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lunes, 30 de agosto de 2021

EN JOSEPET. Victoria Penya.

EN JOSEPET.

Tot vestit de roba negre  Y trencada la color,  Jugant ab quatre fustetes,  N'está lo pobre minyó.


Tot vestit de roba negre

Y trencada la color,

Jugant ab quatre fustetes,

N'está lo pobre minyó.


Se 'n ha portat a sa mare

Avuy lo cotxo dels morts:

Sa mare era jove y bona,

Ay, fill meu, ¡quína dis-sort!


Lo nen al mirarla estesa

N'ha esclatat en tan greu plor,

Que hauria partit les pedres,

Quant y mes romput los cors.


PEPITO.


Vistiendo luto y descolorido el semblante, se entretiene el pobre niño, y se afana por unir cuatro tablas que para jugar eligiera.

Llevóse hoy el coche de los muertos a su madre idolatrada, a su madre, tan buena y tan joven aún! Ay! qué desgracia, hijo mío!

Al verla el niño tendida y yerta, prorrumpió en llanto; y sus lágrimas partían las piedras ¿cómo no habían de romper los corazones?


Mes ay, valga 'ns l'innocencia!

Desde les hores tot-sol,

Com si tal cosa hagués vista,

Está distret ab lo joch.


Tant de bó que ho oblidasses!

Ángel de Deu, tant de bó!

Que n'es molt trista la vida

Si l'amarga un tal recort.


Josepet, ¿a ne qué jugues?

Surt, fillet, d'aqueix recó.

- Jo no juch, lo nen contesta,

Ni ganes ne tinch tampoch.

Jo 'l que vull, ferne una caxa

Ab aquestes quatre posts,

Y aprés d'estirarm' hi dintre,

Que vinga el cotxo dels morts.


¿Perqué dins la caxa grossa

No 'ns hi aficaren tots dos?

Ma mare sempre me 'n duya,

Y al punt m'hauria fet lloch. -


Y en Josepet altre volta

Esclata en dolorós plor,

Que hauria partit les pedres,

Quant y mes trencat los cors.


Mas ay! bienhaya la inocencia! cuando volvió a quedarse solo, como si nada le hubiese pasado, con el juego otra vez se distrajo.

Ójala fuese cierto tu olvido, angelito de Dios! Ójala! Triste, triste es la vida si un recuerdo tan doloroso la amarga!

- Dime, niño, ¿a qué juegas? Sal, hijo, de ese rincón, anda...!
- No juego, no, contesta la tierna criatura; no juego, ni gana de jugar tengo tampoco.

Lo que quiero es hacerme una caja con esas cuatro maderas, para que, tendido en ella, vayan por el coche de los muertos.

¿Por qué en la caja grande de mi madre no me encerraron a mí también? Mi madre que siempre me llevaba consigo ¿creéis que no me hubiera hecho sitio? -

Y el atribulado niño prorrumpe otra vez en doloroso llanto: y sus lágrimas partían las piedras, ¿cómo no habían de romper los corazones?

miércoles, 21 de julio de 2021

V, ¡POBRE DONA!

V

¡POBRE DONA!

Beati pauperes spiritu;
quoniam ipsorum est
regnum coelorum.

(Evangeli de S. Mateu; cap. V.)


Plena d´enuig y anyorança,
Plena de cruels agoníes
Y dolors,
De la pobre l´esperança
Se pert, y les alegríes,
Y ´ls amors;
Si es que de goig una estela
Il-lumine sa persona
Pe´l viarany;
Si es qu´ovir perduda vela,
Al mig de l´inmensa ona
Del afany.


V
¡POBRE MUJER!

Llena de pesares y recuerdos, de cruels agonías y dolores, se desvanece su esperanza, cual se desvanecen su amor y su alegría; si es que alguna estrella la ilumine en los senderos del mundo; si es que descubra acaso perdida vela, en el inmenso piélago de sus afanes.


Miraula: sa groga cara
Ab lo negre mocadó
Mig coberta;
Porta un vestit de sa mare,
Un espellisat gipó;
Tota oberta
La sabata de captiri,
Que ´n l´esglesia li donaren
Molt temps fa.

Dona hermosa, com lo lliri
Que los vents arrebassaren
Y´s mor ja.

Veniu á veure exa dona;
Si teniu de Deu lo do
Ploraréu.
D´un porxo vell, hont retrona
Lo vent d´ivern, á un recó
Trobaréu,
Un matalás de burballa,
Y una tauleta de pi,
Sense pa.
Tothom calla, tothom calla;
Lo cotxo del rich vehí
S´ou passar.


Ved á esa mujer: negro pañizuelo le encubre á medias la pajiza cara; viste viejo sayal de su madre, y despedazado justillo; calza destrozados zapatos de limosna, que le dió el señor cura hace muchos meses. Hermosa... como marchito lirio arrancado por los huracanes.

Venid conmigo á la vivienda de la pobre. Si tenéis el don de Dios, cristianos sentimientos, derramaréis compasivas lágrimas. En un rincon de destartalada guardilla (porxo, buhardilla, perchi, pérgola, desván), donde silba el vendabal de invierno, encontraréis un jergon de virutas (márfega), y una mesilla de pino, sin pan. Todos callan, todos callan; siéntese pasar el coche del rico vecino.


A dalt d´aquesta porxada,
Pudrida per les goteres
De la pluja,
Viu la pobre malanada,
Y l´ayre fresch de les eres
May hi puja.
Bona mare, feel esposa,
Y no té pa pe´ls infants,
Ni consol;
De salut apenes gosa,
Puys traballa sens descans,
Sol á sol.

¡Pobre dona! Quant nasqueres
De la miseria sentires
La picada.
Quant més grandeta te feres
Casi de fam te morires,
Arrufada.
Y donzella trahullosa
Ab tos guanys roba comprares
Per los teus;
Te demaná per esposa
Un infelís y´t casares
Sense arréus.


En ese camaranchon, podrido por las goteras de la lluvia, vive la malhadada. Nunca se respira allí el fresco aire de los campos. Buena madre, fiel esposa; mas no tiene pan para los hijos, ni consuelo. Apénas goza de salud; trabaja sin descanso desde la madrugada hasta la noche.

¡Pobre mujer! Al venir al mundo, ya sentiste el aguijon de la miseria. Antes de entrar en la pubertad, casi te moriste de hambre, por tu encogimiento. Y hacendosa doncella, con tus ganancias compraste ropas para los tuyos; te pidió por esposa un infeliz, y te casaste sin preparacion y sin ajuar.


¿Quí socors á aquexa dona
Si té malalt son marit,
Dar voldrá?
Negú del mal s´en adona;
Asseguda vora ´l llit,
¿Qué fará?
Tu no tens robes daurades,
Tu no tens nom esplendent,
No tens or;
No tens belleses malvades,
Tretes á vendre á la gent
De mal cor.

Jo he vist quant la tramuntana
D´ivern gela´l moll dels òssos
Y la sanch,
Un senyor qui ve ab ufana
De sarau, vestir los gossos,
No´ls toch fanch.
¿Y ella? ¡Ay, ay! De porta en porta,
Cercant consol de sa pena
Y un rohegó,
Troba un guardia de sanch morta,
Qui per vaga se la ´n mena
A presó.


¿Quién la socorrerá, si cae enfermo su marido? Nadie se cuida de la desgracia agena. Sentada junto al lecho del dolor, ¿qué va á hacer? Tú no tienes telas de oro, no tienes famoso nombre, no tienes dinero; no tienes malvada belleza que saques á pública subasta, para la gente de infame corazon.

He visto, cuando la tramontana de invierno hiela los tuétanos y la sangre, á algun señoron, que, al regresar pomposamente del teatro, mandaba poner gualdrapas á sus perros, para guarecerlos del frío y del barro. ¿Y ella? ¡Ay! ¡ay! Busca consuelo en su quebranto; pide de puerta en puerta un mendrugo de pan; y halla al fin algun caritativo guardia, que por vagamunda se la lleva á reclusion.


Axí la jírgola sola
En mig del desert perduda
Se mostía;
Axí vermella atzerola
Dins fangosa pols cayguda
Per la vía.
Entorn, ab fréstes dïades,
De la pobre, se passeja
Mut lo temps;

Passan hores endolades,
Mentre ´l mon l´estamaneja
Com á fems.

Y quant magra malaltía,
Dels sufriments rodejada
Y´l penar,
Men de la mort l´alegría,
Y vinga la pau amada
Del fossar;
Tomba de terra rojenca,
Trapitjada per tothom,
No cerquéu;
¡Que´l cós més aviat se trenca
Perdut dins grava, sens nom,
Sense creu! …........


Así la desnuda seta, perdida en el desierto, se marchita; así la encarnada acerola, caída en el fango de los caminos. Al rededor de la pobre corre el tiempo, mudo, con pavorosos días. Pasan las enlutadas horas, miéntras el mundo la trata como basura. (*)


Y cuando flaca enfermedad, acompañada de penosos sufrimientos, traiga la alegría de la muerte, y venga la suspirada paz del cementerio; no busquéis sepultura, siquier de rojiza tierra, pisada por las gentes, no; ¡porque el cuerpo se disuelve más pronto, perdido en cascajosa arena, sin nombre, sin cruz!.......

(*) Purgamenta hujus mundi... Frase de S. Pablo, llena de verdad y fuerza.
(Vid. Epíst. I. ad Cor. Cap. 4. vers. 13).


¡Oh! Tanta cruel desventura,
Tanta virtut oblidada,
¿A hónt s´en va?
¿Quí premía l´amargura
D´una vida atareada,
Més allá?
¡DEU!, qui ab mirada serena
Dirá: l´ánima inmortal
Meua sía;
Jo goigs li daré á la plena;
¡Jo´t don la Ditxa Eternal,
Filla mía!

Octubre 1868.


¡Oh! Tanta cruel desventura, tanta virtud olvidada, ¿á dónde van? ¿Quién premia en la eternidad las amarguras y trabajos de la vida? - ¡DIOS!, que con serena mirada dirá:
el alma inmortal me pertenece. Yo le daré goces á manos llenas.
¡Yo te doy la eterna felicidad, hija mía!

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