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viernes, 27 de agosto de 2021

Geroni Rosselló, pobre mare, Victor Balaguer

¡POBRE MARE!

(Á n'en Victor Balaguer)



Baix del llorer que la tempesta esbranca,  Espallissada jau;  La sanch li brolla, l'esperit li manca,  Tròssos lo sceptre de ses mans li cau.

Baix del llorer que la tempesta esbranca,

Espallissada jau;

La sanch li brolla, l'esperit li manca,

Tròssos lo sceptre de ses mans li cau.


Lo lleó a sos peus, tot pres d'ardenta febra,

Ne llança trists udols,

Y l'espantosa nit desentenebra

De los incèndis la claror tan sols.


Trona el canó, espurnetjan les espases,

S'ouen de lluyta els crits;

Fer el germá al germá, les bales rases

Murs enderrocan per gegants bastits.


¡POBRE MADRE!

(A D. Victor Balaguer)

Acongojada y andrajosa yace a la sombra del laurel que desgaja la tormenta: brótale la sangre; su espíritu desfallece; de sus manos le cae hecho pedazos el cetro.

Postrado el león a sus pies y devorado por ardiente fiebre, lanza tristes ahullidos: envuélvenla de una noche espantosa las tinieblas, rasgadas tan solo por el siniestro resplandor del incendio.

Truena el cañón, centellean las espadas, escúchase el grito feroz de la lucha: asesta el hermano contra el hermano su arma homicida: las balas rasas derrumban los muros altivos que levantó una raza de gigantes.


Cáuen los márbres de les arts jolies,

Bèfanse els antichs reys;

Renechs de Deu y folles flastomies

Dins lo temple ressonan de les lleys.


Les fulles santes de gloriosa historia

Rompen irades mans;

S'endevallan los prous, munta l'escoria,

La virtut calla y cridan los vilans.


Del nòm de pátria y de la fe s'en riuen,

Perque lo mon s'esbuch;

Y, vils, de “germandat” lo mot escriuen

En lo punyal traidor y en lo trabuch.


Ruïna y sanch escampan a mans plenes,

Portant per tot l'esglay;

Cridant la llibertat forjan cadenes,

Perque envilida no respires may.


¡Ah, mare de mon cor! ¿qué fas?¿qué esperas?

Alsa't! alsa't al punt!

Si no açòtas ades aqueixes feras

¿Quí may com tú caurá de tan amunt?


Ton lleó afua'ls qu'als alarbs afuares,

Y fibble 'ls que son sorts:

Arrera els vils que 't volen fer de pares,

Y no han sigut per tú sino fills borts!


Caen las estatuas labradas por el cincel primoroso del arte; béfase la memoria de los antiguos soberanos; resuenan en el sagrado templo de las leyes desatentadas blasfemias, y los votos impíos con que se reniega de Dios.

Iracundas manos rasgan las hojas santas de nuestros fastos llenos de gloriosos hechos: sucumben los buenos y sube ensoberbecida la escoria: enmudece la virtud, y vocean revoltosos los villanos.

Riénse de la fé, escarnecen el nombre de patria paraque el orbe se hunda, y escriben, los muy viles, la palabra “fraternidad” en la hoja del puñal traidor y en el cañón del trabuco.

Esparcen a manos llenas la sangre y la ruina, infundiendo por do quiera terror y espanto; cadenas forjan al grito santo de libertad, para que envilecida no puedas nunca alcanzar respiro.

¡Ay, madre de mi alma! ¿qué te detiene? ¿qué esperas? Levántate! levántate sin demora! Si pronto no azotas esos tigres ¿quién como tú habrá caído de tan alto?

Azúzales tu fiero león, el león que azuzaste al atrevido agareno! Azota el rostro de los que son sordos a tus clamores! Atrás, los villanos, que mintiendo ser tus padres, no fueron para ti sino hijos espúreos.


Fills borts los qui lo plom y la metralla

Ne fonen p'el cor teu,

Y encenen la discòrdia y la baralla,

Fent bèfa del qui creu, reptant a Deu.


Fills borts los qui ton blau mantell fan tròssos

Tot prometent el bé,

Y creman la suor de los teus òssos,

Per fer llum a lo jou qui ja s'en vé.


¿Y ets tú la qui d'infern les negres portes

Dexas obrir p'el mal?

¿Ets tú, ma mare, qui 'l flagell comportes

D'exa maynada que te fá el dogal?


Tú qu'estampares tes glorioses gestes

Del mon entre els recòrts,

¿Soffers que te desparen les ballestes

Los que fan son blassó de los seus tòrts?


¿Voldrás que caiga la geganta torre

Que açí ta gloria es feu?

Tú qu'ab ton eyma y ab ton alt discorre

Un mon trobares, sols sabut de Deu?


¿Voldrás que l'host del mal, qu'el mal agrupa,

Aport ton ganfanó?

Que en lo teu front altiu tothom escupa,

Com en vil dòna qui no té perdó?


Espúreos, sí, los que funden el plomo y la metralla para desgarrar tus entrañas; los que la discordia atizan y la pelea, escarneciendo al que cree y desafiando al mismo Dios.

Espúreos, sí, los que hacen trizas tu rico y glorioso manto, prometiendo la ventura; mientras queman el sudor de tus huesos, para alumbrar a los que vienen a uncirnos el yugo.

¿Y eres tú la que dejas abrir las negras puertas del averno para que el mal nos aniquile? ¿Eres tú, madre mía, la que sufres el azote de esa gavilla indigna que te prepara el dogal?

Tú, que grabaste tus hazañas inmortales entre los más altos recuerdos del mundo, ¿sufres que asesten las ballestas contra tu pecho, esos descreídos que hacen su blasón de sus mismas infamias?

¿Permitirás que se derribe la torre gigantesca que en tu suelo levantóse la gloria, tú que con tu pensamiento y con tu genio supiste encontrar un mundo cuya existencia solo Dios sabía?

¿Permitirás que la ominosa hueste del mal, que para el mal se conjura, sea la que ondee al viento tu gloriosa enseña? Que en tu altiva frente escupan las naciones, como en vil mujer indigna de perdón?


Lo llamp de ta ira que esglayá la terra

Branda, mare del cor!

Branda'l valenta per combatre l'erra!

¡Guarda que t'honra calçigada mor!


¿Qué fás? ¿qué esperas? ¿lo teu braç se cança?

¿Ahont son tos fills lleals?

¿Per no exir mes s'es posta l'esperança

A dins l'avench sens fons de los teus mals?


¿D'entre la cendra les cremades paumes

No veurem reverdir?

¿La patria dels Pelays, dels Cids, dels Jaumes,

Per la má de butxins ha de morir?


Recorda't que en las Navas a tes ires

Caigué el sarrahí espirant;

Recorda't que ab sanch turca ne tenyires

Les barbullentes ones de Llepant.


Que has fet recorda't a mitj mon de mare,

Ta fe espargint per tot;

Qu' a lo gegant del setgle feres care,

Tallant a son llorer el millor brot.


Que lo trepitx de ta valenta tropa

Estremia els dos mons,

Y en tú fixats los ulls, la vella Europa

Signava ton voler de jonallons.


Esgrime, madre del alma, esgrime el rayo de aquella noble ira con que en otros tiempos pusiste en espanto la tierra! Esgrímelo valerosa, para confundir tanta mentira! ¡Mira que la muerte amenaza hoy tu honra ya pisoteada!

¿Qué te detiene? ¿qué esperas? ¿se cansa tu brazo inerte? ¿En dónde están tus leales hijos? ¿Acaso para no rayar nunca más se hundió tu esperanza en el abismo sin fondo de tus males?

¿Ya nunca han de ver nuestros ojos reverdecer las abrasadas palmas de entre la ceniza? ¿La patria de los Pelayos, de los Cides y de los Jaimes ha de morir a manos de esa horda de verdugos?

Acuérdate de que a tus iras cayó espirante en las Navas el poderoso agareno; acuérdate de que enrojeciste con sangre turca las ondas turbulentas de Lepanto.

Acuérdate de que, como madre, abrigaste medio mundo bajo tu manto glorioso, esparciendo por do quiera la luz de tu fé; que hiciste frente al gigante del siglo, segando la rama más preciada de su eterno lauro.

Que el paso de tus huestes valerosas y aguerridas estremecía los dos hemisferios de la tierra; que la vieja Europa, fijos en ti los ojos, suscribía de rodillas a tu voluntad.


Mes ay, tú callas: l'angoxosa pena

Estrengola ton cor!

No hi ha esperança de virtut ni esmena,

El crit de l'ira ofega lo teu plor.


Dins l'ombra negre qu'escampá el deliri

Negú hi veu ni s'entén;

Fan per ton front corona de martiri,

Forjantla al foch de l'òdi que s'encén.


Per la matzina que te fou donada,

Triaca prou no hi há;

Tota 't dessangras, y en ta faç nafrada

Son trist sagell la mort hi estampa já.


Y de lluny miran ta pipella closa,

Lo teu badall darrer!

¿Quí sap lo que demunt ta negre llosa

Vendrá a axecar la má del estranger?


Mes no; desperta't com abans tan alta!

Mògue'ns ton dolor greu!

Si per salvarte l'esperit ens falta,

Ab fe y mans juntes demanémlo á Deu.

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Mas ay! tú enmudeces: la pena y la congoja te prensan el corazón. Perdiste ya la esperanza; no crees ya en la virtud ni en la enmienda de los que así te ultrajan: el grito de la ira ahoga tus ayes y tu llanto.

Entre la negra sombra con que te envolvió el delirio, nadie sabe a donde va, nadie se entiende: fúndese una corona de mártir para tu noble cabeza, y la funden al fuego de los odios que por momentos crece.

No, no hay triaca salvadora para el mortal veneno que a beber te dieron. Ah! te vas toda desangrando, infeliz, y en tu rostro herido ha estampado ya la muerte su triste sello.

Y en tanto de lejos observan como cierras tus párpados, como exhalas tu postrer suspiro! ¿Quién sabe lo que vendrá a levantar sobre tu negra losa la mano del estranjero?

Mas no: levántate, como antes sube al pedestal de donde has bajado. Muévanos la intensidad de tu dolor. Si nos falta aliento para salvarte, llenos de fé y con las manos juntas, pidámoslo a la misericordia de Dios.

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