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jueves, 29 de julio de 2021

IV, Á LA VINGUDA DEL SENYOR.

IV

Á LA VINGUDA DEL SENYOR.


Deus ipse veniet,
et salvabit vos
.

(ISAÍAS: Capítol XXV; verset 4.)

Boyrós era lo día;
Del temple de Salem lo Rey profeta
Del Sacrifici exía;
La veu del sant poeta
Poble, guerrers é sacerdots movía.

Ab l´arpa misteriosa
Lo Rey sòns misteriosos escampava:
Sa veu maravellosa
De Jehovah exalçava
Lo Braç potent, la Gracia victoriosa.


IV

Á LA VENIDA DEL SEÑOR.

El cielo estaba nublado; el Rey profeta salía del templo de Jerusalem, de ofrecer un sacrificio; la voz del divino Vate atraía pueblo, guerreros y sacerdotes.

De su misteriosa arpa, el Rey arrancaba sonidos misteriosos; su admirable voz ensalzaba el potente Brazo de Jehovah, su Gracia victoriosa.

Cantava la destresa
Dels inimichs de Deu, l´ardenta ira
Dins de son cor encesa
Contra l´humil, que mira
En Deu l´únich consol de l´orfanesa.

Contra Vos, Senyor, deya,
É vostre Ungit, del Assia les maynades
Que un temps l´odi desfeya,
Pe´l Maligne aplegades
Arman d´ira é de fel son cor de teya.

É sempre llum boyrosa,
É sempre la host del Bé queda retuda,
Ab sa gloria confosa;
May vehem asseguda
La gent á l´ombra de la pau ditxosa.

Los hòmens estantissa
É esgrogahida l´esperança tenen;
Com vïatjer que frissa
Son camí tots emprenen
Per la costa del mal llenegadissa.

Digáu, de les Altures
Oh gran Poder, ¿fugir atabuxada
Veurán les criatures
La virtut? ¿Maltractada
La virtut ha de ser per mans impures?”


Cantaba la astucia de los enemigos de Dios, la saña encendida en su corazon, contra los humildes que en Dios ponen el único bálsamo de la horfandad.

Y decía: “Señor, contra Ti y contra tu Ungido, las muchedumbres del Asia, ántes desunidas por odios de tribu, ahora por el genio del mal adunadas, arman de ira y de hiel sus pétreos corazones.

Siempre dudosa luz; siempre las huestes del bien son derrotadas, y confundida su gloria; nunca los pueblos se sientan á la sombra de la paz.

Los hombres tienen marchita y amarillenta la flor de la Esperanza; como viajero que lleva prisa, todos emprenden su camino por la resbaladiza rampa del mal.

Díme, oh gran poder altísimo, ¿veremos huír la virtud, arrojada de los hogares? ¿Veremos cómo manos impuras maltratan la virtud honesta?”


De rebent, quant exía
De los núbols un raig de blanca aurora
Que la fosca aclaría,
La terra venidora
Devant lo Rey profeta resplendía.

Son pensament alçava
Les portes eternals; tota gojosa
Sa cara se inflamava;
É á l´harpa silenciosa
Nova harmonía l´Esperit dictava:

Reviu, oh Patria mía,
Reviu com may ta sempiterna gloria;
Rodeja l´alegría
Mon cor per la victoria
Que Jehovah nos dona en lo gran día!

Baxa de les Altures
Lo Braç de Deu, é omnipotent arranca
Les nissagues impures;
La malvestat ja manca,
Lo crim en mig del caminal aturas´!

“ ¡Furia de la batalla!
Lo Braç de Deu netejará la terra,
De lleons ampla valla.
¡Còm poderós los ferra!...
Mes ¡no! ¡lo pur Amor del cel devalla!...


De repente, al brillar entre las nubes un rayo de blanca luz, que disipaba la oscuridad, la tierra de lo porvenir se aparecía radiante á los ojos del Rey profeta.

Su pensamiento levantaba las puertas eternales; enardecíase regocijado su rostro; y al arpa silenciosa el Espíritu de Dios dictaba nuevas armonías.

¡Revive, oh patria, revive como nunca tu sempiterna gloria; la alegría rodea mi corazon por el triunfo que Jehovah nos ha de dar en el gran día!

Baja de las Alturas el Brazo de Dios, y, omnipotente, arranca de la tierra el predominio de las razas del mal; la iniquidad mengua; el crímen se pára estupefacto en mitad de su camino.

¡Ardor de la batalla! El Brazo de Dios limpia la tierra, ancha cerca de leones. ¡Con qué poder los encadena!... Mas ¡no! ¡el Amor puro baja del cielo!


Baix d´esventada runa,
En mig del camp desert, á la mal hora
De fredosa nit bruna,
Jau en la menjadora
Lo fill del Rey, pobret sense fortuna.

Los ángels aparexen;
¡Pau! repeteix la il-luminada esfera;
Pastors allá conexen
La ditxa que´ls espera,
É anyells de llet al Recent Nat ofrexen.

É vénen de l´aurora,
Los reys de illes lunyanes, hont oviran
L´estrella brilladora;
¿Veyèu camells que giran
É á Éphrata s´en vénen benfactora?

Lo mon se regenera,
Baxa claror de l´eternal Altura,
Lo Rey Ungit impera,
S´esglaya l´impostura,
La humilitat arboran per bandera.

Calláu; viu establerta
La justicia en lo cor, sens ferhi nosa;
La porta s´es oberta
De lo Ver, abans closa;
Hont se vulla la pau regna complerta.

En unas ruinas expuestas al vendabal, en campo desierto, á las altas horas de oscura y fría noche, acostado en un pesebre, pobrecito sin fortuna, está el Hijo del Rey.

Los ángeles descienden; paz repite la deslumbrante esfera; pastores conocen la dicha que les aguarda, y ofrecen tiernos recentales al Recien Nacido.

“Y vienen de las partes de la aurora los reyes de las lejanas islas, donde vieron la brillante estrella. ¿Veis esos camellos que se acercan, y llegan á la bienhechora Éfrata?

El mundo se regenera; la luz desciende de los montes eternos; reina el Rey Ungido; desmáyase la mentira; enarbólase la bandera de la humildad.

¡Silencio!... La justicia vive sin empacho, en el corazon; las puertas de la verdad, ántes cerradas, hanse abierto de par en par; completa paz impera por doquier.



É la terra, corcada
Com un camp de blat mort, de nou s´estufa;
Lo cel plou sa rosada
Qu´es el Just, y s´arrufa
Ab ses rencors l´enveja malanada.

É vénen, é cobrexen
Monts de Israël los negres de l´Arabia;
Los de Sabá partexen;
É´ls deus de la India sabia,
De marbre enrevoltats, se migpartexen.

Noves virtuts sadollan
Lo llinatje humanal; los vents de guerra
No´s mouen ni sorollan;
Les nacions de la terra
Devant lo Crist plegades s´agenollan.

¡Hala! ¡hala! ¡L´aliança
Cantáu dels fills de Deu, pobles extesos
Pe´ls camps de l´esperança!
¡Los grillons están fesos!
¡L´hora s´en ve de vostra deslliurança!”

Diu Davit. Ascoltaren
Poble, guerrers é sacerdots; é á una
Los timbals ressonaren,
Contents ab sa fortuna,
É abraçantse ab amor tots exclamaren:

¡Saludemlo, eix gran Día,

Día de glories, de inmortal ventura!

¡Ay! ¡lo mal nos perdía;
Pero en la Etat futura
Deu, Deu nos salvará! ¡Beneyt Ell sía!”

Febrer de 1869.


Y la tierra, carcomida como campo de trigo muerto, de nuevo se restaura; el cielo llueve su rocío, que es el Justo; y acobárdase la envidia con todos sus rencores.

Y vienen, y cubren montes de Israel los negros de la Arabia; parten los de Sabá; y los marmóreos dioses de la docta India caen hechos pedazos.

Nuevas virtudes alimentan el humano linaje; ya no soplan los vientos de la guerra; las naciones todas se arrodillan ante el Cristo.

¡Ea! ¡Cantad la alianza de los hijos de Dios, pueblos tendidos por los campos de la esperanza! ¡Las cadenas están rotas! ¡Llega la hora de vuestra libertad!”

Dijo David. Pueblo, guerreros y sacerdotes escucharon contentos. Sonaron á una los címbalos; y, abrazándose unos á otros, exclamaron:

Saludemos ese gran día, día de glorias, de venturas inmortales.
¡Ay! ¡la maldad nos pierde; pero en el tiempo futuro, Dios, Dios mismo nos salvará! ¡Bendito sea!”

miércoles, 21 de julio de 2021

XVIII, LLUCH.

XVIII

LLUCH.

Son altes les montanyes, la verda cabellera D´alzines druïdenques cobreix los comallars; Lo Sol de Deu quant daura la matinal brumera Corona ´ls puigs de flames que lluhen com altars.



Et erit in novissimis diebus praeparatus,
mons domus Domini in vertice montium...
et fluent ad eum omnes Gentes.
(Isaiae, cap. 2.) (*)

Son altes les montanyes, la verda cabellera
D´alzines druïdenques cobreix los comallars;
Lo Sol de Deu quant daura la matinal brumera
Corona ´ls puigs de flames que lluhen com altars.

¡Lo vent be remoreja! ¡Lo bosch es un sagrari!
Ressonan dins la selva les primitives veus;
Y surten les sibiles del Lúcus, ab desvari,
Y ´ls sacerdots gentílichs vestits ab blanchs arreus.

Remors de la Velluria, passáu com un oratje;
Les áligues s´axecan del cim de los turons;
Raigs de sol juguetejan baix lo fullam selvatje
Ab gotes de rosada que penjan dels brostons.

(*) Esta oda obtingué “Menció honorífica”, en lo certámen de les Fires y Festes, celebrat á Palma lo día 15 de Setembre de 1881.

XVIII
LLUCH.

Son altas las montañas; la verde cabellera de druídicos encinares ondea en sus vertientes: el Sol de Dios, cuando enciende las brumas de la mañana, corona de llamas las cumbres, que como altares brillan.

¡Suspira fuerte el viento! ¡El bosque es un sagrario! Resuenan en lo interior de la selva, las voces de los habitantes primitivos. Las sibilas salen del Lúcus, tocadas de divino furor; y aparecen los sacerdotes del Gentilismo, envueltos en blancas vestiduras.

Voces de los antiguos tiempos, pasad como la brisa. Levántanse las águilas sobre la cima de los cerros; rayos de sol juguetean, bajo el nudoso ramaje, con gotas de rocío que penden de los mirtidanos.


Brancams de les pinedes, violetes de la vía,
Perfums de les boscuries, olors del vent suau,
Formem un incesari pe´l trono de María;
Que ´ls núvols repartescan l´aroma en lo cel blau.

Fontanes abscondides, brolláu, brolláu depressa;
Cantáu ab més dolçura, rossinyolets de nit;
Y ab vostres harmoníes oferirèm expressa
Cançó á la Santa Verge del fons de nostre pit.

Ací, en mig de les penyes, s´eleva ´l Santüari;
L´Amor en antichs setgles sos fonaments alçá.
¿De los moderns tal volta malnat alè contrari,
Per odi trabucarlos voldría?... ¡No podrá!

Sobre estes santes lloses, devant la negra Imatge
De la celestial Verge, posaren sos genolls
Los qui la gloria cercan, los qui li fan estatje,
Los afanyats de ditxa, los qui n´están sadolls.

Lo rey sa real corona, lo duch sa forta espasa,
Lo llaurador sa rella, sa barca ´l mariner,
Sagraren á María dins esta santa Casa;
Y´l poble baleárich d´amor li feu dosser.

Los qui ´ls verjers colturan de Sóller y Pollença,
Omplint á grans faldades lo porxo de fruyts d´or;
Los qui ab les ones lluytan, d´Andratx en la defensa;
Los qui´ls rahims trapitjan morats de Manacor;
Ramas de los pinares, violetas del camino, perfumes de las selvas, olores de los céfiros, formemos incensario para el trono de María: que las nubes repartan este aroma por el azulado cielo.


Ocultas fuentecillas, saltad, saltad apresuradamente; cantad, cantad, melodiosos ruiseñores de la noche; y con vuestras armonías ofreceremos á la Santísima Vírgen expresa cancion, salida del fondo de nuestro pecho.

Aquí, en medio de las peñas, se levanta el Santuario. El amor en remotos siglos echó sus cimientos. ¿Tal vez los modernos abrigan en contra malsanas aspiraciones, y por odio volcarlos quisieran?... ¡No podrán!

Sobre estas santas losas, ante la negra Imágen de la celestial Vírgen, doblaron sus rodillas los que buscan la gloria, los que ya la poseen, los afanosos de felicidad, los que están hartos de ella.

El rey su real corona, el capitán (lo duch) su invencible espada, el labrador su arado, el marino su buque, consagraron á María bajo las bóvedas de esta Santa Casa; y todo el pueblo balear le preparó en ella el magnífico solio del amor.

Los que cultivan los verjeles de Sóller y Pollenza, almacenando en sus desvanes el abundante fruto de oro; los que, por el buen nombre de Andratx, desafían el poder de las olas; los que pisan en el lagar las moradas uvas de Manacor;


La mare carinyosa qu´espera la tornada
Del qui la mar inmensa per son deber solcá;
L´esposa benehida, la jove enamorada,
Lo noy ple d´esperances, lo consirós anciá;

Tots pujan estes costes, tots duhen presentalles,
Per ornar de María lo noble camaril;
Tots li demanen força del mon en les batalles,
Y esperan obtenirne les gracies mil á mil.

Oh santa Verge nostra, perleta mallorquina,
Sis setgles fa qu´ascoltas la veu dels insulars;
Sis setgles fa qu´est trono de forma gegantina
Bastiren, perque fosses la Reyna de ses llars.

Has vist de nostra historia passar totes les gestes;
Al peu de tes montanyes están los mallorquins;
¡Llibèrtalos, Senyora, d´iniquitats ferestes,
Y de la bella Patria goberna los confins!

Agost de 1881.


La cariñosa madre que aguarda la vuelta del que, en cumplimiento del deber, atravesó el inmenso mar; la bendita esposa; la jóven enamorada; el niño, de esperanzas lleno; el anciano meditabundo;

Todos suben estas cuestas, todos traen ex-votos para colgar en el antiguo camarin de María; todos la suplican les dé fuerzas en los combates del mundo; y esperan obtener de ella mil y mil gracias.

Oh Santa Vírgen nuestra, brillante perla mallorquina; seis siglos hace que escuchas la voz de los isleños; seis siglos hace que te levantaron este trono de gigantesca forma, para que fueses la Reina de la Isla.

Has visto pasar los sucesos de nuestra historia; al pié de tus montañas están los mallorquines. ¡Señora, libértalos de feroces iniquidades; sé Tu el piloto de esta bella patria!

(V. nota 13.)

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Lluc

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