BARTOMEU FERRA
(Ferrá, la à encara no la escribíen à).
Bartomeu Ferrá y Perelló (wikitroles cat)
Ans
que tot se doná a conexer per ses poesies satíriques y cuadros de
costums mallorquines, y mes per algunes comedies, com Els calsons de
mestre Lluch y Contes vells,
barallas noves. Aprés escrigué composicions séries y conseguí que
fos mencionada en los Jochs florals de Barcelona de 1869, la
titolada: Ensòmnis é remembrançes, y en los de 1870 y 1871,
obtingueren lo segon accéssit el romanç, Les minyonetes de Son
Cigala y La rondalla dels tres hostes. Ha publicat totes ses poesies
en un volúm in 4.° estampat p'en Felip Guasp l'any 1872. Naxqué lo
dia 3 d'octubre de 1843.
http://www.enciclopedia.cat/ec-gec-0026585.xml
LA RONDALLA DELS TRES HOSTES.
(A na Marieta Rosselló y Zavaleta.)
Açò era y no era,
Fa temps enrera,
Una donzella, filla
Del rey d'un'illa.
Fada ne fou sa mare,
Mas, no viu ara.
Dins lo castell tot' hora
Plora que plora,
Broydant prop de sa dida
Molt esmarrida,
Que 'l rey no vol que surta
A cullir murta.
Lo rey les hores passa
Cassa que cassa
Per entre boschs d'alzines
Sonant botzines.
LOS TRES PEREGRINOS. (Huéspedes)
(A María Rosselló y Zavaleta.)
Érase que se era (28): allá en tiempos añejos hubo una doncella hija del rey de una isla. Hada fue su madre, mas ya no existe: y la doncella vive apenada y triste en el castillo, bordando con primor junto a su nodriza, y llora que llora porque su padre no quiere que salga a coger mirto.
Pasando está el rey las horas caza que caza, con sus trompas ensordeciendo las selvas y los
Sa filla 'l veya corre
De dalt la torre,
Y méntres que corria
La nit venia;
Per devallá a la sala
Baxa l'escala,
Quant òu lo cant en l'ayre
D'un bon trobayre.
- Dama de la finestra,
Per un sol vespre
Vullau darme posada;
Y la vetlada
Vos cantaré les gloses
De les set roses.
- Bé pot pujar sens triga;
Ben vingut siga!
Mon pare alberch no nega
A qui me prega,
Si bé no vol que surta
A cullir murta. -
Lo
jovencell li parla
Jurant aymarla;
L'escolta la donzella
Tornant vermella.
- ¿Quín present me fariau
Si ab mí 'us uniau?
- Mon arpa del sò lliure,
Que fa reviure.
encinares. La hija sigue al padre, desde el torreón más alto, con melancólica mirada, y así ve adelantarse la noche. Mas, al bajar a la sala del castillo por el caracol estrecho, oye resonar en el aire el canto de un trovador.
- Niña, la mi niña, que al mirador te asomas, dice, dígnate hospedarme por una sola noche en el castillo, y te cantaré en la velada, si te place, el tierno romance de las siete rosas.
- Seáis el bien venido! Entre sin tardanza el trovador: mi padre no rehúsa el albergue a quien de mí lo implora, aunque salir no me deja a coger mirto.
El doncel la habla de amor, y amor la jura; la doncella le oye poniéndose encarnada.
- Dime, ¿qué presente me harías si te unieses a mí?
- Mi laúd te diera de libres acordes, mi laúd que vuelve los corazones a la vida.
- Trobayre, aquexa hisenda
Trau poca renda.
- Dama, prou vos valdria
Esta arpa mia. -
Lo rey parteix sens patge
Al hermitatge;
Cada any hi va una volta
A fer l' absolta,
Hont s'esposa estimada
Es soterrada.
Del mirador, sa filla
Esguardant l' illa,
Veu que una nau lleugera
Vé a la ribera,
Y un mariner ne corre
Cap a la torre.
- Dama de la finestra,
Per un sol vespre
Vullau darme hospedatge;
Y mon vïatge
Vos contaré, si agrada,
Exa vetlada.
- Bé pot pujar sens triga;
Ben vingut siga!
Mon pare alberch no nega
A qui me prega,
Si bé no vol que surta
A cullir murta. -
- Escaso es tu don: poco produce, trovador, tu hacienda.
- Mi laúd, niña, no tiene precio: con él tendrías un tesoro ! -
El rey, sin paje que le acompañe, se dirige a la ermita. Va una vez cada año a orar por su amada esposa sobre la misma tierra que la cubre.
Contemplando la tierna doncella desde la ventana su adorada isla, ve una ligera nave que llega a la playa y un marinero que corre hacia el castillo.
- Niña, la mi niña, que al mirador te asomas, dígnate hospedarme por una sola noche en el castillo y te contaré, si te place, en la velada mi viaje y mis aventuras.
- Seáis el bien venido! Suba el marinero sin tardanza: mi padre no rehúsa el albergue a quien de mí lo implora, aunque salir no me deja a coger mirto.
Lo mariner li parla
Jurant aymarla;
L'escolta la donzella
Tornant vermella.
- ¿Quín present me fariau
Si ab mi 'us uniau?
- Ma nau que 'l mar navega
'Xi com llampega.
- Mariner, exa hisenda
Trau poca renda.
- Dama, prou vos valdria
Exa nau mia. -
Lo rey parteix y als pobres
Fá bones obres,
Que sa vila ha esfondrada
La torrentada.
De lo castell dins l'horta
S'obri una porta;
Un mercader la passa
Y entra a la plassa.
La donzella cosia,
Dins gelosía
De daurades esquerdes,
Percintes verdes.
- Dama de la finestra
Per un sol vespre,
De que romanga 'us placia;
Jo 'us deman gracia
El marinero le habla de amor, y amor la jura; la doncella le oye poniéndose encarnada.
- Dime, ¿qué presente me harías si te unieses a mí?
- Mi nave te diera, niña; mi nave que cruza el mar como el relámpago.
- Escaso es tu don: poco produce, marinero, tu hacienda.
- Mi nave no tiene precio: con ella tendrías un tesoro ! -
El rey parte a dar amparo a los pobres cuyos hogares arrastraron las avenidas. En el jardín ábrese una puerta y entra un mercader en el patio del castillo. La doncella, detrás de una celosía de dorados traveseros, bordando estaba un verde ceñidor.
- Niña, la mi niña, que al mirador te asomas, dígnate hospedarme por una sola noche en
Per mostrarvos alhaques (alhajes)
Riques y maques. (majes)
- Bé pot pujar sens triga;
Ben vingut siga!
Mon pare alberch no nega
A qui me prega,
Si bé no vol que surta
A cullir murta. -
Lo
mercader li parla
Jurant aymarla;
L'escolta la donzella
Tornant vermella.
- ¿Quín present me fariau
Si ab mi 'us uniau?
- Lo mirall de l'ausencia
Que fou ma herencia.
- Oh! mercader, ta hisenda
Val poca renda.
- Dama, prou vos valdria
La joya mia. -
Cada hoste vá y s'afanya,
A terra estranya,
Pensant sempre en la filla
Del rey de l'illa,
Quí plena d'anyorança
N'ha fet mudança.
Als tres hostes somia
De nit y dia.
el castillo y te enseñaré las ricas y hermosas joyas que traigo.
- Seáis el bien venido! Suba sin tardanza el mercader: mi padre no rehúsa dar albergue a quien de mí lo implora, aunque no me deja salir a coger mirto. -
El mercader la habla de amor, y amor la jura; le oye la doncella poniéndose encarnada.
Dime, ¿qué presente me harías si te unieses a mí?
- Daríate todo cuanto heredé; daríate el espejo de la ausencia.
- Escaso es tu don: poco produce, mercader, tu hacienda.
- Niña, la alhaja no tiene precio, ella es un tesoro.
Los tres siguiendo su destino, van a tierras extrañas; pero los tres piensan siempre en la hija del rey, que palidece y se marchita en la tristeza. Noche y dia suena en los viajeros, y alejada de su semblante la sonrisa, vive doliente y llorosa; inútil es ya que la permitan salir a coger mirto.
No va pus delitosa,
Sino plorosa,
Y es per demés que surta
A cullir murta.
Qué 'n direm! que 'ls tres hostes,
Baix d'unes costes,
Un bell jorn comparexen
Y se conexen.
Lo mercader repara
Y veu ben clara
Al mirall, la donzella,
Per maravella,
Del tot esblanquehida
Que pert sa vida.
Als companys ho fá veure;
No 'l volen creure.
Qué 'n direm! que 'l paratje
N'era una platje,
Y 'l mariner deslliga
Sa nau, sens triga.
- Anem! d'aquí a una estona,
Ona per ona,
A l' illa desitjada
N'haurá arribada. -
Los dos companys s'hi juntan
Y a la nau muntan.
Y ala, avant! sense teme'
Rema que rema.
¡Quién lo creyera! En un hermoso día se encontraron y conociéronse los tres caminantes al pie de una montaña. El mercader reparó en el espejo de la ausencia la imagen de la doncella, pálida y sin colores, como si fuese a extinguírsele la vida: los compañeros la ven agonizar y no quisieran creerlo.
¡Quién lo creyera! aquel sitio era una playa; el marinero desató rápido la nave: todos se unen y saltan al batel. - Partamos, y pronto de ola en ola llegaremos a la isla deseada.- Y boga que boga avanzaron sin temor.
Qué 'n direm! que a la roca
De l'illa toca.
Ja pujan la dressera;
Mas, ¿qué 'ls espera?
Tantost lo pont s'acala,
Van a la sala,
Y arribant a la porta
Senten: - ¡Ja's morta!... -
Llavors, de lo trobayre,
L'arpa mou l'ayre;
Y al punt, per maravella
Viu la donzella.
___
Are, els quí ohiu la glosa,
Digau: ¿quín sia
Dels tres que merexia
Ferne sa esposa?
Lo mirall diu sens falta
Que está malalta;.
La nau s'hi ha tramesa
Per 'vinentesa,
Y l' harpa del só lliure
La
fá reviure.
_____
Buena fortuna! ya abordan
a la ribera, suben por el atajo, se baja el puente del castillo,
llegan a la sala y oyen exclamar: - ¡Ha muerto! - Al instante el
trovador hace vibrar el aire con los acordes de su laúd y vuelve por
milagro a la vida la hermosa doncella.
____
Los
que habéis oído mi canto, decidme, ¿cuál de los tres peregrinos
merecía desposarse con la hija del rey? El espejo reveló que estaba
enferma y moribunda, rápida la nave hendió las aguas volando a su
socorro, y el arpa de las libres armonías devolvió los latidos al
yerto corazón de la doncella.
______
LA VENTADA.
¿D'hont ix l'alé que sorollant oretja
Y polsaguera mòu,
Y ab seca fullaraca juguetetja
Y 'ls pedrolins remòu?
¿D'hont ix l'alé que esfondra y arruina
Lo crivellat casal,
Y vincla, cruix y esqueixa de l'alzina
Lo rebassut cimal?
De mes en-llá les sèrres vé; s'afua,
Arruxa los niguls;
Mes quant ses íres ferm penyal agua,
Llavors gita bramuls.
Tal volta en arenals, monts y planures
N'ha fet cent remolins,
Y ha despullat arreu de ses verdures
Les eures y los pins.
EL HURACÁN.
¿De dónde viene ese aliento de gigante, que mugiendo pasa, y cubre el espacio de una nube de polvo; ese aliento que arrebata la seca hojarasca de los árboles y remueve hasta las piedras?
¿De dónde viene esa desbocada furia, este soplo que hunde y arruina el agrietado caserío, dobla, y hace crujir, y troncha el robusto ramaje de las encinas?
De más allá de las sierras partió, y arremete con indomable empuje aventando los colosales nubarrones; mas si a su paso iracundo se oponen los peñascos, lanza espantosos rugidos.
Tal vez allá en lejanos arenales, o en los montes y llanuras, arremolinóse cien veces, y despojó de su verde pompa las yedras y los abetos.
Tal volta ha saludat la caravana
Enmitx d'ardent desert,
O bé dels cims gelats de tramontana
Lo vel n'ha descubert.
Tal volta ha rebetjat les blaves ones,
Del mar guaytant lo fons,
Que ab escumera han engolit fellones
Cadávres y timons.
Son trafegar per llunyadanes platjes
No res d'eix mon detén.....
Lo breu y dilatat de sos viatjes,
D'enveja l'pit m'encén.
D'enveja, sí; per ço cuant la ventada
Rebufa ab veu de trò,
Al ras de la garriga, a s'alenada
Esment hi poso jò.
Llavores que m'alsás d'est sòl voldria,
Com alsa lo pallús,
Y dels humans los dòls y l'agonía
No m'perseguissen pus.
Y anar amunt, volant com les estrelles
Que son l'etern esglay
D'setgles y mes setgles, maravelles
Penjades en l'espay.
Llavors trascolaría ab reverencia
Dins mon pur esperit,
Los raigs que hi vessaria l'alta sciencia
Del rey de l'infinit.
Tal vez saludó poco hace, en medio del abrasado desierto, a la sedienta caravana, o viene de rasgar el velo con que se envuelven las altísimas cumbres del septentrión.
Tal vez agitado ha con fuerza inconmensurable las olas del mar, escudriñando sus profundidades; mientras se hundían en un abismo de espuma cadáveres y timones.
Nada, nada detiene su camino audaz sobre las playas mas apartadas...! ¡Ah! lo raudo y dilatado de sus viajes me enciende el corazón de envidia.
De envidia, sí; por eso cuando el huracán se desata, y con voz atronadora muge, desde la pendiente de la desabrigada selva, sigo atento su paso terrible.
Entonces quisiera que me arrebatase del suelo, así como arrebata la seca arista, y me trasportase allá lejos, donde no me persiguieran los dolores ni las agonías de este mundo:
Que me elevase a los infinitos espacios, volando al par de las estrellas, eterna admiración de los siglos, maravillosas lámparas suspendidas en la bóveda celeste.
Entonces, poseído de la reverencia más alta, filtrarían en mí espíritu los rayos que en él derramase la ciencia divina del rey del infinito.
DEU CASTIGA.
Seguint d'eyma la dressera
S'en anava un vell ceguet,
Y d'enfora li cridaren:
- ¡Per l'esquerra, y no caureu! -
A l'avís que l'enganyava,
Descals vá per sobre aritjes,
Y ningú corre a treure'l...!
Qui 'l burlá es aqueix bell jove
Que, al portal de La Mercé,
Als devots fa llum los vespres
Ab
un fanal qu'éll no veu.
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CASTIGO DE DIOS.
Caminando a tientas por angosto sendero iba un anciano cieguecito, y - ¡A la izquierda, que vais a caeros! - gritóle una voz lejana.
¡Infeliz del que sigue traidores consejos! el pobre andaba descalzo por sobre los zarzales y nadie acudía a socorrerle....!
Quien
le burló es el mancebo que todas las noches alumbra a los devotos en
la puerta de la Merced, con una lámpara cuya luz no verá jamás el
desdichado.
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Dins lo camp de l'ignorancia
N'han sembrat males llevors;
¡Ay del poble que s'escolta
De paraules que afalagan
Han begut lo verí dolç:
¡Trists d' aquells quí esperan viure
¿No devalla a la planura
Tot quant sobra a n'els turons?...
Per no veure richs y pobres
Es
mester esfondrá el mon.
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IGNORANCIA.
Semilla de perdición sembraron en el campo de la ignorancia:
¡Ay del
pueblo que escucha a los apóstoles del error!
La
humanidad ha bebido el dulce veneno de halagadoras mentiras.
¡Infelices de los que sueñan andar su camino, libres del yugo del trabajo!
¿No
baja al llano todo lo que sobra a las alturas?....
Preciso es que
se hunda el mundo para no hallar en él ricos y pobres.
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