jueves, 29 de julio de 2021

VIII, ¡ALELUYA!

VIII

¡ALELUYA!

¡Resurrexit!, la llum de l´aurora,

¡Resurrexit!, los raigs de lo sol,
¡Resurrexit!,
l´estrella de l´auba,
¡Resurrexit!,
exclamam ab goig.
_

L´ha vist ara l´amant Magdalena,
L´han vist ara dexebles d´Emaús,
L´ha vist ara la Verge María,
L´han vist ara Sant Pere y Sant Joan.

_

¡Aleluya!
, ressòn dins l´esglesia,
¡Aleluya!,
la mar y lo mon,
¡Aleluya!,
beneytes campanes,
¡Aleluya!,
cridáu ab amor.

Setembre 1881.


VIII
¡ALELUYA!

¡Resurrexit!, la luz de la aurora,
¡Resurrexit!,
con gozo exclamó,
¡Resurrexit!,
la estrella del alba,
¡Resurrexit!,
los rayos del sol.

_

Que le ha visto la fiel Magdalena,
Que le han visto camino de Emaús,
Que le ha visto la Vírgen María,
Que le han visto San Pedro y San Juan.
_

¡Aleluya!, resuene en el templo,
¡Aleluya!, en la gran creacion,
¡Aleluya!,
benditas campanas,
¡Aleluya!, gritad con amor.

VII LA MATINADA DEL DIVENDRES SANT.

VII

LA MATINADA DEL DIVENDRES SANT.

Á MA GERMANA MARIETA.

I

A L´AUBA.


Avuy finá´l bon Jesús;
Tal día com ´vuy la mort
Tot un Deu del Cel y Terra
Sofrí clavat en un tronch.

Axecáuvos, ma germana,
Que vull anar al sermó;
Axecáuvos, les cinch justes
Toca´l rellotje de Cort.

Temps prou n´hi há per dormir,
Descans ne tenim bé prou;
Ara al servici de Deu
Ab afany correrém pront;


VII
LA MADRUGADA DEL VIÉRNES SANTO.

Á MI HERMANA MARÍA.

I
AL ALBA.

Hoy murió nuestro Señor Jesucristo; hoy el soberano Dios de cielos y tierra sufrió la muerte, clavado en un madero.

Levántate, hermana: iremos á oír el sermon; levántate, las cinco dan en punto en el reloj de la Ciudad.

Ya dormiremos más otro día; sobrado tiempo queda para el descanso; ahora debemos correr con presteza al servicio de Dios.


Ara qu´els braços extesos
Per derramar gracia al cor,
Per darnos una aferrada
Estreta té´l Fill del Hom.

Vaja, sí, ma germaneta,
Vestíuvos saya de dol,
Llarch vestit de merin negre,
Espessa manta de gro;

Y ab cabells plans, á imatge
De la Mare dels Dolors,
A ab los ulls baxos, plorosos,
Y gens falaguer lo còs;

Ab humil cara mostráune
Del pit lo greu desconhort;
Que l´Esglesia nos convida
A que dexem vuy lo mon.
¡Ay, Deu meu, per mi moríreu;
Muyra mon pecat per vos!


II
PE´L CARRER.

Qué n´es de fredós l´oratje;
Còm siula lo ventijol;
D´un extrem á altre natura
Desficiosa se conmou.


Ahora tiene el Hijo del Hombre abiertos los brazos, para derramar su gracia en el corazon, para abrazarnos estrechísimamente.

Vaya, hermanita. Vístete traje de luto; larga falda de negro merino, mantilla de espesa seda.

Ciñe tu pelo, sin rizos, como el de la Vírgen de los Dolores; ten los ojos bajos y llorosos, el paso grave;

El ademan humilde, el rostro compungido, para demostrar de alguna manera el acerbo dolor del alma: que la Iglesia nos convida á que hoy dejemos el mundo.

¡Ay Dios mío, por mí moriste! ¡Muera por Ti mi pecado!

II
EN LA CALLE.

Qué aire tan frío. Silba el viento. Naturaleza se conmueve toda por extraño modo.



Tardana´s venguda l´auba,
No llambrejará lo sol,
Qu´avuy tapat, esmortit,
Roda per un cel boyrós.

Mes ¡ay! ¿còm lluhir podría
Si Jesucrist son autor,
Si´l Sol diví de Justicia
Apaga ses resplendors?

Mira el cel, ma germaneta,
Mira lo cel, que fa por,
Perque los ángels avuy
No volen mirar lo mon.

Y plany la naturalesa
Los traballs de son Creador;
Cada any sembla que s´asusta;
Veus, filla meua, ja plou.

No´s descobreix la montanya,
Ni clareja l´horizont,
Ni una campana ressona,
Ni lo fum ix dels fogons;

Ni les gayes pagesetes
Esmeltan son pit ab flors;
Perqu´es ben trista diada
Del Divendres sant lo jorn.
¡Ay, Deu meu!. per mi moríreu!

¡Muyra mon pecat per vos!


Tarde lució el alba; el sol no mostrará su faz, porque cubierto, desmayado, gira en el nublado cielo.

Mas ¡ay! ¿Cómo brillar pudiera, si Jesucristo, su autor, divino Sol de Justicia, apaga los propios resplandores?

Mira el cielo, hermana mía, mira el cielo; infunde pavor, porque hoy los ángeles no quieren mirar el mundo.

La Naturaleza se conduele de los padecimientos de su Creador; todos los años se asusta. Ya está lloviendo, hija mía.

No se ven las montañas; no hay un claro en el horizonte; ni una campana resuena; ni el humo se escapa de los hogares;

ni las graciosas campesinas esmaltan con flores su pecho; porque es tristísimo día, el día del viérnes Santo.

¡Ay Dios mío, por mí moriste! ¡Muera por Tí mi pecado!


III
DINS LA SEU.

Baix d´estos archs nos espera
La verge de la oració;
No cerquem aygua beneyta,
Que´s d´alegría recort...

Encara la Casa-Santa
Destil-la ses resplandors,
Sobre´l sepulcre d´argent
Ahont reposa lo Deu-Hom.

Sacramentat tot lo día
Des l´ofici de Dijous,
En tota la nit passada
Ací ha ascoltat sublims vots.

Ni un ciri, ni una catifa,
un domás se veu p´en lloch;
Sens ornaments les columnes,
Despullat lo Altar major.

Sobre les rònegues pedres,
Demunt los banchs y escalons,
S´asseuen en terra broja,
Moguts per la devoció,

Homes y dones del poble,
Mariners y texidors,
Qu´han vengut per meditar
La mort de son Redentor.

III
EN LA CATEDRAL.


Bajo estas bóvedas nos espera la vírgen de la oracion; no busquemos agua bendita, que es recuerdo de gozo espiritual...

Áun está iluminado el Monumento, y el resplandor de sus hachas se difunde sobre el argénteo sepulcro, donde descansa el Hijo del Hombre.

Sacramentado desde la misa del Juéves Santo, toda la noche ha escuchado quí sublimes deseos.

Ni una vela, ni una alfombra, ni un damasco se ven en los otros lados de la iglesia; sin adornos las columnas, desnudo el altar mayor.

Sobre las solitarias piedras, en los bancos y escalones, se sientan, en el santo suelo, llevados de su devocion,

hombres y mujeres del pueblo, marineros, tejedores, que han venido á meditar la sagrada muerte de Jesucristo.


¡Quín silenci! ¡quín silenci!
Les ombres dels sigles morts
Sembla qu´ouen, y s´acostan,
Ab llurs mantos descomposts...

Lo sacerdot dés la trona
Conta de Deu la Passió,
Y á la multitut plorosa
Relliquies mostra ab fervor;

Un quadro del Ecce-Homo,
Quant treyan Deu al balcó;
Espines de la corona
Que li aficaren al front.

Ne conta les set paraules
Que en la creu digué´l Senyor;
Lo perdó dels enemichs,
Del home la redempció;

Son gran crit, quant espirava;
Y´l terratrémol del mon,
Entés per un humil sabi
D´una llunyana regió.

Los desgraciats que ascoltan
Suspirs llan
çan y singlots;
Ningú´s distrau, ningú parla;
Y posantse de genolls,


¡Qué silencio! Las sombras de los pasados siglos prestan atencion, y se acercan, con los mantos agitados...

El sacerdote desde el púlpito narra la Pasion del Redentor, y enseña á la llorosa muchedumbre santas reliquias;

un cuadro del Ecce-Homo, que representa cuando Pilátos sacó a Jesus al balcon; espinas de la corona, que le hincaron en la frente.

Cuenta las siete palabras que el Señor habló en la Cruz; el perdon de los enemigos; la redencion del género humano;

su gran clamor, cuando espiraba; y el terremoto del mundo, interpretado por humilde sabio de lejanas regiones.

Los pobres trabajadores que escuchan, lanzan profundos suspiros y sollozos; ninguno se distrae, ninguno habla; y poniéndose de rodillas,


Miran la encreuat Jesús
Que senyala´l sacerdot...
Míra´l, oh germana mía;
Tres hores de cruels dolors

Costaren á Deu los hòmens
Y llurs térboles passions.
Míra´l, extés per nosaltres,
Li ratjava sanch á doll........
¡Ay, Deu meu, per mi moríreu!
¡Muyra mon pecat per vos!

Març de 1869.


Miran al crucificado Jesus, que el sacerdote tiene en las manos.... Míralo, hermana mía: tres horas de crueles dolores

costaron á Dios las turbulentas pasiones humanas. Míralo, clavado por nosotros, le saltaba la sangre á torrentes.......

¡Ay Dios mío, por mí moriste! ¡Muera por tí mi pecado!

VI, AMOR DEL BON JESÚS.

VI

AMOR DEL BON JESÚS.

Vous serez le plus ingrat de
touts les homnes si vous n´aimez
pas Dieu qui vous aimes tant, et
qui ne se rebute point de frapper
á la porte de vostre coeur pour y
répandre son amour.

(FENELON. - Lletres espirituals.)

Anima meua, per est mon perduda,

Per entre´ls espinals desgarriada,
Ovella tendra, dins lo bosch ombrívol;
S´en ve la nit, y está la guarda llunya;
¿Qué ferás, lassa, quant lo llop s´en tema
De que tu has fuyta y lo camí no trobas?
Vindrá lo llop. Sa gola ja aparella,
Ja ses dents verinoses vol clavarte;
¡Detúrat, infeliça!


VI
AMOR DE JESUCRISTO.

Alma mía, perdida por el mundo, extraviada entre las zarzas, pequeña ovejuela, en la oscuridad del bosque. Viene la noche; está lejos tu rebaño. ¡Ay triste! ¿Qué vas á hacer, si el lobo se apercibe de tu fuga y extravío? Ya se acerca el lobo; abre las fauces, quiere hincar en tus carnes sus venenosos dientes. ¡Párate, infeliz!


¡Oh bon Pastor! ¿La dexarèu tant sola,
Y abandonada á l´inimiga furia?
¿La trobarán los vïatjers cadavre
Mig menjat, del torrent á la vorera?

Sos òssos compodrits haurán per tomba
L´aspre rocam, ó del milá les críes?

¡No, per gracia! ¡Cuytáu, qu´encara es hora,
Cuytáu, Senyor, y á son ramat tornáula

Sobre la vostra esquena!

Ánima mía, ¿sents la veu placévola
Del bon Jesús qui ple d´amor te crida?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire;
No cregas, no, que rebujarte vulla;
Ab los braços extesos Ell t´espera
Per oblidar tes enujants ofenses,
Per darte una dolcíssima abraçada
Y esser la teua gloria.

Sempre Jesús als pecadors estima;
Jesús derrama de los bens la copa.
Un día, quant los hòmens renegaren
Y Adam seguí les infernals banderes,
Nengú sortía fiançador del Home,
Nengú per l´Home del Etern les ires
Resolgué satisfer; les cruels tristeses
Eran les primogènites germanes
De la nissaga nostra.


¡Oh buen Pastor! ¿Dejarásla sola, y abandonada á la enemiga furia?
¿Encontraránla cadáver los viajeros, medio comido, á la orilla del torrente? ¿Sus restos putrefactos, tendrán por sepultura las escuetas roca, ó las crías de los cuervos (milá : milanos)? ¡No, por gracia! ¡Apresúrate, que es tiempo todavía; apresúrate, Señor, y vuélvela sobre tus espaldas al aprisco!

Alma mía, ¿oyes la plácida voz de Jesucristo que te llama, movido de su amor? Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que te mire con enojo; no creas que á rechazarte vaya. Con los brazos abiertos Él te espera; para olvidar tus irritantes injurias; para darte dulcísimo abrazo, y ser tu gloria.

Jesus ama siempre á los pecadores; Jesus derrama la copa de los bienes. Un día, cuando renegaron de su Creador los hombres, y Adan siguió las banderas del Infierno; nadie salía fiador de los humanos; nadie resolvió satisfacer por ellos á la divina Justicia: las crueles tristezas eran las hermanas mayores de nuestra raza (nissaga: saga).


Y Ell més plasent que totes les criatures,
Y Ell més amant que´ls serafins altívols,
Verb inmortal de la inmortal Essencia,
De carn mortal ofría revestirse
Y ab sa mort rembre lo perdut llinatje.
Y aparegué. Y ´ls ángels lo vegeren
Arrufadet demunt la menjadora,
¡Oh fineses d´amor!, desde l´infancia
Donantnos bell exemple.

Després fet home corregué la terra,
Del vall á la montanya, per les viles,
Conhort suavíssim regalant als pobles.
Exían de sa boca les paraules
Tant sòls pera dictarnos la sabiesa,
La fe senzilla, y el perdó benévol.
De son ropatje una virtut sortía
Qu´als coxos y tullits alleugerava,
Movent llur cor de teya.

Hereu del regne de los cels no fore
L´home caygut, sens eix Amor per mestre,
Que son giny endreçás per bona vía,
Que sa pena regís malensenyada.

Sens eix Amor per metje, corrompuda
La terra fore ab lo lleig cranch del vici;
Sense eix Amor, ¡ay Deu!, per santa víctima,
De los abyms l´eterna flamarada
Era la nostra herencia.


Y Él más amable que todas las criaturas, más amoroso que los elevados serafines. Verbo inmortal de la inmortal Esencia, ofreció vestirse de carne mortal, y con su muerte redimir el humano linaje.
Y apareció. Los ángeles le vieron, reclinado en el pesebre de Belen.
¡Oh finezas de amor! Desde la cuna nos dió bellos ejemplos.

Luégo, ya hombre, recorrió la tierra de Palestina, los montes, y los pueblos, regalando la suavidad de su consolacion. Salían de su boca las palabras, sólo para dictarnos sabias cosas, la Fe sencilla, y el perdon benévolo. De su vestido salía tal virtud, que aliviaba á los cojos y tullidos, moviendo á penitencia su corazon de roca (teya).

Heredero del reino de Dios, no sería hoy el Hombre caído, sin ese Amor por maestro, que su juicio endereza al buen camino, que rige su ántes mal enseñada inteligencia. Sin ese Amor por médico, estaría la tierra devorada por el horrible cáncer de los vicios. Sin ese Amor, ¡ay Dios!, por santa víctima, la eterna llamarada de los abismos sería nuestra herencia.


¡Be ho sap aquexa roca del Calvari!
Allí, clavat Jesús al pal d´afronta,
Com infelís esclau per l´hom suspira.
Negra fosca cubreix lo sacrifici,
Estremida la Terra se detura,
Brujit de flastomíes l´ayre omplena;
Y devalla la veu adolorida
Del bon Jesús, qui desde l´alt patíbol
Sitio, - tench set, - clamava.

¿Y de qué assedegat talment podía
Nostre Jesús estar? ¿Per quí angunioses
Al etern Pare ses paraules pujan?

¡Ah! ¡prou que´s veu! Estimació tot era;
Patir, set de patir per nostres ánimes,
Set tormentosa de dexarnos lliure
De fanch l´esprit, lo cor de l´impuresa,
La Fe del dubte, calcigant per sempre
De Satanás l´imperi.

Y un poch abans de bèurese lo cálzer,
¡Oh gran Mártyr del mon!, en la vesprada,
Havent amat desde´l principi als hòmens
Aymáls fins á la fí. Los sants Apòstols
Lo viu recort de la passió reberen,
¡Angèlich Pa, de los cristians fortesa,
Goig de llur vida, de llur cel penyora,
Miracle hermós qu´al home dignifica,
Batent son captivatje!


¡Sábenlo, sí, las rocas del Calvario! Allí, clavado Jesus en afrentoso madero como un infeliz esclavo, suspira por el Hombre. Negra oscuridad rodea el Sacrificio; la tierra estremecida va á pararse; sordo ruido de blasfemias rueda en la atmósfera; y baja la doliente voz de Jesus, que desde el alto patíbulo clama: Sitio, - tengo sed.

Y ¿de qué podría estar sediento, tan intensamente, nuestro divino Jesus? ¿Para quién suben al eterno Padre, sus angustiosas palabras?
¡Ah! ¡Demasiado lo conocemos! Todo era amor; y sed de padecer por nuestras almas; sed tormentosa de dejarnos libres de cieno (fango: fanch) el espíritu, de impureza el corazon, de dudas la fe, hollando para siempre el satánico imperio.

Y ántes de apurar el Cáliz de su pasion; ¡oh sublime Mártir del mundo!, en aquella noche memorable de la última cena, habiendo amado desde el principio á los hombres, los amó hasta el fin. Los santos apóstoles recbieron el vivo recuerdo de la pasion, el Pan de los ángeles, fortaleza de los cristianos, gozo de su vida, prenda de su cielo, hermoso milagro, que dignifica al hombre, rompiendo su cautividad.


¿Ho sents, ánima mía? ¿Y exmoguda
No t´han de Jesucrist aytals grandeses?
¿Qué més esperas que no´t mous encara?
¿Qué més cobejas que de greu no ploras?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire,
No cregas qu´Ell tot rebujarte vulla;
Ab los braços extesos ja t´espera,
Vol ser la teua gloria.

___


¡Senyor, Senyor!, á vostres peus tirada
L´ánima mía reconeix l´angoxa
Que per ella sentiu, y ses injuries.

¿Per qué ho tench d´amagar? A la presencia
De vos qu´el sol creáreu ho confeso.
¡Culpable som; som la perduda ovella!
Mes vos sou bo, com la remor dels arbres;
Dolcíssim com la mel de primavera;
Sou del Amor... ¡MISTERI!

Janer 1871.


¿Lo oyes, alma mía? ¿No te enternecen esas maravillas del Amor de Jesucristo? ¿Qué más esperas, que áun no te mueves? ¿Qué más buscas, que no rompes en amargo llanto? - Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que Él te mire con enojo; no creas que vaya á rechazarte. Ya te aguarda con los brazos abiertos; quiere ser tu corona..........

¡Señor, Señor!, á tus piés arrojada el alma mía, reconoce la angustia que por ella sientes, y sus ofensas. ¿A qué negarlo? Ante ti, que el sol creaste, lo confieso. Culpable soy; soy la perdida oveja. Mas tú eres bueno, como el rumor de los árboles; dulcísimo, como la miel de primavera. Eres de Amor... ¡MISTERIO!

Entrades mes populars: