CANTO DE RAIMUNDO.
Los mismos desengaños que habían inspirado a Lulio en Roma el poema que tituló Desconsuelo, le dictaron las excelentes estrofas del Canto que nos ocupa, hacia el año 1299, mientras residía en la capital de la Francia. Es la más sentida de las composiciones cortas del poeta, y ella nos ofrece el retrato cabal de aquel privilegiadísimo ser. Después de recordar sus juveniles desvíos, la visión que tuvo de Jesús crucificado, su perseverancia en la virtud por divina merced, la fundación del colegio de Miramar que a sus instancias se había realizado, el amor de Dios que inflamaba su corazón, los esfuerzos que había hecho en demostración de la Trinidad Santísima, y de los misterios de nuestra santa religión, y el juicio final en que juzgará Dios a los buenos y a los malos, dice que ha inventado una nueva ciencia por medio de la cual puede el hombre encontrar la verdad y destruir el error, y que como inspirada por Dios ella convertirá a la fé de Cristo a los sarracenos, a los tártaros, a los judíos y a todos los que viven en las tinieblas de la falsedad; que tomada la cruz, y lleno de afecto a la Virgen, que es el amparo de los pecadores, le ha pedido ayuda y socorro, y su corazón se ha convertido en casa de amores, y sus ojos en fuentes de lágrimas; y que esto le hace estar entre el dolor y el gozo. Se duele de su vejez, menta su pobreza y el menosprecio en que se le tiene; de que no haya hombre nacido que le ayude; y de que no obstante de haber procurado la realización de grandes hechos, de haber investigado grandes cosas en el mundo, y de haber dado altos ejemplos de abnegación, apenas se le conozca y se le ame. Añade después que quiere morir surcando el piélago del amor, y que no hay hora en que no deplore el agravio que hacen a Dios aquellos señores que contribuyen a que el mundo permanezca en la oscuridad de la ignorancia. Después ruega a Dios que permita que con celo, convicción y sabiduría vayan misioneros a predicar la fé cristiana y que le liberte de la eterna condenación; y ofreciendo elevado ejemplo de humildad, se da por indigno de alabar y ensalzar a Dios, tanto tiene en su imaginación sus pasadas culpas.
La
fluidez de los versos de esta hermosa composición y la corrección y
pureza de su lenguaje por lo que mira a la forma, y el sentimiento
que en ella domina por lo que respecta a su fondo, hacen del Canto de
Raimundo la composición de más agradable lectura entre todas las de
su autor.
LO CANT DE RAMON.
Son creat e esser m' es dat (soy creado y ser me es dado)
A servir Deu que fós honrat,
E son cahút en mant peccat;
En ira de Deu fuí pausat,
Jesus me vench crucificat,
Volch que Deu fós per mi amat.
Matí ané querre perdó
A Deu, e prís confessió
Ab dolor e contricció;
De caritat, oració,
Esperança, devoció,
Deus me feu conservació.
Fiu a frares menors donar,
Per sarrahins a preycar;
Enfre la vinya 'l fenollar,
Amor me pres fe 'm Deus amar,
Enfre suspirs e plòrs estar.
Deus Pare, Fill, Deus espirat,
De qui es Sancta Trinitat,
Tracte com fóssen demostrat,
Deus Fill del cèl es devellat,
De una Verge es estat nat,
Deu e hòme, Christ appellat.
Lo mon era en dampnació,
Morí per dar salvació
Jesus, per qui 'l mon creat fó;
Jesus pujá al cèl sobre el trò,
Venrá a jutjar lo mal e ‘l bò;
No valrán plors querre perdó.
Novell saber hay atrobat,
Pot n' hòm coneixer veritat,
E destruir la falsetat;
Sarrahins serán batetjat,
Tartres, jueus e mant errat,
Per lo saber que Deus m' ha dat.
Pres hay la crotz, tramet amors
A la Dòna de peccadors
Que d' élla m' apòrt gran soccors;
Mon còr está casa d' amors,
E mos uyls fontanyes de plors;
Entre gaug estaig e dolors.
Son
hòm veyll, paubre, meynspreat;
No hay ajuda d' hòme nat,
E
hay tròp gran fayt emperat;
Gran res hay del mon cercat,
Mant
bòn eximpli hay donat;
Pauch son conegut e amat.
Vull
morir en pelech d' amor;
Per esser gran no ‘n hay pahor
De
mal príncep ne mal pastor;
Tots jorns consir la deshonor
Que
fan a Deu li gran senyor,
Qui meten lo mon en error.
Prech Deus trameta misagés,
Devots, scients e vertadés,
A conexer que Deu home es,
La Verge hon Deus hòm se fés
E tots los sancts d' ella sotsmes,
Prech que en infern no sia mes.
Laus, honor al major Senyor,
Al qual tramet la mia amor,
Que d' él reeba resplandor;
No son digne de fer honor
A Deu, tan fòrt son peccador;
E son de libres trovador.
Hon que vage cuyt gran bé far,
E a la fí res no 'y puch fár,
Perque n' hay ira e pesar;
Ab contricció e plorar
Vull tant a Deu mercé clamar,
Que
mos libres vulla exalçar.
Sanctetat, vida, sanitat,
Gaug
me dó Deus e libertat,
E guardme de mal e peccat;
A Deu me son
tot comenat;
Mal sperit ne hòm irát
No hagen en mí potestad.
Man Deus als cels e' ls elements
Plantas e totas res vivents,
Que no fassen mal ni turments;
Do ‘m Deus companyós conexents,
Devots, leyals, humils, tements,
A procurar sos honraments.