament delitós de la moderna literatura catalana, esmaltan los volúms jolius que de les composicions premiades publica tots los anys el Consistori.

Mes, com en mans de tothom no corren en l'illa exos volúms, havem cregut satisfer el públich desitx, qu'es el de tots los qui no's mostran indiferents a les coses qui'ns pertanyen, donant en lo present llibre una mostra de les obres ab que quiscun autor ha obtingut joyes de les ofertes anualment en los certámens, començant per les dels Mestres en Gay saber, per l'órdre del temps de la seua proclamació, y seguint per les dels qui han sigut premiats ab una o mes joyes, guardat lo mateix órdre; lo cual deu significar al lector que no ha de judicar del mérit dels poetes en lo volúm continguts, per lo lloch en que 'ls havem colocats, sino per les cualitats que troben y regonescan en les obres que hi havem volgut incloure. Y si ha afagit una versió castellana, pera que (peraque) fòra de les terres ahont la nostra llengua es parla, se pugue tenir una idea del esperit y carácter dels nostres poetes, ja qu'els qui aquella no conexen, no la poden tenir dels primors de forma y de rítmica que les fan dignes de tota alabança.

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lunes, 30 de agosto de 2021

EL 25 D'OCTUBRE 1349. Tomás Aguiló Forteza.

EL 25 D'OCTUBRE

1349.

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Lluchmayor

Asseguda dins la cambra,  La cambra de mes endins,  Dona Costança, l'esposa  D'en Ramon de Sant Martí,


Asseguda dins la cambra,

La cambra de mes endins,

Dona Costança, l'esposa

D'en Ramon de Sant Martí,


Pròp d'una taula, ab el colze

Demunt un coxí molt rich,

S'aguantava el front, enveja

Dels llíris de son jardí.


Deu del cel! qui l' hagués vista

Aquell vespre malehit,

En que li estavan devora

Trists com ella els seus dos fills!



EL 25 DE OCTUBRE

1349.


Sentada junto a una mesa, en su más apartado retrete, Doña Constanza, la esposa de Ramón de Sant Martí.

Apoyado el codo en riquísima almohada, sosteníase la frente, cuya blancura envidiaran los lirios de su jardín.

Dios del cielo! quién la viera aquella malhadada noche, cuando, como ella tristes, rodeábanla sus dos hijos!


A tres anys un no arribava,

No arribava l'altre a cinch,

Y per cert que tots dos eran

Com dos ángels de garrits.


El mes grandet la tenia

Agafada p'el vestit,

Esglayat la se mirava

Demunt sa falda el petit.


¡Pobre mare que no feya

Jochs y festes als seus nins,

Perque plena d'amargura

Sols pensava en son marit!


Pensava qu'en aquella hora

Se trobava en gran perill,

Y ja a dolses esperançes

No gosava doná' abrig.


Els seus ulls li espiretjavan,

De son cor treya suspirs,

Y per molt que fés esfòrsos

No 'l tenia gens tranquil.


En Gilabert de Centellas

De ciutat havia exit,

Y en son estol, gent valenta,

S'hi contavan molts de mils.


En los tres años frisaba el uno, el otro no llegaba a cinco, y eran los dos tan bellos que semejaban dos ángeles.

Teníala el mayorcito cogida de la falda de su brial, y en su regazo el pequeño mirábala aturdido.

¡Pobre madre, que no hacía mimos ni fiestas a los hijos de su amor, porque llena de amargura pensaba sólo en su marido!

Pensaba que en aquellos instantes hallábase en terrible riesgo, y no osaba dar albergue a lisonjeras esperanzas.

Asomó el llanto a sus ojos, exhalaba dolientes gemidos, y a pesar de sus esfuerzos no conseguía recobrar el perdido sosiego.

Gilaberto de Centellas había salido de la ciudad, y componíase su mesnada de muchos millares de valientes.


La llum del sol apagada,

S'anava el cel enfosquint,

Y a la cambra un esclau mòro

Ab un ciri entra summís.


- No guaytavas a la torre?

- En vench, senyora.- ¿Y qu'has vist?

- Ran de mar fòchs que servexen

Per doná' a ciutat avís.

- ¿Y res mes?- Fayes enceses

De Lluchmajor p'el camí.

- Y dius ver? Mon còr s'esclata,

Mon còr no'm cab dins el pit.


- De pols una nigulada

S'hi veya abans, y ferits

Del sòl los férros de llansa

Hi llambretjavan sovint.


- Ah! son ells, son ells que tornan,

Son els nostres inimichs;

¿Es que venen victoriosos

O s'en venen fugitius.


Y, digués, ¿son lluny encara?

- A retronar fins aquí

No 's tardará moltes hores

La remor del seus clarins.


Apagada ya la luz del sol, ennegrecíase el cielo; y con una vela en la mano entró humildemente en la cámara un esclavo moro.

- ¿No velabas en la torre? - De allí vengo señora. - ¿Y qué viste? - Orillas del mar grandes hogueras que deben ser aviso para los de la ciudad.

- ¿Nada más? - Antorchas encendidas camino de Lluchmayor. -

¿Es cierto? Se me rompe el corazón que no cabe, no, dentro mi pecho.

- Descubríase antes espesa nube de polvo, y los hierros de las lanzas reflejaban los rayos del sol poniente.

- Ah! son ellos los que vuelven; son sin duda nuestros enemigos: mas ¿es que vienen victoriosos o es que huyen derrotados?

Y, di, ¿están lejos todavía? - Dentro de breves horas se oirá desde aquí el sonido atronador de sus clarines.


- Vés, puja, puja a la torre,

Y si 's cumpleix mon desitj,

Si mon plant el cel escolta,

No serás ja mes catiu. -


D'exir lo esclau acabava,

Quant la dama exhala un crit,

Perque 's veu devant un frare

Que l'abrassa ab frenesí.


De fèrro una cervellera,

Un arnés mitj desguarnit,

Uns esperons sanguinosos,

Cubria el ropatje humil.


Espassada la sorpresa:

- Ramon! Esposa! qu'estim...

- ¿Y el Rey? - Amor de ma vida,

¿No estavas pensant en mí?


- El Rey?... Callas, y a la boca

l'' acòstas plorant el dit?

- En Centellas comandava

No soldats, sino botxins.


- ¿Qué vols dir? - Caygut en terra...

- ¡Pobre Don Jaume! Felis,

Qu'entre el desterro o l'afronta

No ha tengut temps d'elegir.


- Ve, sube, sube a la torre, y si mis anhelos se cumplen, si escucha el cielo mis suspiros, no seras ya cautivo. -

Acababa de salir el esclavo cuando lanzó la dama un grito de terror, al ver entre sus brazos a un fraile que la estrechaba con frenesí.

Cubría el humilde ropaje un acerado yelmo, un arnés desguarnecido y unas espuelas mojadas en sangre.

- Ramón! exclamó la dama, desvanecida su sorpresa. - Esposa adorada!.... - ¿Y el rey? - Amor de mi vida, ¿no estabas pensando en mí?

- El rey... Callas y llorando me impones silencio? - Los de Centellas no eran soldados sino verdugos.

- ¿Qué dices?- Caído en tierra... - Pobre Don Jaime! - Feliz, pues no pudo escoger entre el destierro y la afrenta.


- Deu etern! ¿y la justicia

Consent tan horrible crim?

- ¿Y ha de viure sens corona

Qui en son cap corona ha vist?


- Ingrata, ingrata Mallorca!

Y l'infant? - Está ferit.

- Tot perdut! - Tot, fòra l'honra

Guanyada aquex dematí.


- Els traydors tan valerosos!

Y els faels...- Mes qu'ells ardits,

Y per cada tres dels nostres

Ne duya en Centellas vint!


Tres llansades he rebudes...

- Ah!... - Mon cavall mes de sis.

Còps d'espasa, ¿quí los conta?

Sols sé que masell n'estich.


De la sang qu'ara 'm degota

N'está aquex trispol homit;

Ja 'l veurás com vermeyetja,

Ja 'l veurás demá matí.


Venturós si a les galeres

Viu encara jo hi arrib,

Y un poch de terra sagrada

Pot esser mon derrer llit. -


- Dios eterno! ¿y tu justicia consiente tan horrible crimen? - ¿Y puede vivir sin corona quién la llevó en su cabeza?

- Ingrata, ingrata Mallorca! ¿Y el infante? - Está herido. - Perdióse todo! - Todo, menos la honra alcanzada en este día.

- Los traidores tan valientes! y los leales... - Más esforzados que ellos; por cada uno de los nuestros llevaba Centellas veinte!


Tres lanzadas recibí... - Ah! - Mi caballo más de seis. Golpes de espada, ¿quién pudo contarlos?

Con la sangre que mana mi cuerpo humedécese el pavimento, a la luz de la mañana le verás todo enrojecido.

Dichoso si puedo llegar con vida a las galeras, y cubre mis huesos un puñado de tierra bendecida! -


Dona Costança esmortida

No sent ja lo que li diu,

Y als nins, Don Ramon abrassa

Plorant també com un nin.


El front gelat de sa esposa

Besa ja p'el derrer pich,

Y sortint d'aquella cambra

De sang dexa un regalim.

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Desvanécese Doña Constanza y no oye ya la voz de su marido. Don Ramón estrecha contra su corazón a sus hijos llorando como un niño.

Besa por última vez la frente helada de su esposa, y al salir de aquella cámara deja en el suelo un reguero de sangre.

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