jueves, 29 de julio de 2021

V, LA COVA DE BETLEM.

V

LA COVA DE BETLEM.

Ja sabets quel bon Jhesús
En la nit que El naxía
Feya als ángels lá sus
Cridar pau e cortesía:
Al mon venir no volía
Mentre hi hac divisió;
Amor e dilectió
Al bon Senyor li plasía.

(Fra Entelm Turmeda.)

Veniu, pastors qui guardau les vigilies de la nit; vosaltres, qui pasturau les manses ovelletes en los contorns de la filla de Salem; vosaltres, qu´heu sentida la veu de los arcángels, quant la claror esbalahidora per plans y per montanyes resplendía; vosaltres, qu´heu ascoltat, esferehits y en éxtassis, lo cántich celestial que proclamava: “Gloria á Deu en les Altures, y pau en la terra á los hòmens de bona voluntat.”


V
LA CUEVA DE BELEN.

Sabéis que Jesucristo en la noche de su nacimiento,
hacía que los ángeles anunciasen por el cielo paz y buena voluntad. No quiso venir al mundo miéntras hubo discordia; amor, amor puro, fué la complacencia del buen Dios.
(Fray Anselmo Turmeda.)

Venid, pastores que guardáis las vigilias de la noche; vosotros, que apacentáis las mansas ovejuelas por los alrededores de la hija de Sion; vosotros, que oísteis la voz de los arcángeles, cuando la imponente claridad resplandecía por llanos y montañas; vosotros, que escuchasteis, en el éxtasis del temor, el cántico celestial que proclamaba: “Gloria á Dios en las alturas, y paz en la tierra á los hombres de buena voluntad.”


Veniu, pastors, animetes lleals y compasives.
___

Es nat un Salvador. Anem, cerquemlo, y presentemli la llana més hermosa dels anyells, la llet més blanca de la tendra ovella, lo més triat cistell de dolços fruyts. L´amor religiosa, que fa son niu de roses vermellenques dintre del vostre cor, vos donará les místigues ofrenes que fidelment y humil li posaréu. Lo suau flaviolet de llavorada canya, de l´horta y los gorets pura delicia, y el tamborino, de la festa la pau y la bonança, li tocaréu ballant per alegrarlo.

___
Veniu, pastors, cors sense fel, senzills com la coloma.
__

Ja veym la santa cova. La rústiga porxada les bisties del camp encobría; mes ara dona cobro á un ninet de cabells rossos com un fil d´or, de cara resplendent com un ivori, en braços de una noble Joveneta, més pura que de la neu la no tocada flovia, més bella que la vermellor del nigulet de
l´auba.

__


Veniu, pastors; veniu atxerovides pastorelles, de la virtut y de la gracia sempre corals amigues.


Venid, pastores, almas leales y compasivas.

__

Os ha nacido un Salvador. Vamos, busquémoslo, y presentémosle la más hermosa lana de los borreguillos, la leche más blanca de la jóven oveja, la más escogida cesta de dulce fruta. El amor de Dios, que de bermejizas rosas construye nido en nuestro corazon, os proporcionará las místicas ofrendas que con fiel humildad le llevaréis. El torloroto de labrada caña, alegría de los prados, y el tamboril, que es paz y regocijo de las fiestas, tocaréis bailando para alegrarle.

___

Venid, pastores, corazones sin hiel, sencillos como la paloma.

___


Ya vemos la santa Cueva. El rústico cobertizo resguardaba de la intemperie bestias del campo; mas hora cobija á un niñito de cabellos rubios como hilos de oro, de cara reluciente como el marfil, en brazos de noble Vírgen, más pura que el ampo de no tocada nieve, más bella que las encendidas nubes de la aurora.

__

Venid, pastores; venid, lindas zagalas, siempre de la gracia y de la virtud íntimas compañeras.


No veig, no veig la vella menjadora; no veig, no veig les ruines esfondrades; no sent los alens del bou y de la mula... La Mare verge té ´l fillet demunt; lo besa milions de vegades, y´l bolca ab amorosa reverencia. Joseph li porta los blanquíssims draps, y les netes y enmidonades faxes; una llágrima cau de ses pipelles. Y la gloria divinal de lo etern Pare, y la flama viva de lo etern Esperit, de llum y majestat omplen lo primer alberch de l´eterna Sabiduría incarnada.

__

Veniu, pastors de Israel y de Judá, agenollats posauvos devant el senyor Deu.

__
Angels, arcángels, tronos, dominacions, poders, principats, virtuts, querubins y serafins, benhaurades criatures de l´altíssima gloria, cantáu ab vostres harpes melodioses; derramáu les notes de les vostres cítares profétiques per los espays ahont rodan les estrelles, per les amples cordilleres de la terra, per los serrals y collades, per les viles y ciutats, per les mars y los rius, per hontsevulla los fills de Deu aman y esperan.

__

Veniu, pastors.
___


No quiero ver el viejo pesebre; no quiero ver las derribadas ruinas; no oigo la respiracion del buey y de la mula... La Madre vírgen tiene á su hijito en el regazo; lo besa millares de veces; y le empaña con amorosa reverencia. José le da los blanquísimos pañales, las limpias y almidonadas fajas; una lágrima rueda por sus mejillas. Y la divina gloria del eterno Padre, y la viva llama del eterno Espíritu, llenan de luz y majestad el primer albergue de la eterna Sabiduría encarnada.

__

Venid, pastores de Israel y de Judá, arrodillaos ante el Señor Dios.

__

Angeles, arcángeles, tronos, dominaciones, poderes, principados, virtudes, querubines y serafines, bienaventuradas criaturas de la altísima Gloria, cantad, cantad con vuestras melodiosas arpas; derramad las notas de vuestras proféticas cítaras por los espacios donde giran las estrellas, por las anchas cordilleras del globo, por colinas y gargantas, por pueblos y ciudades, por mares y ríos; por do quiera los hijos de Dios esperan y aman.

__

Venid, pastores.

__

La mare verge posa el minyonet en la vella menjadora, de palla menuda y encalentida plena. ¡Ah! lo minyó té fret, perque gela esta ivernada; tremola de fredor, ´par que suspira. ¡Ah!, l´anyellet del Senyor, ninet del Cel, que naxes en la terra, fill de puríssimes entranyes, tu l´humanal llinatje vens á rembre. Plora y suspira; també plora y suspira la malaltissa Humanitat. ¡Ah! ¡Redemptor! Permetnos que besem d´aquexa cova la beneyta pedruscada, ó les floretes silvestres: voldríam ara al manco un brotet de romaní; al manco un ramerol de les sibines y barba d´olivera, pera ferne tot l´any piadosa cortesía. 

Amar, volem amarnos, y amarte pera sempre.

¡Ah! ¡Salvador! ¡Emmanuel! ¡Deu ab nosaltres.

Decembre de 1876.


La Madre Vírgen pone al parvulillo en el viejo pesebre, de menuda y caliente paja lleno. ¡Ah! el parvulillo tiene frío, porque este invierno hiela; está tiritando, paréceme que suspira. Niño del cielo que naces en la tierra; Hijo de purísimas entrañas; Tú vienes á redimir el humano linaje. Llora y suspira; tambien suspira y llora la enfermiza humanidad.
¡Ah! ¡Redentor! Permítenos que besemos el cascajo de esa cueva, ó las florecillas silvestres: á lo ménos desearíamos de ella una mata de romero, un ramito de las sabinas ó de afelpado musgo, para guardarlo piadosamente todo el año. Sí, queremos amarnos, y amarte para siempre. ¡Ah! ¡Salvador! ¡Emanuel! ¡Dios con nosotros!

IV, Á LA VINGUDA DEL SENYOR.

IV

Á LA VINGUDA DEL SENYOR.


Deus ipse veniet,
et salvabit vos
.

(ISAÍAS: Capítol XXV; verset 4.)

Boyrós era lo día;
Del temple de Salem lo Rey profeta
Del Sacrifici exía;
La veu del sant poeta
Poble, guerrers é sacerdots movía.

Ab l´arpa misteriosa
Lo Rey sòns misteriosos escampava:
Sa veu maravellosa
De Jehovah exalçava
Lo Braç potent, la Gracia victoriosa.


IV

Á LA VENIDA DEL SEÑOR.

El cielo estaba nublado; el Rey profeta salía del templo de Jerusalem, de ofrecer un sacrificio; la voz del divino Vate atraía pueblo, guerreros y sacerdotes.

De su misteriosa arpa, el Rey arrancaba sonidos misteriosos; su admirable voz ensalzaba el potente Brazo de Jehovah, su Gracia victoriosa.

Cantava la destresa
Dels inimichs de Deu, l´ardenta ira
Dins de son cor encesa
Contra l´humil, que mira
En Deu l´únich consol de l´orfanesa.

Contra Vos, Senyor, deya,
É vostre Ungit, del Assia les maynades
Que un temps l´odi desfeya,
Pe´l Maligne aplegades
Arman d´ira é de fel son cor de teya.

É sempre llum boyrosa,
É sempre la host del Bé queda retuda,
Ab sa gloria confosa;
May vehem asseguda
La gent á l´ombra de la pau ditxosa.

Los hòmens estantissa
É esgrogahida l´esperança tenen;
Com vïatjer que frissa
Son camí tots emprenen
Per la costa del mal llenegadissa.

Digáu, de les Altures
Oh gran Poder, ¿fugir atabuxada
Veurán les criatures
La virtut? ¿Maltractada
La virtut ha de ser per mans impures?”


Cantaba la astucia de los enemigos de Dios, la saña encendida en su corazon, contra los humildes que en Dios ponen el único bálsamo de la horfandad.

Y decía: “Señor, contra Ti y contra tu Ungido, las muchedumbres del Asia, ántes desunidas por odios de tribu, ahora por el genio del mal adunadas, arman de ira y de hiel sus pétreos corazones.

Siempre dudosa luz; siempre las huestes del bien son derrotadas, y confundida su gloria; nunca los pueblos se sientan á la sombra de la paz.

Los hombres tienen marchita y amarillenta la flor de la Esperanza; como viajero que lleva prisa, todos emprenden su camino por la resbaladiza rampa del mal.

Díme, oh gran poder altísimo, ¿veremos huír la virtud, arrojada de los hogares? ¿Veremos cómo manos impuras maltratan la virtud honesta?”


De rebent, quant exía
De los núbols un raig de blanca aurora
Que la fosca aclaría,
La terra venidora
Devant lo Rey profeta resplendía.

Son pensament alçava
Les portes eternals; tota gojosa
Sa cara se inflamava;
É á l´harpa silenciosa
Nova harmonía l´Esperit dictava:

Reviu, oh Patria mía,
Reviu com may ta sempiterna gloria;
Rodeja l´alegría
Mon cor per la victoria
Que Jehovah nos dona en lo gran día!

Baxa de les Altures
Lo Braç de Deu, é omnipotent arranca
Les nissagues impures;
La malvestat ja manca,
Lo crim en mig del caminal aturas´!

“ ¡Furia de la batalla!
Lo Braç de Deu netejará la terra,
De lleons ampla valla.
¡Còm poderós los ferra!...
Mes ¡no! ¡lo pur Amor del cel devalla!...


De repente, al brillar entre las nubes un rayo de blanca luz, que disipaba la oscuridad, la tierra de lo porvenir se aparecía radiante á los ojos del Rey profeta.

Su pensamiento levantaba las puertas eternales; enardecíase regocijado su rostro; y al arpa silenciosa el Espíritu de Dios dictaba nuevas armonías.

¡Revive, oh patria, revive como nunca tu sempiterna gloria; la alegría rodea mi corazon por el triunfo que Jehovah nos ha de dar en el gran día!

Baja de las Alturas el Brazo de Dios, y, omnipotente, arranca de la tierra el predominio de las razas del mal; la iniquidad mengua; el crímen se pára estupefacto en mitad de su camino.

¡Ardor de la batalla! El Brazo de Dios limpia la tierra, ancha cerca de leones. ¡Con qué poder los encadena!... Mas ¡no! ¡el Amor puro baja del cielo!


Baix d´esventada runa,
En mig del camp desert, á la mal hora
De fredosa nit bruna,
Jau en la menjadora
Lo fill del Rey, pobret sense fortuna.

Los ángels aparexen;
¡Pau! repeteix la il-luminada esfera;
Pastors allá conexen
La ditxa que´ls espera,
É anyells de llet al Recent Nat ofrexen.

É vénen de l´aurora,
Los reys de illes lunyanes, hont oviran
L´estrella brilladora;
¿Veyèu camells que giran
É á Éphrata s´en vénen benfactora?

Lo mon se regenera,
Baxa claror de l´eternal Altura,
Lo Rey Ungit impera,
S´esglaya l´impostura,
La humilitat arboran per bandera.

Calláu; viu establerta
La justicia en lo cor, sens ferhi nosa;
La porta s´es oberta
De lo Ver, abans closa;
Hont se vulla la pau regna complerta.

En unas ruinas expuestas al vendabal, en campo desierto, á las altas horas de oscura y fría noche, acostado en un pesebre, pobrecito sin fortuna, está el Hijo del Rey.

Los ángeles descienden; paz repite la deslumbrante esfera; pastores conocen la dicha que les aguarda, y ofrecen tiernos recentales al Recien Nacido.

“Y vienen de las partes de la aurora los reyes de las lejanas islas, donde vieron la brillante estrella. ¿Veis esos camellos que se acercan, y llegan á la bienhechora Éfrata?

El mundo se regenera; la luz desciende de los montes eternos; reina el Rey Ungido; desmáyase la mentira; enarbólase la bandera de la humildad.

¡Silencio!... La justicia vive sin empacho, en el corazon; las puertas de la verdad, ántes cerradas, hanse abierto de par en par; completa paz impera por doquier.



É la terra, corcada
Com un camp de blat mort, de nou s´estufa;
Lo cel plou sa rosada
Qu´es el Just, y s´arrufa
Ab ses rencors l´enveja malanada.

É vénen, é cobrexen
Monts de Israël los negres de l´Arabia;
Los de Sabá partexen;
É´ls deus de la India sabia,
De marbre enrevoltats, se migpartexen.

Noves virtuts sadollan
Lo llinatje humanal; los vents de guerra
No´s mouen ni sorollan;
Les nacions de la terra
Devant lo Crist plegades s´agenollan.

¡Hala! ¡hala! ¡L´aliança
Cantáu dels fills de Deu, pobles extesos
Pe´ls camps de l´esperança!
¡Los grillons están fesos!
¡L´hora s´en ve de vostra deslliurança!”

Diu Davit. Ascoltaren
Poble, guerrers é sacerdots; é á una
Los timbals ressonaren,
Contents ab sa fortuna,
É abraçantse ab amor tots exclamaren:

¡Saludemlo, eix gran Día,

Día de glories, de inmortal ventura!

¡Ay! ¡lo mal nos perdía;
Pero en la Etat futura
Deu, Deu nos salvará! ¡Beneyt Ell sía!”

Febrer de 1869.


Y la tierra, carcomida como campo de trigo muerto, de nuevo se restaura; el cielo llueve su rocío, que es el Justo; y acobárdase la envidia con todos sus rencores.

Y vienen, y cubren montes de Israel los negros de la Arabia; parten los de Sabá; y los marmóreos dioses de la docta India caen hechos pedazos.

Nuevas virtudes alimentan el humano linaje; ya no soplan los vientos de la guerra; las naciones todas se arrodillan ante el Cristo.

¡Ea! ¡Cantad la alianza de los hijos de Dios, pueblos tendidos por los campos de la esperanza! ¡Las cadenas están rotas! ¡Llega la hora de vuestra libertad!”

Dijo David. Pueblo, guerreros y sacerdotes escucharon contentos. Sonaron á una los címbalos; y, abrazándose unos á otros, exclamaron:

Saludemos ese gran día, día de glorias, de venturas inmortales.
¡Ay! ¡la maldad nos pierde; pero en el tiempo futuro, Dios, Dios mismo nos salvará! ¡Bendito sea!”

III, BENEDICCIÓ DE DEU.

III

BENEDICCIÓ DE DEU.

EN LA MATINADA.

Benedicite
Omnia opera Domini
Domino.

(Cántich dels tres jóvens de Babilonia.)


Lo sol desde la mar d´orient envía
Son primer raig, engendrador del día;
Los pins de les montanyes lo reben ab fervor;
La benvinguda á sa faysó li donan
Les boyres de la serra, que se fonen
Sentintne les besades de la sua calor.


III
BENDICION DE DIOS.

EN LA MAÑANA.

El sol, desde los mares de oriente, nos manda su primer rayo, padre del día; los pinos de los montes lo reciben alborozados; los vapores de la sierra danle á su modo la bienvenida, derritiéndose á los besos de su dulce calor.


Ánimes racionals, ab l´oroneta
Que fuig, ab los perfums de la floreta,
Ab lo ressò del cántich qu´entonan monts y valls,
Pujem á Deu, volem á les altures,
Y en nom de les humanes criatures
De gratitut mostremli los més ardents flamalls.

Senyor, beneyt sïau, llum de la vida;
Permeteu que ma ánima axerida
De bon matí vejentvos exalce ´l vostre Nom;

Ara lo sol sa claretat escampa,
Y ara també la resplandor s´estampa
De vostra imatge viva dins l´esperit del hom.

Vos creáreu del mon exes belleses
Que ab tanta d´abundor vehém exteses,
Ab sola una paraula reblíreu l´ample espay;
Y ab vostre mot vivificant rodaren
Les estrelles, les serres s´axecaren,
Y brollaren les aygues corrent sens aturay.

Vos moveu exos sérs donantlos força;
Vos aturau lo Mal que los vol torce´,
Vos d´esperit de ciencia per gracia los ompliu.

Y vostra voluntat benavirada
Es per tots ells de cor reverenciada,
Perque d´amor hi cova dins ell lo sant caliu.


Almas racionales, con la golondrina que vuela, con los perfumes de la florecilla, con el eco de los cánticos que exhalan valles y montañas, subamos á Dios, volemos á las alturas; y, en nombre de los humanos, démosle las más ardientes muestras de gratitud filial.

Señor, bendito seas, luz de la vida; permite que mi alma, regocijada al verte, ensalce esta mañana tu santo Nombre. Ahora derrama el sol su tibia claridad; y, ahora tambien, el resplandor de tu divino Verbo se grava en el espíritu humano.

Tú creaste esas cosas bellas del mundo, que con tal abundancia se ofrecen á la vista; con sólo una palabra henchiste la inmensidad del espacio; y, á esa palabra vivificante, rodaron los astros por sus órbitas, se levantaron las sierras, y surgieron las aguas, corriendo sin reposo.

Tú mueves los séres, dándoles actividad; Tú paras el ímpetu del Mal, que intenta extraviarlos; Tú por gracia les infundes espíritu de ciencia. Y tu bienaventurada voluntad acátanla de corazon todos ellos, porque en todos ellos arde el sagrado rescoldo del amor.


Aucellets del espay, coloms ayrosos,
Que us elevau est dematí joyosos,
Perdentvos per les ones y els nubolets del cel;
Benehíu al qui estufa vostres ales,
Benehíu al qui pinta vostres gales
Y eus dona una llengueta més dolça que la mel.

Aygues de pluja que formau rïeres
Y l´hermosura sou de les praderes,
Torrents que de les roques rompeu lo badaluch;

El Senyor vos aplega en bons paratjes,
Y fent córrer inflats vostres venatjes
Ab ells á la semensa prepara jorn astruch.

Oh boschs ombrívols, selves estojades,
Glorificáu la Má que us ha formades
Y la sava us dispensa dels arbres d´antigor;
Camps de blat hont l´oratje jugueteja
Y ahönt la fauç del llaurador lluenteja,
En est matí cantaune la gloria del Senyor.

¡Oh! jo us convit, ma cristïana lira
Sént que llohau al Sér per qui delira...
¡Senyor, vos qu´enardíeu les harpes d´Israel,
Vos que ´l cor encenguéreu del Profeta,
Dau á tots exos sérs, dau al poeta
La veu de l´alabança, l´agrahiment fidel!


Avecillas del espacio, gentiles palomas, que esta mañana emprendéis el vuelo, locas de alegría, sumergiéndoos en las olas del aire y en las tornasoladas nubes; bendecid al que vigoriza vuestras alas; bendecid al que pinta vuestros colores, y os da lengua más dulce que la miel.

Aguas pluviales, que formáis arroyos, hermoseando las praderas; torrentes, que os abrís cauce entre masas de rocas; el Señor os reune en lugares aptos, y dirigiendo vuestras hinchadas corrientes, prepara felices días á la siembra.

Oh sombríos bosques, escondidas selvas, glorificad la mano que os formó, y áun os da la savia de los vegetales de la antigüedad. Campos de trigo, donde juguetea el manso céfiro y brilla la hoz de los labradores; cantad esta mañana la gloria del Señor.

¡Ah! yo os convido; mi cristiana lira sabe que alabáis al Ser, objeto de su entusiasmo... ¡Señor, Tú que enardeciste las arpas de Israel, Tú que inflamaste el corazon de los Profetas, da á todos los séres, da al poeta, la voz de la alabanza, el himno del agradecimiento!


Natura se desperta, l´alterosa
Montanya sembla que ab sa faç blavosa
Saluda les llunyanes riberes de la mar;
L´áliga desde ´l cim reprén volades,
Y desde ´l pla s´en pujan perfumades
Essencies que l´oratje s´en du pe´l comellar.

L´home, diamant del Cel, per desventura
Engastat en la terra, s´apressura
Á unir l´acció de gracies al hymne matiner;
¿Veys al pagés que surt de la cabana,
Com ascolta la veu de la campana
Que li diu: “per Deu sía ton pensament primer?”

Home, cor escalfat, que fantasías
Un nou mon en desig, cor que somías,
¿Saps tu quí dona forces y ajuda á lo teu vol?

¿De hónt vens tu, poderosa inteligencia,
Que la terra espurnejas ab t´ardencia,
Ab flama molt més viva que l´ull cremant del sol?

Era un dels jorns de Creació, y exires
De la Má creadora, y exoíres,
Home débil, la parla del Deu omnipotent;
Y ab sa clemencia divinal passares
Del Paradís, y aprés senyorejares
En sigles pochs la terra, l´orient y l´occident.


Naturaleza sale de su sopor; la alta montaña de azulado rostro, saluda al parecer las lejanas orillas de la mar; el águila emprende repetidas veces su vuelo, de la cima del collado; y las llanuras despiden olorosas esencias, que la brisa se lleva á las quebradas de los montes.

El hombre, diamante del Cielo, engastado por desgracia en la tierra, se apresura á unir su accion de gracias al himno matinal de la Creacion. ¿Veis al campesino que sale de su choza, cómo atiende á la voz de la campana, que le dice: consagra á Dios tu primer pensamiento?

Hombre, corazon ardiente, que en tu deseo fantaseas nuevos mundos; corazon que sueñas; ¿sabes tú quién da fuerzas, quién da brío á tus grandes expansiones? ¿De dónde vienes, poderosa inteligencia, cuya llama reparte chispas en la tierra toda, más que el ojo centelleante del sol?

Era uno de los días de la Creacion, y saliste de la mano creadora, y escuchaste, débil criatura, la palabra de Dios Omnipotente. Por divina clemencia pasaste las puertas del Paraíso; y luégo, en breves años, te apoderaste del oriente y del occidente en el planeta.


Y si pe´l nort fredós hont res hi aguanta
Més que lo gel y el trebolí qu´espanta,
L´home pot fer que onejen les palmes del mitjorn;
Si en los deserts hont lo llopart habita
Y el sol crema los òssos del moabita,
L´home pot delitarse fent un verjer d´un forn;

Es que la sobirana Inteligencia

Ha mogut als humans ab providencia,
Es que de Ella rebérem la força y lo voler;
Es que Deu ha impulsat la raça humana,
Y en el nort y en el sur, y en mont y en plana,
Dexá y dexa guspires del infinit poder.

Benhíu á Deu, vilatjes y masíes,
Ciutats, alberch de dòls ó d´alegríes,
Realmes de la terra que al hom energulliu,
Nacions glorificades per la ciencia,
Jutjes, artistes, reys de la eloqüencia,
De vòstron únich Pare la gloria benehíu...

¡Ay, Senyor! ¡Deu magnífich! ¡Alabada
Sía la vostra Essencia benhaurada!
Jo sent dins mes entranyes lo foch de vostre amor;
Tots exos sérs vos cantan y enaltexen;
¡Oh! ¡que no n´hi haja cap dels qu´existexen
Que no diga mil voltes son cántich al Senyor!!

1873.


Y si nada en el helado norte, donde nada existe sino eternas nieves y horribles ventisqueros, el hombre puede hacer que se columpien las palmas del mediodía; si en los desiertos donde vive el leopardo, y el sol quema los huesos del moabita, el hombre puede encontrar deleite, trocando en verjel las abrasadas llanuras,

es que la soberana Inteligencia de Dios ha guiado providencialmente la humanidad; es que de ella hemos recibido la fuerza y el querer; es que Dios ha impulsado á la raza humana; y en el norte, y en el sur, y en todas partes dejó y deja centellas de su poder infinito.

Bendecid á Dios, aldeas y cortijadas; ciudades, alberge de tristezas y alegrías; reinos de la tierra, orgullo de los hombres; naciones glorificadas por la ciencia; jueces, artistas, reyes de la palabra, bendecid la gloria de vuestro único Padre.

¡Ay, Señor! ¡Dios grande! ¡Alabada sea tu soberana Esencia! Yo siento en mis entrañas el fuego del amor. Todos los séres te cantan y glorifican. ¡No haya un solo átomo en la existencia universal que no repita millares de veces su cántico al Señor!

Entrades mes populars: