Esplíca ab veu que
l' tremolor li minva (que'l; varios apóstrofes mal colocados)
Com l'arma al coll
portantne
Corregué ab
somatent per l'aspre timba. …....
¡Santa llar dels
pagesos!
Niu de tendres amors
y pau cristiana, (se lee: crístíana)
En tos tions encesos
Crema l'foch de la
patria catalana,
Boyeros, pastores y jornaleros reunidos siéntanse allí a la redonda
y sacudiendo el frío sacan a luz alegres sucesos y sabrosas razones.
Allí la madre
renueva los recuerdos de sus floridos desposorios y el placer
desconocido que experimentó al nacer su primer hijo.
El padre habla del
día en que tomó asiento cabe el hogar al lado de su esposa, de los
prados de su hacienda y de los granos que guarda encerrados en los
silos.
El hijo, según
sabia costumbre, deja en el lindel sus aperos y besa con respeto la
mano del tullido abuelo que junto al fuego, reza y murmura.
Y el viejo, alzando
la frente, refiere con voz temblorosa, como en otro tiempo al oír el
rebato trepaba con el arma al hombro, por los ásperos derrumbaderos.
…....
¡Santo hogar de los
labradores! Nido de amores tiernos y de cristiana paz, en tus
encendidos tizones arde el fuego de la patria catalana.
Tú eres el rústico templo de virtudes que nuestros mayores
honraron: tú eres el ejemplo viviente que se conserva en el pecho
esforzado de nuestro pueblo.
Sobre tu escaño
solloza la viuda sin consuelo, la tierna hija, y las gotas de su
llanto caen y se secan en tus ardientes cenizas.
Y sube al cielo el
incienso de tu gratitud, con la blanca humareda que sale chispeando
como lluvia menuda y ligera se remonta.
El catalán
te echa de menos cuando surca las ondas atronadoras del Atlántico, y
cuando piensa en ti es invencible en los combates.
Por defenderse,
jamás cuenta las huestes enemigas del extranjero: y cuando su propio
Rey le castiga porque te ama, no piensa mas que en tu dolor.
En tu cerco festivo
halla consuelo a sus pesajes: para ti anhela sus coronas, y sin ti
desprecia las más resplandecientes.
Colgando
sus laureles en tus muros, humilla con modestia su victoriosa frente,
y se regocija al volver a ti, grande para el mundo, y amante para su
familia.
Pura y encendida
llama de nuestro hogar que los siglos avivaron, santo es el espíritu
que te inflama, pues tantos vientos desencadenados no consiguieron
apagarte.
Recuerdo hechicero
de aquellos gloriosos días de lo pasado, quiera Dios que tú seas
rica esperanza de los venideros.
Dejemos atrás la
llanura y entremos en el valle, pisando la hojarasca amarillenta; y
vamos subiendo por el borde de los sombríos humedecido con el gotear
de las terreras.
Las alamedas
blancas, el reluciente caño de la fuente que nace entre la yerba,
los cultivados bancales, la viña colgada en la margen del torrente,
todo se vé allá abajo.
Aquí rocas cenicientas, cantos que el bramido de las borrascas hizo
rodar por los resbaladeros, peñascales erguidos que atisban por
entre resquebrajados picachos el fondo de las quiebras.
Hayas desgajadas por
el suelo, robles desarraigados que se abalanzan desde los empinados
ribazos, y en la cumbre de la sierra, nieblas que se adelantan, se
recogen y enroscan sus torbellinos.
¿Oís al cierzo
silvar cerros abajo, rajando troncos, y ahuyentando las
bandadas de pajarillos? ¿Veis la lejana espuma de la cascada que
salpica las rocas e hirviendo se sepulta?
El sendero se
borra.... falta la huella misma del pastor y una cruz es testigo de
la muerte. Solo la ligera gamuza corre por los derrumbaderos y con
pie firme y segura vista salta por las quebradas.
Arriba!... caen
rodando los quijarros (guijarros) y ya se ven más bajas las
cimas caireladas de las desiguales sierras. Las águilas que
revolotean empapando sus alas en las nubes se quedan más abajo.
Sens escoltar l'oratge,
Sens tremolá 'l
genoll a la vorera
Del precipici a
plom,
Arribem ab coratge;
L'empitrada del
front n'es la derrera.....
¡Grat sia a Deu! ja
hi som.
DALT DEL CIM.
Montanya de ma
patria, ¡salut! al fi respiro;
L'inmens espay me
volta, l'encesa llum del sol:
Les viles y les
planes als peus jayentes miro,
Del mon lliberta
l'ánima mes alt exten son vol.
¿Qué sou palaus de
marbre, castells de la riquesa,
Guerrers brandant
les armes, vaxells que 'l mar ralleu?
Lo vel de la calitja
confon vostra grandesa,
La torre mes
altívola d'aquí ni sols se veu.
Aquí 'ls gemechs no
s'ouhen que'l jorn de la venjansa
Ferida per lo
sceptre, axeca la ciutat;
Ni sobre del patíbul
se veu la má com llansa
Al poble espés que
udola lo cap d'un rey tallat.
¡O fills de las
montanyas! vosaltres sou le mena
Que guarda vida y
forsa per dar novella gent:
Aquí de fe
puríssima regala eterna vena,
Com riu que per les
planes escampa dolls d'argent.
Sin escuchar el tormentoso viento, sin que la rodilla tiemble al
borde del precipicio vertical, lleguemos con valor: el repecho de
enfrente es el postrero.... ¡Loado sea Dios! ya hemos llegado.
EN LA CUMBRE.
¡Salud, montaña de
mi patria! por fin respiro, cercado del inmenso espacio y la ardiente
luz del sol; veo
tendidas a mis pies las llanuras y las aldeas, y mi alma desprendida
del mundo, extiende su vuelo más arriba.
¿Qué sois, ahora,
palacios de mármol, castillos del poderoso, guerreros que blandís
las armas, navíos que surcáis los mares? Toda vuestra grandeza se
confunde en el velo de la neblina, y la torre más altanera desde
aquí ni siquiera se divisa.
Aquí no se oyen los
gemidos de la ciudad herida por el cetro, en el día de su venganza;
ni se ve sobre el patíbulo la mano que arroja la cabeza de un rey al
pueblo que apiñado ruge.
¡Hijos de las
montañas! vosotros sois la semilla que encierra fuerza y vida para
nuevas generaciones. Aquí fluye eternamente el manantial de la fé
purísima, como río que esparce sus olas de plata por las llanuras.
Lluytant ab l'os feréstech al fondo de sa cova,
Havent sobrE 'ls
abismes les cries del voltó,
Lo bras cobra delit,
lo còr dona sanch nova,
Llampeig la neta
vista, la galta viu color.
Vosaltres parleu
clara la llengua d'exes terres
Voltant a l'ivernada
la llar ab quieta pau;
Sabeu los noms dels
árbres, del camps y de les serres,
La veu que a la
donzella mes tendra al pit escau.
Les mares a les
filies dexen a la memoria
Les dolses
cantarelles per adormí 'ls infants:
Sabeu los vells
dictats que n'ha perdut l'historia
De guerras y de
monjos, de feras y gegants.
Quant al matí la
fosca de l'estelada trenca
Del auba clarejanta
lo raig primer de foch,
Pregau agenollantvos
devant se llum rojenca,
Per mes que de
campanes no arrib' aquí lo toch.
Senzilla y
vergonyosa la forta jovenesa
Anyora si s'allunya
les comes de sa vall;
Acull als seus y al
hoste, respecta la vellesa,
Y'l front axuga 'l
vespre cansada del treball.
Coneix lo nom del
rey sentit per veu llunyana,
Jamay pujar l'escala
volgué de sou(son) palau;
Menysprea l'envejada
mercé; sols li demana
Que'l blat de ses
marjades cullir li deix en pau.
Luchando con el oso montaraz en el fondo de su caverna, o alcanzando
los hijuelos del buitre por encima de los abismos, cobra esfuerzo el
brazo, sangre viva el corazón, limpio rayo la vista y la mejilla
encendidos colores.
Vosotros habláis
purala lengua de esta tierra, sentados en torno del
pacífico hogar en los inviernos; vosotros sabéis los nombres de los
árboles, de los campos y de las sierras, y las palabras más
suaves para conmover el pecho de las doncellas.
Las madres dejáis
en la memoria de vuestras hijas las cantinelas más tiernas para
adormecer a los recién nacidos (recienacidos) y recordáis
las consejas, perdidas
por la historia, de
guerras y monjes, de fieras y de gigantes.
Cuando el primer
rayo de fuego de la aurora rompe clareando la obscuridad de
las estrellas, oráis arrodillados ante su luz rojiza, por más que
hasta aquí no llegue el tañido de las campanas.
Aquí la juventud
sobria y recatada echa de menos sus valles cuando se aleja; acojo
hospitalaria al amigo y al viajero; honra al anciano, y por la noche
enjuga su frente fatigada por el trabajo.
Solo de oídas sabe
el nombre del rey; jamás quiso subir los escalones de su
palacio, desprecia sus ambicionadas mercedes, y solo pide que le deje
segar en paz el trigo de sus cercados.
Mes ¡ay! si del reyalme travessa per la valla
Cremant llochs y
vilatges la gent del estranger,
Devant dels sabres
nús y al raig de la metralla
Lo fill de la
montanya presenta 'l pit primer.
Mireulo: dret y
altívol sobre tallada penya,
La ma al trabuch,
aguayta com llop al xich anyell:
Al cayre de les
timbes estreba l'espardenya,
Y'l vent sobre
s'espatlla desplega 'l roig mantell.
Migrats fills de les
viles, si n'heu perdut la saba
Dels homens del
Vesubi, del Etna flametjant,
D'aquells qu'ab
sanch turquesa tenyiren la mar blava,
Y plors, venjansa y
llágrimes portaren a Llevant;
Veniu: sentint
l'oreig de neus y pedregades,
Pujant ab greu
fatiga les costes del desert,
Alé tindreu mes
ample, com dalt de les collades
Al aspre cep de
vinya rebrota 'l pámpol vert.
Llanseu exa
disfressa que os ment enganyadora,
Obriu com
montanyesos lo pit a la amistat:
La orella del espía
no escolta aquí traydora;
Aquí 's pot dir ab
l'ánima: ¡Ben hajas, llibertat!
Mas ¡ay ! si los soldados del extranjero atraviesan la frontera
incendiando pueblos y alquerías, el hijo de las montañas es el
primero en presentar su pecho a los sables desnudos y al rayo de la
metralla.
Miradle: altivo, de
pie sobre la peña cortada a pico, acechando, trabuco en mano, como
el lobo al corderillo; su alpargata se afirma en el borde del
despeñadero y el viento despliega sobre sus hombros la encarnada
manta.
Menguados hijos de
las ciudades, si ya perdisteis la savia de aquellos hombres del Etna
y del Vesubio ardiente, de aquellos que tiñeron el azulado mar en
sangre turca,
de aquellos que
inundaron las playas de Levante con el llanto y los quejidos de su
venganza,
Venid: aquí
azotados por las nieves y el granizo, subiendo fatigados los
desiertos repechos, tendréis más recio aliento, como brota más
fuerte el verde pámpano en el áspera cepa del collado.
Soltad ese disfraz engañador que os desfigura, abrid como el
montañés vuestro pecho a la amistad; aquí no acecha el oído
traidor de los espías; aquí se puede decir con toda el alma: ¡Bien
hayas, libertad!
DEVALLADA.
Bell horisont ¡adeu!
selvatge serra,
Lo mon abaix me
crida;
Tinch d'afrontar
peregrinant la terra
Lo panteig de la
vida.
Flayre boscana que
l'alé 'm retornas,
Ómplem l'esperit
ara;
Cel esplendent que
l'esperansa 'm tornas,
Déxam mirarte
encara.
Gaya remor del vent
a la pineda
Ressona entre la
fulla;
Boyra que suras per
l'ubaga freda,
Mon front cremós
remulla.
Aspres pendents que
ab feredat ne miro,
Relliscanta
dressera,
Salveume 'l pas si
concirós me giro
Mirant cap
endarrera.
Quedeu mes alts que
jo, singlers cendrosos,
Si os torn a
veure enfora,
L'ergull de vostres
caps mes alterosos
He trapitjat un
hora.
BAJADA.
Adiós, monte
selvático, adiós bello horizonte, el mundo me llama desde abajo, y
he de soportar la angustia de la vida, peregrinando por la tierra.
Aromas de la selva
que reanimáis mi espíritu, henchid ahora mi aliento: cielo
resplandeciente que me vuelves la esperanza, deja que te contemple
todavía.
Resuena entre el
follaje de los pinares, alegre rumor del viento, niebla que flotas
por encima de las sombrías quebradas, humedece mi ardorosa frente.
Ásperos riscos,
resbaladizos atajos que miro con zozobra, salvad mis pasos, si por
mirar atrás me vuelvo pesaroso.
Quedaos mas altos
que yo, picos cenicientos, si os vuelvo a ver de lejos, al menos una
hora he sentado mi pie sobre vuestras orgullosas cabezas.