miércoles, 21 de julio de 2021

V, ¡POBRE DONA!

V

¡POBRE DONA!

Beati pauperes spiritu;
quoniam ipsorum est
regnum coelorum.

(Evangeli de S. Mateu; cap. V.)


Plena d´enuig y anyorança,
Plena de cruels agoníes
Y dolors,
De la pobre l´esperança
Se pert, y les alegríes,
Y ´ls amors;
Si es que de goig una estela
Il-lumine sa persona
Pe´l viarany;
Si es qu´ovir perduda vela,
Al mig de l´inmensa ona
Del afany.


V
¡POBRE MUJER!

Llena de pesares y recuerdos, de cruels agonías y dolores, se desvanece su esperanza, cual se desvanecen su amor y su alegría; si es que alguna estrella la ilumine en los senderos del mundo; si es que descubra acaso perdida vela, en el inmenso piélago de sus afanes.


Miraula: sa groga cara
Ab lo negre mocadó
Mig coberta;
Porta un vestit de sa mare,
Un espellisat gipó;
Tota oberta
La sabata de captiri,
Que ´n l´esglesia li donaren
Molt temps fa.

Dona hermosa, com lo lliri
Que los vents arrebassaren
Y´s mor ja.

Veniu á veure exa dona;
Si teniu de Deu lo do
Ploraréu.
D´un porxo vell, hont retrona
Lo vent d´ivern, á un recó
Trobaréu,
Un matalás de burballa,
Y una tauleta de pi,
Sense pa.
Tothom calla, tothom calla;
Lo cotxo del rich vehí
S´ou passar.


Ved á esa mujer: negro pañizuelo le encubre á medias la pajiza cara; viste viejo sayal de su madre, y despedazado justillo; calza destrozados zapatos de limosna, que le dió el señor cura hace muchos meses. Hermosa... como marchito lirio arrancado por los huracanes.

Venid conmigo á la vivienda de la pobre. Si tenéis el don de Dios, cristianos sentimientos, derramaréis compasivas lágrimas. En un rincon de destartalada guardilla (porxo, buhardilla, perchi, pérgola, desván), donde silba el vendabal de invierno, encontraréis un jergon de virutas (márfega), y una mesilla de pino, sin pan. Todos callan, todos callan; siéntese pasar el coche del rico vecino.


A dalt d´aquesta porxada,
Pudrida per les goteres
De la pluja,
Viu la pobre malanada,
Y l´ayre fresch de les eres
May hi puja.
Bona mare, feel esposa,
Y no té pa pe´ls infants,
Ni consol;
De salut apenes gosa,
Puys traballa sens descans,
Sol á sol.

¡Pobre dona! Quant nasqueres
De la miseria sentires
La picada.
Quant més grandeta te feres
Casi de fam te morires,
Arrufada.
Y donzella trahullosa
Ab tos guanys roba comprares
Per los teus;
Te demaná per esposa
Un infelís y´t casares
Sense arréus.


En ese camaranchon, podrido por las goteras de la lluvia, vive la malhadada. Nunca se respira allí el fresco aire de los campos. Buena madre, fiel esposa; mas no tiene pan para los hijos, ni consuelo. Apénas goza de salud; trabaja sin descanso desde la madrugada hasta la noche.

¡Pobre mujer! Al venir al mundo, ya sentiste el aguijon de la miseria. Antes de entrar en la pubertad, casi te moriste de hambre, por tu encogimiento. Y hacendosa doncella, con tus ganancias compraste ropas para los tuyos; te pidió por esposa un infeliz, y te casaste sin preparacion y sin ajuar.


¿Quí socors á aquexa dona
Si té malalt son marit,
Dar voldrá?
Negú del mal s´en adona;
Asseguda vora ´l llit,
¿Qué fará?
Tu no tens robes daurades,
Tu no tens nom esplendent,
No tens or;
No tens belleses malvades,
Tretes á vendre á la gent
De mal cor.

Jo he vist quant la tramuntana
D´ivern gela´l moll dels òssos
Y la sanch,
Un senyor qui ve ab ufana
De sarau, vestir los gossos,
No´ls toch fanch.
¿Y ella? ¡Ay, ay! De porta en porta,
Cercant consol de sa pena
Y un rohegó,
Troba un guardia de sanch morta,
Qui per vaga se la ´n mena
A presó.


¿Quién la socorrerá, si cae enfermo su marido? Nadie se cuida de la desgracia agena. Sentada junto al lecho del dolor, ¿qué va á hacer? Tú no tienes telas de oro, no tienes famoso nombre, no tienes dinero; no tienes malvada belleza que saques á pública subasta, para la gente de infame corazon.

He visto, cuando la tramontana de invierno hiela los tuétanos y la sangre, á algun señoron, que, al regresar pomposamente del teatro, mandaba poner gualdrapas á sus perros, para guarecerlos del frío y del barro. ¿Y ella? ¡Ay! ¡ay! Busca consuelo en su quebranto; pide de puerta en puerta un mendrugo de pan; y halla al fin algun caritativo guardia, que por vagamunda se la lleva á reclusion.


Axí la jírgola sola
En mig del desert perduda
Se mostía;
Axí vermella atzerola
Dins fangosa pols cayguda
Per la vía.
Entorn, ab fréstes dïades,
De la pobre, se passeja
Mut lo temps;

Passan hores endolades,
Mentre ´l mon l´estamaneja
Com á fems.

Y quant magra malaltía,
Dels sufriments rodejada
Y´l penar,
Men de la mort l´alegría,
Y vinga la pau amada
Del fossar;
Tomba de terra rojenca,
Trapitjada per tothom,
No cerquéu;
¡Que´l cós més aviat se trenca
Perdut dins grava, sens nom,
Sense creu! …........


Así la desnuda seta, perdida en el desierto, se marchita; así la encarnada acerola, caída en el fango de los caminos. Al rededor de la pobre corre el tiempo, mudo, con pavorosos días. Pasan las enlutadas horas, miéntras el mundo la trata como basura. (*)


Y cuando flaca enfermedad, acompañada de penosos sufrimientos, traiga la alegría de la muerte, y venga la suspirada paz del cementerio; no busquéis sepultura, siquier de rojiza tierra, pisada por las gentes, no; ¡porque el cuerpo se disuelve más pronto, perdido en cascajosa arena, sin nombre, sin cruz!.......

(*) Purgamenta hujus mundi... Frase de S. Pablo, llena de verdad y fuerza.
(Vid. Epíst. I. ad Cor. Cap. 4. vers. 13).


¡Oh! Tanta cruel desventura,
Tanta virtut oblidada,
¿A hónt s´en va?
¿Quí premía l´amargura
D´una vida atareada,
Més allá?
¡DEU!, qui ab mirada serena
Dirá: l´ánima inmortal
Meua sía;
Jo goigs li daré á la plena;
¡Jo´t don la Ditxa Eternal,
Filla mía!

Octubre 1868.


¡Oh! Tanta cruel desventura, tanta virtud olvidada, ¿á dónde van? ¿Quién premia en la eternidad las amarguras y trabajos de la vida? - ¡DIOS!, que con serena mirada dirá:
el alma inmortal me pertenece. Yo le daré goces á manos llenas.
¡Yo te doy la eterna felicidad, hija mía!

IV, PARTENSA.

IV

PARTENSA.

¡Prech á Deu fosses mirall,
¡Prech á Deu!,
De los fillets del traball!
***

Traballs rodejat l´havían
Desde ´l matí a la vesprada;
Traballs be podían dirse
Del pobre malalt lo pare.

Ab la suor del seu front
Lo pa dels infants guanyava;
Peresa jamay havía
Visitat la seua casa.


IV
DESPEDIDA.

¡Ojalá fueras espejo,
¡Ojalá!,
Del trabajador moderno!

***

Los trabajos rodearon su cuna, y rodeaban su lecho de muerte. Los trabajos habían sido el padre del pobre enfermo.

Con el sudor de su frente ganaba el pan de sus hijos; la pereza no había visitado nunca su casa.


Dematí dematinet
Quant l´aurora clarejava,
Del obrador lo llindar
Ja´l veya llest presentarse.

Lo vespre quant la claror
Dels portals s´en es anada,
Revoltat de sos infants
Y ab l´esposa que ben ama;

Devant una Dolorosa,
Consol de les seues ánimes,
Les oracions del rosari
Ell en familia resava.

En lo día del Senyor,
Repòs de la greu setmana,
L´esperit en lo sant temple
Les veus del cel ascoltava.

Les cases del vil plaher,
Hont l´honradesa s´esglaya,
Les cavernes hont se jura
La perdició de la patria,

D´eix menestral nobilíssim
No conexían la cara;
D´eix honrat traballador
May, may sentiren les passes (pass* se talle)


Muy de madrugada, cuando clareaba la aurora, veíalo el taller penetrar con alegre ánimo por sus puertas.

De noche, cuando la luz ha desaparecido de las tiendas, rodeado de sus hijos y de su amada esposa;

ante una imágen de la Vírgen de los Dolores, consuelo de sus almas, rezaba en familia las oraciones del santo Rosario.

El Domingo, día de descanso de la trabajosa semana, acudía á la parroquia á escuchar las refrigerantes voces del cielo.

Las moradas del vil placer, donde la honradez sufre desmayos; las cavernas donde se jura la perdición de la patria;

no conocían el rostro de este nobilísimo menestral; nunca, nunca oyeron los pasos de tan honrado trabajador.


Quant la dolça primavera
Empeny la trista ivernada,
Y recorda Mare Esglesia
Los misteris de la Pascua.

Llevòrs al peu del Sagrari,
Les culpes del any rentades,
Rebía de Deu lo Còs,
Lo pa celestial del ánima.

Y després, ¡oh santa vida!

¡Oh la singular creuada!,
Lluyta severa y perpetua
Contra ´l mal qui l´assetjava.

Oh la vida profitosa
D´eix home que ara batalla
Ab l´angoxa de la mort,
Que s´en es venguda irada.

Miraulo, feels dexebles
Del que morí per nosaltres;
Miraulo y preneu exemple
De paciencia y de constancia.

Jau en un pobre llitet
De pobre mes neta casa;
L´esposa ´l serveix plorant,
Lo sacerdot l´encoratja.


Cuando la dulce primavera vence al triste invierno, y la Santa Madre Iglesia recuerda los misterios de la Pascua,

entónces, al pié del Sagrario, lavadas en la piscina de la Penitencia las culpas de todo el año, recibía el Cuerpo de Jesucristo, el pan celestial del alma.

Y despues, ¡oh santa vida! ¡oh singular combate!, luchaba severa y continuamente contra el mal, que nos acecha por todos lados.

Bendita y aprovechada vida la de este hombre, que ahora batalla con las ansias de la próxima arrebatada muerte.

Miradle, discípulos del que murió por nosotros en la Cruz, miradle, y tomad ejemplo de paciencia y de constancia.

Está acostado en pobre cama, de pobre pero limpia alcoba; la afligida esposa le sirve, el sacerdote le infunde valor.


Fa poch que ha tengut la ditxa
De unirse ab lo Deu de gracia;
Y ungit ab lo sagrat oli
Emprèn la derrera marxa.

Los ulls d´amor espirejan,
Se conmou sa trista cara,
Y coralment pronuncía
Les més alegres paraules.

Quant lo ministre de Deu,
De l´eternitat li parla,
Sa boca sent de la gloria
La dolçor no pregustada.

Recorda los seus pecats
Y´l perdó n´implora ab ansia,
Estrenyent un Crist mil voltes,
Donantli dolces besades.

Y crida á los seus infants
Qui defora en plors esclatan,
Y tenintlos en torn seu
Los diu ab veu menyscabada:

“Infants meus, sïau feëls
Tota la vida á la gracia;
Ascoltau la veu severa
Que´l traball vos encomana.


Há poco tuvo la dicha de recibir al Dios de la Eucaristía; y ungido con los santos óleos emprende la última etapa.

Sus ojos chispean de amor; se conmueve de gozo su triste semblante; y pronuncia entre dientes las más alegres palabras.

Cuando el ministro de Dios le habla de la eternidad, su paladar siente la no gustada dulzura de la Gloria.

Acuérdase de sus pecados, y contrito pide indulgencia, estrechando mil veces un Crucifijo, dándole dulcísimos besos.

Y llama á sus hijos, que en la antesala se deshacen en llanto, y, al verlos al rededor de la cama, les dice con entrecortada voz:

“Hijos míos, sed fieles toda la vida á la Religion; escuchad la voz del deber que os recomienda el trabajo.


Alçau los ulls á n´el cel
Si la dissort vos aglaça;
Pregau per mi, fillets meus...
No us oblideu de la mare...”

Y baxa ´l cap, y ab l´angoxa
Les forces perdent anava;
Y mira aprés la familia,
Y mira al Crist... y badalla.

Ab un “¡Jesús meu, teniume!”
L´esperit dexa sa cárcer;
Queda ´l còs just si dormís,
L´esperit s´en va á la Patria.


Mars de 1876.


Si la contraria fortuna os abate, levantad los ojos al cielo; hijitos míos, rogad por mí...No os olvidéis de vuestra madre...”

Y baja la frente, y la angustia le hace perder las fuerzas: mira á la familia, mira al Crucifijo.... y exhala el último aliento.

Con un “¡Jesus, valedme!” el espíritu deja su cárcel; el cuerpo queda como si estuviese dormido, el espíritu sube á la Patria.

III, MOMENT DE TRISTESA.

III

MOMENT DE TRISTESA.

Segut en alta roca
Besada per la mar
Entre remors de l´aigua

Y estels espirejants.


***

Dolces memories de ma infantesa,
Plenes de ditxes, d´olors suäus,
Que´l pur oratje d´esta vesprada,
Dormit ja´l día, del cel me trau;
Tristes recances d´uns temps que foren,
Y que tornarme Deu no voldrá,
Veniu, piadoses moveu les ales,
Que vostres besos viure me fan...



III
MOMENTO DE TRISTEZA.

Sentado en alta roca
Mecida por el mar;
Murmurios en el agua,
Centellas en el cielo.

***

Dulces memorias de mi infancia, llenas de dicha, de embriagador perfume, que las brisas de la noche me traen del Cielo, en esta hora en que ha espirado el día; tristes suspiros por unos tiempos ya pasados, que echo de ménos, pero que Dios no me querrá devolver; venid, moved las piadosas alas, que vuestros besos me dan la vida...



Jo un aucell era reblit de vida,
De fe y de gracia, de llibertat,
Y ab la dolçura de les aubades
Un cant volía bell exhalar.
Jo un aucell era... Del niu sortirne
Lo jorn alegre pensí de Maig,
Mes no me creya qu´en espayarme
Batzers hi hauría dins los vinyats.

Batzers hi foren, y cruels mes ales
Cruxir volgueren y el cor tocar;
¡Ay! si ab més força punyit haguessen
Ni alé de vida m´hauría restat.

Ara còm trista viu la meua ánima
Y ab la tristesa dels desterrats;
Desque marcides per lo temps foren
De ma infantesa les fulles suaus;
Desque n´oloro noves poncelles
Que lo meu ángel m´en ha portat,
Les flors primeres de jovinesa,
Que, sense gloria, puden com vas...

Jo de vegades tot solitari
Per la vorera del torrental,
O dins arbredes arreconades,
Fugint dels hòmens qui m´han nafrat,
Veig acostarse molt silencioses,
De groch vestides y ab manto blau,
Les magres hores de ma existencia,
Que´m miran, passan, y lluny s´en van.



Era yo un pajarillo lleno de ardor, de fe, de gracia, de libertad; y en las rientes horas de la alborada quería prorrumpir en bellos cantos. Era yo un pajarillo... Pensé salir de mi nido en alegres días de Mayo; no me creí que, al volar libremente, encontraría espinosas zarzas entre verdeantes viñedos.

Encontré espinosas zarzas, que quisieron crueles herir mi corazon. ¡Ah! de punzarme con más violencia, no me hubiera quedado ni aliento de vida.

Ahora cuán triste está mi alma, con la tristeza de los desterrados; desde que el tiempo marchitó las flores de mi infancia; desde que el ángel custodio me trajo las primeras flores de la juventud, nuevos capullos sin gloria ni ufanía, que exhalan olor de sepulcro.

A veces doy solitarios paseos por las orillas de los torrentes, ó por arrinconadas arboledas, huyendo de los hombres que han herido mi alma. Entónces veo acercárseme silenciosas, vestidas de túnica amarilla y azulado manto, las flacas horas de mi existencia, que me dirigen una mirada, pasan, y se van léjos.


Un vel ne portan de sarja negra,
Mon còs cubrexen de peus á cap;

Llevòres xupa les mies llágrimes
Lo vent que´s gronxa remorejant...

¡Jesús! ma vida còm es corcada,
Puys lo pervindre veig nubolat;
Si l´alegría ne tench de fondre
¿Per qué en la terra més m´arrelau?
Un temps me deyan qu´era la terra
Verjer hont corren rius agraciats;
¡Ah! per mi´s torna montanya axuta,
Roca solcada d´horribles llamps...

De fel omplida n´está exa copa
Que s´anomena la societat;
Jo ne begudes qualques glopades,
¿Y fins als baxos l´he de buydar?
Poch temps fa encara tot me sonreya,
Y me ballava l´aygua davant;
Per mi de joya, pau y harmonía
La nit serena vestí les valls.

Ara murmuran de mi los hòmens,
Tal volta´m signan ab pïetat;
Los estranys riuen, los propis duptan,
Los amichs fugen veentme passar.


Traen un velo de negra sarga, y me cubren con él de piés á cabeza. El viento se agita conmovido, y se lleva mis lágrimas.

¡Jesus mío! Carcómese mi vida, pues veo nebuloso el porvenir. Si he de perder la alegría, ¿por qué me arraigáis en la tierra? Decían que era la tierra verjel amenísimo, por donde serpenteaban graciosos riachuelos. ¡Ah! para mí es pedregoso erial, inmensa roca surcada por horribles rayos...

Llena de hiel está esa copa que se llama la sociedad. He bebido algunos sorbos.
¿La he de apurar hasta las heces? Hace poco todos me sonreían, y el agua me bailaba delante. Por mí la noche serena vistió los valles, de gozo, paz y armonía.

Ahora murmuran de mí las gentes; tal vez alguno me señala con el dedo. Los extraños se ríen, los propios dudan, los amigos huyen al verme pasar.


¿Bo tench de serne? Ferida l´ánima
¿En mans dels hòmens se posará?
Si flayre cobre de senzillesa
L´ánima mía, ¿la punxarán?
Sembla que´s gira meua Fortuna;
Sembla que´s torna lo goig afany;
Tristors me menjan... ¿Perdut hauría
De l´esperança l´Estel sagrat?....

Oh recordances d´etat fugida
Que ballugoses volatejau,
Veniu, ompliune mon cor encara,
Veniu, somniarvos encara´m plau;
Me plau rialleres y melancòliques,
Sus l´alta roca d´aquesta mar,
Al clar de lluna dolre sentirvos
Ara que guayta l´inmensitat.

Agost de 1866.


¿He de ser bueno? Mi alma dolorida ¿se pondrá en manos de los hombres? Si el aroma de la sencillez rodea mi alma, ¿pretenderán los malvados hacerla sufrir martirio? Mi Fortuna cambia; el placer puro se me trueca en afanosos cuidados; la tristeza me devora. ¿Habré perdido de vista la divina Estrella de la esperanza?....
Oh recuerdos de la bella edad, para siempre huída, que revoloteáis jugando delante de mí; venid, llenadme aún el corazon: que me place soñar con vosotros. Me place, desde esta alta roca mecida por el mar, veros á la vez melancólicos y risueños; y al rayo de la luna, oír vuestros suspiros, ahora que sale á recorrer la inmensidad del espacio.

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