Mostrando las entradas para la consulta desconort ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta desconort ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de agosto de 2021

III, continúa la Biografía

III.

Los que suponen, para dar al hecho más visos de sobrenatural, que Raimundo Lulio después de su conversión, así como pasó desde la vida sensual y mundana a la espiritual y contemplativa, desde la vanidad y los devaneos a la virtud más sublimada, pasó también de la ignorancia al grado de la más alta sabiduría, cometen un error harto visible. No es justo que el afán de hacer ver que la gloriosa era de su sabiduría empezó por un milagro, así como la de su libertinaje había acabado por un desengaño, haya de apartar nuestros ojos de los testimonios que el mismo Raimundo nos da de lo que fuera él durante su vida cortesana y caballeresca. Si su inteligencia apareció como iluminada prodigiosamente por un destello de clara luz, no es que el sacro fuego no estuviese depositado en el fondo de su alma grande, creada para altísimos fines, sino que su ardor permanecía como extinguido bajo el peso de su misma degradación moral, y ahogado al parecer por la indómita carne que le envolvía. ¡Qué mucho pues que al recibir el doble y continuo incentivo de la contemplación y del estudio, no radiase en poco tiempo y se convirtiese en una antorcha de claridad vivísima y deslumbrante!

Raimundo, además de nacer con el privilegio del genio estampado en su frente, recibió una educación la más esmerada que en aquellos tiempos podía apetecerse, al lado de la nobleza y entre los más altos príncipes de la época: y si bien a las armas se había propuesto consagrar toda su existencia, no por eso dejó de alternar en este noble ejercicio con el de las letras, para ser más tarde un caballero tan apto para defender a su patria con su brazo, como para aconsejar a su rey con su saber. A pesar de lo independiente de su carácter y de lo indómito de sus pasiones, contra las cuales, según el mismo manifiesta, no bastaban palabras ni astucias, castigos ni halagos, el joven Raimundo se hizo uno de los donceles de más inteligencia y talento de la corte aragonesa. La instrucción en los negocios de estado, el conocimiento de la índole, usos y costumbres de los pueblos, el arte de la guerra, la política, la cosmografía, la historia y las letras, venían a formar los más bellos adornos de su espíritu, en términos de que por lo claro de su entendimiento tanto quizás como por su hidalguía, y por los servicios que prestara su padre al rey Don Jaime el Conquistador en sus bélicas expediciones, le escogió este de entre la muchedumbre que formaba la nobleza de su reino, para senescal de su hijo el príncipe Don Jaime, más tarde rey de Mallorca.

Tan alto y distinguido empleo no era a la verdad propio de sus juveniles años, pero lo que le sobraba en talento suplía lo que en años le faltaba; y tan a gusto de su señor desempeñó en palacio su cometido, que conquistó enteramente su afecto y se granjeó por do quiera las más vivas simpatías. Tratando con los más altos y distinguidos personajes adquiría mayor experiencia, así como en los viajes en que acompañaba a su príncipe se hacía con mayor instrucción. Por eso en los comienzos de su vida contemplativa pudo escribir aquellos preciosos y ya citados libros sobre el Régimen de príncipes y del Orden de caballería, y más tarde su Arte política que cita Alfonso de Proaza en su catálogo de las obras de Lulio, fruto de su experiencia y de sus observaciones durante su existencia palaciega.

Una de las tareas literarias empero que más ocupaban los ocios de su brillante juventud, fue el dulce estudio de la poesía. Aspirando al título de trovador, con que se habían honrado hasta los Alfonsos y los Pedros de Aragón, y que tanto había ennoblecido desde antiguo la protección que los Berengueres de Barcelona dispensaron a la gaya ciencia, poco costó sin duda a su rica imaginación hacerse el mejor lugar entre los que ocupaban entonces la atención general. Y el aura popular de que le rodeara la viveza de su ingenio y la gracia de sus trovas, haciéndole objeto del amor de las damas y del respeto de los caballeros, fue quizás lo que contribuyó a que despertase su corazón a los malos instintos de la vanidad у a que se rindiese a las seducciones de la vida galante y sensual que acabaron por conducirle a los mayores extravíos.

Mas aunque después, tal vez a pesar suyo, hubo de abandonar la corte aragonesa que tantos incentivos ofrecía a su espíritu, para pasar a Mallorca con el infante Don Jaime a quien servía; ni la vista de su nativo suelo, ni el reposo a que la pacífica isla le brindaba, pudieron desviarle de la existencia inquieta y aventurera a que se había lanzado. Sus devaneos se hicieron públicos, sus amoríos llegaron al escándalo y sus compatricios no veían ya en él sino a un loco disipado a quien la providencia había concedido un talento que deplorablemente malograba. Así como en Barcelona la emulación y la sed de gloria literaria le dictaron tal vez más de un lais para aspirar a la violeta de oro que en premio se ofrecía en los poéticos certámenes al que mejor rimaba, en Mallorca destinó solamente el habla divina de la poesía con que el cielo le dotara, para cantar por las noches lánguidos suspiros de amor bajo la reja de desdeñosa doncella, o para insinuar con la magia de su poder en el alma de cándidas vírgenes el sensualismo que le estaba devorando.

Por desgracia de las letras mallorquinas estos rasgos de la pluma juvenil de Raimundo se han perdido. Toda aquella vida de exaltación y de amorosa fiebre, de quejas y suspiros, de temores y desdenes, de exigencias y reproches, de placeres y orgías que estampaba en el papel en armoniosas consonancias el más ardiente y mejor hablista de los trovadores lemosines de su época, ha quedado envuelta en las tinieblas de los siglos; o quizás las aniquiló el remordimiento del poeta sin dejar de ellas rastro alguno, al aniquilar en su propio corazón hasta el más mínimo rastro de sensación mundana y de profano sentimiento. Ay! ¿Quién pudiera tener en sus manos uno solo de aquellos inspirados cantares del amante trovador, una sola de las concepciones poéticas que trazara aquella imaginación poderosa, aquella alma de fuego, cuando concentrada toda en el amor, por el amor vivía, por el amor deliraba y de amor enloquecía! ¡Quién pudiera tener en sus manos aquel precioso romance que, en medio del despecho amoroso que le produjera el más terrible de los desengaños, escribía para dar salida a los sollozos de su corazón dilacerado, poco antes de representarse a sus abrasados ojos la figura del Redentor, para que tras él emprendiese el camino de la virtud! ¡Quién pudiera fijar una mirada sobre aquellos sentidos versos con que se despedía de un amor que tan cruelmente le había desengañado, y de la idolatrada hermosura que de tan terrible manera le había hecho comprender lo falaz y miserable de los placeres del mundo (1)!

Ni una canción siquiera de las que escribió Lulio durante su existencia de corte ha llegado a nuestros días; y si el autor coetáneo de su vida y el poeta mismo en varios pasajes de sus obras no nos dijese que en escribirlas se ocupó mucho durante su extraviada juventud, creyéramos sin duda que su afición a la rima y su arte en manejarla, fue uno de tantos resultados que alcanzó su entendimiento luego de entregarse a la contemplación y al estudio.

(1) Hay divergencia entre los biógrafos de Lulio acerca el nombre de la bellísima genovesa que tan amorosamente perdido tenía a Raimundo, y que en tan gran manera contribuyó a su conversión, haciéndole ver la repugnante enfermedad que corroía su seno, y mostrándole que solo lo eternamente bello e incorruptible era digno de ser amado. Leonora es el nombre que unos dan a tan interesante hermosura; otros, y entre ellos Solerio, asegura que se llamaba Ambrosia del Castello.

Sin embargo ha habido biógrafos estrangeros que han trascrito una versión, sino del poético billete con que Raimundo declaraba a su dama la pasión que le devoraba, de la contestación que la bella hizo llegar a sus manos. He aquí como cuenta uno de dichos biógrafos la singular aventura. - “Costumbre era entre los poetas catalanes celebrar en sus versos la belleza, objeto de su adoración. En una trova que Raimundo Lulio dirigió a Ambrosia, hizo grande elogio del seno de la hermosa dama, pintando la admiración y el ardiente amor que le inspiraba. La trova no ha llegado a nuestros tiempos, pero sí la contestación de Ambrosia, cuya lectura ofrece algún interes. "Señor, dice, los versos que me habéis dirigido, si bien demuestran la excelencia de vuestro espíritu, hacen ver al mismo tiempo el error, cuando no la debilidad de vuestro juicio. No es extraño que pintéis con tan vívidos colores la hermosura, cuando sabéis embellecer aun la fealdad misma. Mas ¿cómo consentís en serviros de vuestro divino ingenio para prodigar alabanzas a un poco de arcilla coloreada con el tinte de la rosa? Emplear debierais toda vuestra habilidad en ahogar el amor que os consume en vez de declararle. No es que no os considere digno del aprecio de las damas más distinguidas, mas sin duda desmereceríais mucho ante ellas si persistiéseis en servir a la menor de todas. Así, no es regular que un alma esclarecida como la vuestra, creada únicamente para Dios, se ciegue hasta el extremo de adorar una criatura. Olvidad, pues, una pasión que degrada vuestra nobleza, y no expongáis por tan poco vuestra reputación: que si continuáis en tan loco empeño me veré en la necesidad de desengañaros, haciéndoos ver que lo que forma el objeto de vuestro entusiasmo no debe serlo sino de vuestra aversión. Me decís en vuestros versos que mi seno os ha flechado el corazón! Bien, yo convengo en descubríroslo para curar vuestra llaga. Mas en el ínterin podéis estar seguro de que os tengo tanto amor, como aparento no amaros." Raimundo Lulio, como amante, interpretó estas líneas enigmáticas en favor de su pasión, y se enamoró más locamente de Ambrosia. Seguíala a todas horas, y tal era su frenético afán de verla, que un día cabalgando Raimundo por la plaza mayor de Palma, en el momento mismo en que Ambrosia se dirigía a la catedral, llevado de su ciega pasión la siguió montado hasta el interior del templo. Aunque esta extravagancia fue objeto de burla y de muchos comentarios en toda la ciudad, Raimundo llevó a tal extremo su indiscreción, que la dama, que en lo que menos pensaba era en tal amor, resolvió poner fin a un asunto cuyos resultados podían llegar a ser desagradables. Con posterioridad a la carta que había enviado a Lulio, ni las manifestaciones más visibles de desagrado ni hasta los desdenes que empleó la linda genovesa, pudieron contener a su constante perseguidor. Cansada en fin de tan inútiles medios, se decidió, acorde con su esposo, a emplear el último recurso. Escribió a Raimundo y le dio en su casa una cita; acudió volando a ella el joven amante, quien no pudo menos de conmoverse, viéndose en presencia del objeto que adoraba, y al notar la calma, la gravedad y el sello de tristeza que se vislumbraba en su semblante. La dama fue la que rompió el silencio preguntándole el motivo porque tan obstinadamente la perseguía; a cuyas palabras Raimundo, más insensato que nunca, le dijo que siendo ella la criatura más hermosa de la tierra le era imposible no adorarla, o dejar de seguirla. Hallándose pues en su tema favorito de la belleza de su ídolo, no vaciló en loar con entusiasmo los hechizos que le habían inspirado sus versos. Entonces la infeliz Ambrosia decidióse a sanar a Raimundo de su amorosa locura. "Vos me creéis, le dijo, la más bella de las mujeres; ¡cuánto os engañáis! Mirad, añadió, mirad lo que tanto amáis, mirad lo que causa vuestro delirio; y le descubrió su seno que un espantoso mal estaba devorando. Pensad en la podredumbre de este pobre cuerpo que alimenta vuestras esperanzas, y aviva vuestros deseos. Ah! exclamó Ambrosia no pudiendo comprimir sus lágrimas, dirigid a mejor fin vuestra pasión, y en vez de amar a una imperfecta criatura que se consume, amad a Dios que es perfecto e incorruptible.” Apenas hubo Ambrosia proferido estas palabras, cuando se dirigió al interior de su estancia, dejando solo a Raimundo entregado a sus reflexiones." -

Sea como fuere, nosotros deseáramos que los que estampan palabras tan textuales, hubiesen dado pruebas de su autenticidad, trascribiéndonos el original de tan interesante carta, o citándonos el cronista del sentido coloquio. Por lo demás es lo cierto que esta aventura al mismo tiempo que puso término a los amoríos y locuras de Raimundo, dio fin también a sus apasionadas trovas; y que conduciendo el alma del amante a más elevadas regiones, dio a su estro un carácter sublime, grave y severo.

Si en este cambio vino a ganar o no la poesía de Lulio no es fácil determinarlo cuando no hay posibilidad de comparar; sin embargo es de creer que perdiese en la forma y en la gracia de la expresión lo que por otra parte ganaba en elevación y grandeza: pues como sus galantes y amorosos versos tenían por objeto exclusivo deleitar con su armonía a las beldades que le inspiraban para hacer más fácil la conquista de su corazón, o lucir quizás sus dotes poéticas en los concurridos certámenes, era regular fuesen escritos con más esmero todavía que aquellos en que, prescindiendo algún tanto de semejante atractivo, se dirigían noblemente a más altos fines y a mayores empresas. La guerra abierta que declaró a cuanto pudiese dar el menor halago a los sentidos, al mismo tiempo que le circunscribió a un género de vida extremadamente rígido, le hizo adoptar hasta en sus escritos un lenguaje ajeno de todo artificio, si bien puro y agradable; y a tal extremo llevó su severidad, que hasta se duele en varios pasajes de sus obras de que sus contemporáneos gustasen de las pinturas y vanos adornos en los libros y prescindiesen del espíritu que en ellos se encerraba.

Su devoción le aficionó a los asuntos místicos y religiosos; sus contratiempos le hicieron a veces plañidero y elegíaco; la magnitud de sus proyectos le dio atrevimiento y osadía en sus versos de circunstancias; su fé, caridad y amor al prójimo le convirtió en cantor de la moral más pura y de las excelencias de Dios; y la idolatría con que amaba la ciencia le hizo poeta didáctico: y así como durante los desvíos de su juventud, según él mismo manifiesta, la hermosura de las mujeres era el imán de sus ojos; más tarde lo fueron de su corazón la poética figura de María, bajo cuyo manto procuraba conducir a los que vivían en las tinieblas del error, la imagen (imájen) sagrada de la religión por la que tanto se desvelaba, y la majestad sublime de la sabiduría de que quiso ser hijo predilecto.

Remordiéndole la conciencia por el sensualismo de las profanas canciones que había escrito, cuyos consonantes exhalaban, dice, el hedor de la concupiscencia (1), quiso expiar su falta dedicándose a los asuntos místicos y escribiendo lleno de devoción y en sentidos versos una bella composición elegíaca sobre el Llanto y dolores de María, y otra que tituló las Horas de la Virgen; para inmortalizar sus infortunios nos dejó el Canto de Raimundo y el Desconsuelo; para alentar a la cristiandad en los grandes proyectos que tenía meditados compuso el Concilio; para que la criatura conociese los misterios y las grandezas del Todo-poderoso trazó su Dictado de Raimundo y los Cien nombres de Dios; para inculcar los sanos principios de la moral cristiana y enseñar a aborrecer el vicio puso en rimas el extenso libro que llamó Medicina del pecado; y para la mejor aplicación de su doctrina, delineó un poema sobre la Lógica, y otro sobre las Reglas para la aplicación del Arte general.

(1) Teniendo presente Lulio sus pasadas trovas escribía en el libro de Contemplación, que fue uno de los primeros que compuso en su retiro: - “Luxuria fá, Senyor, fer cançons, dançes, é voltas, é lays als trobadors é cantadors. On ¿qu'els val, Senyor, loament de fayçons, ni de agensament de paraules, pus que la obra per la qual son cantadors es tota plena de pudors é de sucietats?" - Cap. 143.

Siendo pues la poesía nuestro exclusivo objeto, ocuparémonos de cada una de estas obras en particular, por el orden cronológico con que fueron escritas, y daremos de las mismas los textos originales, inéditos todavía (1), con toda la exactitud que nos sea dable, prefiriendo siempre en los pasajes que nos han parecido oscuros, transcribirlos letra por letra y tal como están en los antiguos códices que poseemos, antes que alterar en lo más mínimo ni la idea ni la expresión del autor, y notando las principales variantes que nos resulten del minucioso cotejo de ambos códices; mas no consentimos en dar fin a nuestro bosquejo sin que insertemos un fragmento de la carta que por vía de nota acompaña la bellísima Descripción histórica artística del castillo de Bellver, escrita por el célebre Jovellanos. - “El solo nombre de Lull, dice, vale por cuantos testimonios se pudieran alegar en favor de Mallorca. En la esfera inmensa de sus escritos se descubre un amor decidido, y un felicísimo talento para la poesía. Han perecido a la verdad los innumerables versos de amor y galanterías que confiesa haber escrito en su extraviada juventud, y aún yacen olvidados muchos de sus poemas piadosos; pero bastan los que se conocen para prueba de que ningún trovador del siglo XIII le igualó ni en hermosura de dicción, ni en pureza de estilo. Lo más digno de notar es, que mientras los demás trovadores envilecían su profesión y numen, copiándose y repitiéndose unos a otros ideas lúbricas y pensamientos frívolos, solo Lull levantándose en las alas de la filosofía y de la religión, consagraba su estro ora a la expresión de las ideas más sutiles y abstractas, tal como en su lógica y retórica en metro catalan, ora a los pensamientos más sublimes y piadosos, como en su patético poema del Desconort, y en los que escribió sobre los cien nombres de Dios y sobre el orden del mundo. De forma que si V. considera que Lull nació en Mallorca dos años después de la conquista; que recibió en ella su educación, y que pasó su juventud en la corte de sus reyes, no sólo hallará que la musa balear ganó por él un puesto muy distinguido en el Parnaso catalan, sino que a él le deben la lengua y la poesía catalana su majestad y esplendor."

(1) No sabemos que se haya impreso en su original ninguna de las obras poéticas de Raimundo Lulio. Algunas lo han sido en latín por algunos amantes de las glorias de nuestro célebre paisano. D. Nicolás de Pax publicó en el siglo XVII una traducción castellana del Desconort que se ha reproducido en nuestros días.

Yo no sé si esta fue la razón que tuvo el docto Mariana para decir que los poetas de la corte de Don Juan I componían y trovaban en lenguaje mallorquín; pero el suyo fue siempre muy exacto, y sus frases siempre muy pensadas, para que creamos que asentó aquella sin alguna buena razón. Lo que no tiene duda es que el ilustre ejemplo de Lull no fue perdido para su patria. Si el descuido ha dejado olvidar en ella como en otras partes las producciones de sus trovadores, la frecuente residencia de los reyes de Mallorca en Cataluña y Francia; la gran cabida que tuvieron los mallorquines, así, en su corte como en la de Aragón; su afición constante a los buenos estudios, y el genio que en ellos acreditaron, y que se podría comprobar con muchos y buenos testimonios, no permite que se les excluya de la participación de esta gloria, cuanto menos constándonos el aprecio que siempre hicieron de los escritos de su ilustre paisano, cuyos libros andaban a todas horas en sus manos, y el esplendor con que sus discípulos cultivaban todavía la poesía nacional en el siglo XV y a la entrada del XVI.

martes, 24 de agosto de 2021

OBRAS RIMADAS DE RAMON LULL, idioma catalan-provenzal, Gerónimo Rosselló

OBRAS RIMADAS
DE

RAMON LULL,

ESCRITAS EN IDIOMA CATALAN-PROVENZAL,
PUBLICADAS POR PRIMERA VEZ
CON UN ARTÍCULO BIOGRÁFICO, ILUSTRACIONES Y VARIANTES,
Y
SEGUIDAS DE UN GLOSARIO DE VOCES ANTICUADAS
POR
GERÓNIMO ROSSELLÓ.

PALMA.

IMPRENTA DE PEDRO JOSÉ GELABERT.
AÑO 1859.

//
Nota del editor, Ramón Guimerá Lorente: Se actualiza en la mayor parte la ortografía sólo en castellano. Ejemplo, á: a; ó: o; e: e; razon: razón; Ramon sin tilde lo dejo; -
Fuente de las imágenes:
cervantesvirtual 
Texto OCR por google, con muchísimos errores, editado por mí.
https://books.google.es/books?id=A3oGAQAAIAAJ&pg=PA58&focus=viewport&hl=es&output=text#c_top
//

Reverso: Es propiedad del impresor Pedro José Gelabert.


OBRAS RIMADAS DE  RAMON LULL,  ESCRITAS EN IDIOMA CATALAN-PROVENZAL, PUBLICADAS POR PRIMERA VEZ CON UN ARTÍCULO BIOGRÁFICO, ILUSTRACIONES Y VARIANTES, Y SEGUIDAS DE UN GLOSARIO DE VOCES ANTICUADAS POR GERÓNIMO ROSSELLÓ.  PALMA.  IMPRENTA DE PEDRO JOSÉ GELABERT. AÑO 1859.

AL EXMO. SR. D. RAFAEL DE BUSTOS Y CASTILLA,
Marqués de Corvera, ministro de fomento, caballero gran cruz de la real y distinguida orden española de Carlos III, gentil hombre, de cámara de S.M. Con ejercicio, caballero maestrante de la real de caballería de Granada, senador del reino etc., etc., etc.

Exmo. Señor:

Colocar el nombre de Lulio, doblemente célebre por lo ilustre de su prosapia y por la gran significación que tiene en la república de las letras, junto al de V.E. que a tanta altura elevan los genealogistas, y que con singular agradecimiento recordará la literatura, es la mayor satisfacción que pudiera proporcionarme el humilde aunque asiduo trabajo de coleccionar y publicar por primera vez en su propio traje las poesías del genio asombroso y fecundo del siglo XIII. Permítame pues V.E. que llene mi deseo, y dígnese admitir con agrado el fruto de mis vigilias; y el placer con que se lo ofrezco haga a V.E. Disimular las faltas mías de que seguramente adolece. Palma de Mallorca 2 de Diciembre de 1859.

Exmo. Señor:
Gerónimo Rosselló.

ÍNDICE.
(El número de página se omite en este formato, doc, html; coincide en el pdf)

DEDICATORIA.
ÍNDICE.
INTRODUCCIÓN.
RAIMUNDO LULIO.
I. Reseña biográfica. - Nacimiento de Lulio. - Sus mocedades, conversión, retiro, penitencias y peregrinación. - Su vida contemplativa. - Sus estudios. - Concepción del primer pensamiento de su Arte. - Sus primeros libros. - Fundación del colegio de Miramar. - Permanencia de Lulio en él y tratados que en este tiempo escribió. - Sus proyectos de cruzada y viajes al efecto a Roma, a varias cortes de Europa, al África y al Ásia.
- Su residencia en Perpiñan y Montpeller. - Libros que escribió en estas ciudades.
- Su regreso a la corte romana, y viajes a París, Montpeller y Túnez. - Vuelta a Roma y Montpeller. - Libros que escribió en estos puntos. Su viaje a Génova para dirigirse a Túnez. - Su predicación, persecuciones y padecimientos en África. - Su viaje a Nápoles y regreso a Roma. - Desengaños que esperimentó en esta última capital, y libros que en ambas escribió. - Vuelta a Génova, Montpeller y París, donde escribe nuevos libros, y su regreso a Mallorca por Barcelona. - Libros que escribió en su viaje y permanencia en su pais natal. - Viaje a Chipre y peligro que corre su existencia. - Su estancia en Famagosta. - Viaje a la Armenia, a las islas de Rodas y Malta, y a Génova. - Libros que escribió durante este viaje. - Su vuelta a Mallorca y a Montpeller. - Su nueva misión en Génova, desde donde se dirige otra vez a Montpeller. - Su permanencia en Aviñón y regreso a Montpeller. - Libros que escribió en estos puntos. - Nuevo viaje a París. - Sus relaciones con Scoto. - Viaje a Pisa, Mallorca y África. - Sus peligros y aventuras entre los mahometanos. - Viaje a Génova y naufragio experimentado en él, que le lleva otra vez a Pisa. - Nuevos libros. - Su llegada a Génova. - Esperanzas de una nueva cruzada, y viaje que ellas motivan hacia Aviñón. - Libros que en esta ocasión escribe. - Indiferencia del Sumo Pontífice para con los planes de Lulio. - Obstáculos que se oponen a sus tentativas. - Regresa a París. - Su magisterio en aquella Universidad y libros que escribe a la sazón. - Relaciones entre Lulio y Felipe el Hermoso de Francia. - Aprobación del Arte de Lulio por la Universidad de París. Concilio general de Viena. - Súplicas de Lulio ante aquella asamblea y lo que consiguió de los prelados y padres que la componían. - Conocimientos de Lulio en la alquimia. - Libros que escribió sobre esta materia y sus trabajos prácticos en la corte de Eduardo II de Inglaterra. - Pasa otra vez a Mallorca donde escribe nuevos tratados. - Se embarca para Sicilia y se establece en Mesina. - Libros que escribió en este punto. - Vuelve a Mallorca y se embarca por última vez para el África. - De Bujia se dirige a Túnez, donde escribe sus postreros libros. - Su predicación en Túnez y después en Bujía. - Su martirio y su muerte. - Sus funerales en Mallorca donde son trasladados sus restos.
II. Virtudes heroicas de Lulio. - Sus sacrificios por la exaltación de la fé católica.
- Su esperanza puesta a prueba por los contratiempos. - Su caridad, móvil principal de todos sus actos. - Rasgos de su inspiración por el amor divino. - Su humildad.
- Mortificaciones que se imponía. - Penitencias que hizo. - Su desprendimiento de todo lo terreno. - Sus ideas sobre la oración. - Su tolerancia en medio de las persecuciones de que fue objeto. - Su amor a la verdad. - Rasgos de su pluma relativos a la conciencia, a la piedad, al consuelo, a la obediencia, a la perseverancia, a la limosna, a la laboriosidad, al buen trato, a la firmeza de ánimo y otras virtudes. - Elocuencia con que sabía anatematizar los vicios. - Su abnegación a par de su sabiduría. - Alusión a los bandos que nacieron de su doctrina. - Demasiado fanatismo de sus encomíadores, y mala fé de sus antagonistas. - Superficialidad con que estos generalmente han hecho el análisis crítico del sistema de Lulio. - La doctrina luliana con relación a su época. - Imposibilidad de reducir el entendimiento humano al mecanismo a que intentó sujetarlo Lulio. - Auxilio que prestó a Lulio su Arte para escribir sobre todas las materias bajo principios sólidos y fecundos. - Necesidad de un estudio analítico de sus obras. - Unidad indivisible con que Lulio consideraba la ciencia. - Lulio como primer iniciador de una enciclopedia.
- Lulio teólogo. - Lulio escritor místico y ascético. - Lulio orador sagrado y preceptista en la oratoria. - Lulio jurisconsulto. - Lulio médico. - Lulio escritor de lógica, moral y metafísica.
- Lulio físico. - Descubrimiento de la aguja náutica. - Lulio matemático y astrónomo.
- Lulio alquimista. - Sus relaciones con Arnaldo de Villanueva (Arnau de Vilanova) y conocimiento que tenía de las obras de Geber. - Descubrimiento del ácido nítrico.
- Sus importantes observaciones sobre el aguardiente, las sales, la calcinación y la destilación. - Opinión de Boherave sobre los conocimientos químicos de Lulio. - Principios fecundos de Lulio citados y juzgados por un autor francés. - Conocimientos de Lulio en la estrategia y en el arte de la navegación. - Su Arte de navegar. - Opinión de D. Martín Fernández de Navarrete sobre la ciencia náutica de Lulio. - Lulio astrólogo. - Lulio humanista. - Equivocación padecida por algunos que han supuesto que Lulio escribió en latín sus obras. - Pureza de su lenguaje. - Defectos de las traducciones latinas que de sus obras se hicieron en la edad media. - Conocimientos de Lulio en la música - Libro titulado Arte de cantar. - Fecundidad de Lulio como escritor. - Edición moguntina de las obras de Lulio por Ibo Zalzinger. - Fé que tenía Lulio en el resultado de la enseñanza de su Arte. - Propagación de su sistema en Europa. - Tibieza de sus contemporáneos para con los proyectos de Lulio. - Inoportunidad de los medios que Lulio adoptaba para llevarlos a cabo. - Poca atención que prestaba a los asuntos políticos de su tiempo.
- Encono con que el inquisidor de Aragón Nicolás Aymerich procedió contra las obras lulianas. - Falsedad con que las supuso condenadas por una bula pontificia. - Apologistas

de Lulio.
III. Error de los que creen que Lulio pasó repentinamente de la ignorancia a la sabiduría.
- Educación literaria y caballeresca de Lulio. - Su instrucción en los negocios de estado, en la índole, usos y costumbres de los pueblos, en el arte de la guerra, en la política, cosmografía, historia y en las letras. - Aprecio que D. Jaime el Conquistador hizo de Lulio, eligiéndole senescal de su hijo el príncipe D. Jaime. - Sus libros sobre el Régimen de príncipes, Orden de caballería y Arte política. - La gaya ciencia como su principal ocupación durante su vida cortesana. - Su genio poético dedicado exclusivamente al culto del amor. - Pérdida de las trovas de la juventud de Lulio. - Su poética aventura con una dama genovesa. - Sus desengaños. - Antipatía que desde su conversión tuvo por todo deleite. - Inconvenientes de ella para la posía. - Aplicación de su talento poético a los asuntos místicos, a la moral y a la didáctica. - Objeto de sus poesías. - Códices en que han quedado consignadas. - Opinión de Jovellanos acerca las poesías de Lulio.
EL LLANTO DE LA VIRGEN.

PLANT DE NOSTRA DONA SANCTA MARÍA.
Variantes

LAS HORAS DE LA VIRGEN.

HORAS DE NOSTRA DONA SANCTA MARÍA.

De la confessió que hom deu fer a cascuna hora ans que la diga.

De maytinas... I. De un Deu. II. De Deu pare. III. De Deu fill. IV. De Sant Esperit.
V. De creador. VI. De recreador. VII. De glorificador.
De prima... (A vos mayre de pietat.) I. De la sua concepció. II. De la nativitat. III. De la passió. IV. Devallá als inferns. V. De resurrecció. VI. Del pujament de Jesu-Christ al cel.

VII. Del día del judici.
De tercia... I. De saviesa. II. De enteniment. III. De consell. IV. De força. V. De sciencia.

VI. De pietat. VII. De temor.

De sexta... I. De justicia. II. De prudencia. III. De fortitudo. IV. De temprança. V. De fé.

VI. De esperança. VII. De caritat.

De nona... I. De avaricia. II. De glotonia. III. De luxuria. IV. De ergull. V. De accidia.

VI. De enveja. VII. De ira.
De vespres.... I. De matrimoni. II. De baptisma. III. De confirmació. IV. De la misa.

V. De órde. VI. De penitencia. VII. De extrema-unció.

De completas... I. De membrança. II. De entendre. III. De voluntat. IV. De ángels.
V. De imaginar. VI. De sentir. VII. De pregar.

De la fi de aquest libre.

Variantes

AL SER SUPREMO.
Á VOS, DEUS GLORIÓS.

EL PECADO DE ADÁN.

LO PECCAT DE N' ADAM.

Variantes

LA VIRGEN MARÍA.

Á LA VERGE SANCTA MARÍA.

Versión de 1521.

REY GLORIOSO!

REY GLORIÓS!

Versión de 1521.

LOS CIEN NOMBRES DE DIOS.

ELS CENT NOMS DE DEU.

I. ¡Ó Deus!

II. ¡Ó essencia!

III. ¡Ó unitat!

IV. ¡Ó trinitat!

V. ¡Ó pare!
VI. ¡Ó fill!

VII. ¡Ó Sant Esperit!

VIII. ¡Ó singular!
IX. ¡Ó estant!

X. ¡Ó faént!

XI. ¡Ó ens necessari!

XII. ¡Ó perseitat!

XIII. ¡Ó libertat!

XIV. ¡Ó simple!

XV. ¡Ó sanct!

XVI. ¡Ó vida!

XVII. ¡Ó infinitat!

XylII. ¡Ó eternitat!

XIX. ¡Ó tot!

XX. ¡Ó bò!

XXI. ¡Ó gran!

XXII. ¡Ó potestat!

XXIII. ¡Ó saviesa!

XXIV. ¡Ó amor!

XXV. ¡Ó virtut!

XXVI. ¡Ó veritat!

XXVII. ¡Ó gloria!

XXVIII. ¡Ó justicia!

XXIX. ¡Ó larguea!

XXX. ¡Ó forma!

XXXI. ¡Ó producció!

XXXII. ¡Ó bèll!

XXXIII. ¡Ó Jesus!

XXXIV. ¡Ó creador!

XXXV. ¡Ó recreador!

XXXVI. ¡Ó glorificador!

XXXVII. ¡Ó ressucitador!

XXXVIII. ¡Ó salvador!

XXXIX. ¡Ó edificador!

XL. ¡Ó sostenidor!

XLI. ¡Ó exoidor!

XLII. ¡Ó ordenador!

XLIII. ¡Ó visitador!

XLIV. ¡Ó consolador!

XLV. ¡Ó consellador!

XLVI. ¡Ó confortador!

XLVII. ¡Ó defensor!

XLVIII. ¡Ó sanador!

XLIX. ¡Ó castigador!

L. ¡Ó nodridor!

LI. ¡Ó endreçador!

LII. ¡O emperador!

LIII. ¡Ó elegidor!

LIV. ¡Ó faédor!
LV. ¡Ó valor!

LVI. ¡Ó senyoretjador!

LVII. ¡Ó vencedor!

LVIII. ¡Ó gracia!

LIX. ¡Ó misericordiant!

LX. ¡Ó piadós!
LXI. ¡Ó abundós!

LXII. ¡Ó rey!

LXIII. ¡Ó humil!

LXIV. ¡Ó suau!

LXV. ¡Ó membrat!

LXVI. ¡Ó loạt!

LXVII. ¡Ó nomenat!

LXVIII. ¡Ó honrat!

LXIX. ¡Ó reclamat!

Tú, Señor Deus, est mon recorriment,


LXIX.
¡O RECLAMAT!

Deus es reclám dels peccadors,

Quant son en perill e en plors

E a Deus demanan socors.

Es Deus reclám d' hom qui 's penet,

E qui ab bé far se sotsmet

A satisfacció e a dret.

Car Deus ha los homens creats,

E 'ls porta bona volentats,

Vol per éll esser reclamats.

Reclamar a Deus que li ajut

Com puscha guanyar virtut,

Es reclám per Deus molt volgut.

Tantost com Deus es Reclamát,

Es l' hom per éll ajudat,

Ab qu' el reclám ab leyaltat.

Qui reclama Deus per haver,

Per viure e honor haver,

No es reclam de gran plaer.

Cell qui reclama Deus en la mort

Que li remeta pena e tòrt,

Cové qu' el reclám molt fort.

Molt fá meyllor Deus reclamar,

Per ço qu' el puscha molt honrar,

Que per ço qu'éll vulla salvar.

Segurament pot reclamar

Aquell qui Deus vol molt honrar,

Car Deus no 's pot a éll negar.

Tú, Señor Deus, est mon recorriment,

Perqu' eu te prech humilment

Que m' ajuts a ton honrament. 

LXX. ¡Ó beneit!

LXXI. ¡Ó servit!

LXXII, ¡Ó temut!

LXXIII. ¡Ó pregat!

LXXIV. ¡Ó distincció!

LXXV. ¡Ó concordança!

LXXVI. ¡Ó egual!

LXXVII, ¡Ó inocent!

LXXVIII. ¡Ó alt!

LXXIX. ¡Ó significant!

LXXX. ¡Ó perseverant!

LXXXI. ¡Ó eximplificat!

LXXXII, ¡Ó movent!

LXXXIII. ¡Ó comprenent!

LXXXIV. ¡Ó digne!

LXXXV. ¡Ó esperat!

LXXXVI, ¡Ó major!

LXXXVII. ¡Ó amich!

LXXXVIII. ¡Ó desitjat!

LXXXIX. ¡Ó costant!

XC. ¡Ó leyal!

XCI. ¡Ó present!

XCII, ¡Ó noble!

XCIII. ¡Ó intenció principal!

XCIV. ¡Ó procurador!

XCV. ¡Ó advocat!

XCVI. ¡Ó invisible!

XCVII. ¡Ó inmortal!

XCVIII. ¡Ó infalible!

XCIX. ¡Ó principi!

C. ¡Ó fi!
De la fi de aquest libre.

Variantes

LA ALQUIMIA.

L'ART DE LA ALQUIMIA.

EL DESCONSUELO.

EL DESCONORT

Variantes.

CANTO DE RAIMUNDO.

LO CANT DE RAMON.

DICTADO DE RAIMUNDO.


LO DICTAT DE RAMON.
I. Que Deus sia de necessitat.

II. Que sia un Deus.

III. Que Deus sia en pluralitat.

IV. Que Deus sia encarnat.

V. Qu' el mon sia creat.

VI. Que sia resurrecció.

Variantes.

APLICACIÓN DEL ARTE GENERAL.

APLICACIÓ DE L' ART GENERAL.

De la teologia... I. De la primera distincció. II. De la segona figura. III. De la terça figura.

IV. De la quarta figura. V. De la segona distincció. VI. De la terca distincció. VII. De la quarta distincció. VIII. De la quinta distincció. IX. De la sisena distincció.
De la philosofia. I. Primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terça distincció.

IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.

De la logica... I. De la primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terça distincció. IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.

Del dret... I. Primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terça distincció.

IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.

De la medicina.. I. De la primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terça distincció. IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.

De rhetorica..... I. De la primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terça distincció. IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.
De moralitats... I. Primera distincció. II. De la segona distincció. III. De la terca distincció.

IV. De la quarta distincció. V. De la cinquena distincció. VI. De la sisena distincció.

De la fi de aquest libre.

Variantes.

LA MEDICINA DEL PECADO.

MEDICINA DE PECCAT.

De la primera part de est libre, qui es de contricció.


I. D' amor. II. De temor. III. De dolor. IV. De valor. V. De elegiment. VI. De penediment.

VII. De falliment. VIII. De obligament. IX. De desobediencia. X. De vergonya. XI. De mentir. XII. De engan. XIII. De crueltat. XIV. De desesperar. XV. De jurar. XVI. De infamia.

XVII. De escusació. XVIII. De impaciencia. XIX. De desleyaltat. XX. De sejornar.

XXI. De ociositat. XXII. De sentir. XXIII. De cogitar. XXIV. De parlar. XXV. De obrar.

XXVI. De carreras. XXVII. Del còr. XXVIII. De imaginació. XXIX. De perdre. XXX. De mal eximpli. XXXI. De indiscreció. XXXII. De oblidar.

De la segona part de aquest libre, qui es de confessió.

I. De Deu. II. De la unitat de Deu. III. De trinitat. IV. De bontat. V. De granea. VI. De eternitat. VII. De poder. VIII. De saviea. IX. De volentat. X. De virtut. XI. De veritat. XII. De gloria. XIII. De justicia. XIV. De misericordia. XV. De la humanitat de Jhesu-Christ.

XVI. De la passió de Jhesu-Christ. XVII. De senyoria.

De Sancta María.

XVIII. De sanctetat. XIX. De altetat. XX. De nobilitat. XXI. De virginitat. XXII. De constança. XXIII. De humilitat. XXIV. De esperança. XXV. De maternitat. XXVI. De pietat.

XXVII. De ángels. XXVIII. Dels prophetes. XXIX. De apostols. XXX. De martirs. XXXI. De confesors.
De la terça part de est libre, qui es de satisfacció.

I. De un Deu.
II. De colre festa.
III. No penrás lo nom de Deu en va.

IV. No farás fals testimoni.

V. Honrarás ton payre e ta mayre.

VI. No farás ladronía.

VII. No farás homicidi.

VIII. No lutxuriarás.

IX. No cobejarás la muller de ton vehí.

X. No cobejarás los bens de ton vehí.

XI. De veer.

XII. De oyr.

XIII. De odorar.

XIV. De gustar.

XV. De tocar.

XVI. De affar.

XVII. De imaginació.

XVIII. De memoria.

XIX. De enteniment.

XX. De volentat.

XXI. De justicia.

XXII. De prudencia.

XXIII. De fortitudo.

XXIV. De temprança

IX. De fé.

XXVI. De esperança.

XXVII. De caritat.

XXVIII. De castetat.

XXIX. De humilitat.

XXX. De diligencia.

XXXI. De leyaltat.

XXXII. De pasciencia.
De la quarta part de est libre, qui es de temptació.

I. De mal ángel e bò.

II. De esser Deus.

III. De trinitat.

IV. De creació.

V. De encarnació.

VI. De la passió de Jhesu-Christ.

VII. De resurrecció.

VIII. Del sagrament del altar.

IX. De las claus de Sent Pere.

X. De mòrt.

XI. De dèu començaments radicals.

XII. De veer en temptació.

XIII. De oyr en temptació.

XIV. De odorar en temptació.

XV. De gustar en temptació.

XVI. De tocar en temptació.

XVII. De parlar en temptació.

XVIII. De imaginació en templar.

XIX. De memoria.

XX. De enteniment.

XXI. De volentat.

XXII. De dèu rahons naturals d' home.

XXIII. De bontat.

XXIV. De granea.

XXV. De duració.

XXVI. De poder.

XXVII. De virtut.

XXVIII. De veritat.

XXIX. De gloria.

XXX. De belea.

XXXI. De libertat.

XXXII. De perfecció.

De la cinquena part de est libre, qui es de oració.

I. Vuyl departir oració.

II. De oració que.

III. De oració de que.

IV. De oració perque.

V. De oració de quantitat.

VI. De oració de qualitat.

VII. De oració de temps.

VIII. De oració de lòch.

IX. De manera de oració.

X. De oració ab que.

Variantes.

EL CONCILIO.

EL CONSILI.

I. Un consili vuyl començar.

II. Del papa.

III. Dels cardenals.

IV. Dels princeps.


V. Dels prelats.

VI. Dels religiosos.

VII. De contricció.

VIII. De satisfacció.

IX. De devoció.

X. De oració.

XI. Senyor Deus! pluja.

Variantes.

LA CONQUISTA DE MALLORCA.

DE LULLI. - LO CONQUERIMENT DE MAYLORCHA.

Notas.

RECTIFICACIONES.

GLOSARIO.

Advertencia

Explicación de las abreviaturas.

GLOSARIO.

------------------------------------

INTRODUCCIÓN.

El gran Ramon Lull (Raimundo Lulio), tan universalmente admirado por teólogos y moralistas, por físicos y químicos, por astrónomos y matemáticos; tan recomendable en la república de las letras como humanista y como ascético; y tan docto en la jurisprudencia como en la medicina, en la astrología como en la náutica; Ramon Lull, el célebre inventor de aquel Arte general que por espacio de cinco siglos ha llenado de asombro el mundo entero, y cuyo nombre brilla con eterno resplandor en la historia de todas las ciencias y de todos los ramos del saber humano, no ha tenido entrada hasta aquí en el catálogo de los poetas; no porque no fuese del número de los elegidos, sino porque la incuria y el descuido han dejado permanecer en la oscuridad y en el olvido las rimas con que daba espansion (expansión) a su ánimo, cantando el orden del mundo y las grandezas y escelencias de Dios.

Semejante abandono si bien puede disimularse a los pasados siglos en que las letras no alcanzaban la atención merecida, fuera imperdonable en nuestros días en que se envanecen los hombres con el título de estudiosos y de investigadores. Así pues, la publicación del testo (texto) original de las obras rimadas del gran pensador del siglo XIII, nos ha parecido no sólo un deber, sino la satisfacción de una deuda que tenía con el mundo literario la patria del gran maestro. A cumplir este deber, a pagar esta deuda consagramos hace tiempo nuestros esfuerzos; y si bien por una parte hemos tenido la fortuna de encontrar códices que reunidos nos han dado por resultado la estensa (extensa) colección que ofrecemos al público, cosa a que no era dado aspirar tratándose de un autor de tan antigua fecha, por otra sentimos no tener mayores fuerzas para hacer nuestro trabajo más digno de unas obras, que amén de su importancia literaria, tienen en alto grado la filológica, por la circunstancia de pertenecer a la época de transición del lenguaje provenzal al llamado comúnmente lemosin y que con mayor propiedad puede calificarse con el nombre más significativo de catalan-provenzal.

Ante esta doble importancia que tienen las obras que nos ocupan, no creemos sea una oficiosidad inútil enriquecer con ellas la literatura nacida de aquel idioma que hablaban en otro tiempo pueblos que dieron el ejemplo de la cultura al resto del mundo, monarcas que se distinguieron por la fuerza de su poder y por el valor de sus conquistas, y soldados que hubieran podido avasallar naciones enteras. Al contrario, estamos persuadidos de que al ofrecer este ejemplo de lo que era capaz ya en el siglo XIII el idioma de los Jaimes, de los Pedros y de los Alfonsos, manejado por uno de los que con más fecundidad y pureza se valieron de él para expresar sus altísimas concepciones, despertará el deseo de sacar del olvido los tesoros inmensos de una literatura digna en verdad de más atención y de mejor suerte.

Lanzándonos pues al desempeño de nuestra humilde tarea, vamos a manifestar simplemente los códices o manuscritos de que nos hemos servido para formar la presente colección:

1.° Uno en 4.° de 115 folios, escrito en papel y pergamino y propiedad del diligente bibliógrafo D. Jaime Antonio Prohens, que ha podido reunir a costa de grandes afanes y desvelos una preciosa colección de obras lulianas impresas y manuscritas que nos ha facilitado con generoso desprendimiento. Este códice de un valor inapreciable es de letra del siglo XV, clara y esmerada, y está muy bien conservado; si bien no exento de erratas debidas al descuido del que lo escribió o al original de donde se sacó la copia. Los versos cortos están a dos columnas, los demás no; y los epígrafes de los capítulos y las iniciales con que estos empiezan son de carmín, sin adornos. Este códice contiene la Medicina del peccat que ocupa poco menos de la mitad de sus folios; sigue después Lo cant de Ramon, las poesías que empiezan A vos dona verge Sancta María, Senyor ver Deus rey gloriós, Lo plant de nostra dona Sancta María, la obra Del consili que feu mestre Ramon Lull malorquí, Lo dictat de Ramon, el opúsculo sobre el pecado de Adán que empieza Un Senyor rey qui be enten, Lo desconort y concluye con las Horas de nostra dona Sancta María.

2.° Otro en folio de 152 hojas sin numerar, escrito en papel y que nos pertenece. Es de letra de últimos del siglo XVI o principios del XVII y está así mismo muy bien conservado. Carece absolutamente de adornos y no se halla exento tampoco de errores de pluma. Contiene este códice los Cent noms de Deu, a cuya obra siguen las Horas de nostra dona Sancta María, el libro quinto de la Medicina del peccat, bajo el título de Oració per las reglas, el Desconort, el Plant de la verge María que el códice anterior titula Plant de nostra dona Sancta María, la Aplicació de l' Art general, el Cant de Ramon, el Consili, el capítulo III de la parte cuarta de la Medicina del peccat, llamado De trinitat, el citado opúsculo sobre el pecado de Adán, Lo dictat de Ramon, y varios otros capítulos de la Medicina del peccat que designa con el nombre de Tractat de las sinch virtuts.

3.° Otro en folio de abultado volumen existente en la biblioteca del Instituto Balear, y que perteneció en otro tiempo a la de los religiosos dominicos de Palma. Entre varias obras en prosa lemosina ó sea catalana-provenzal debidas a la pluma de nuestro autor, como el Libre del gentil y de los tres savis, de la Primera y segona intenció y de la Consolació del ermitá, hay en este precioso códice la composición sobre L'art de la Alquimia, un índice de los Cent noms de Deu, la poesía que empieza; Senyor ver Deus rey gloriós, y el Desconort, cuya letra se remonta quizás hasta el siglo XIV.

4.° Otro en 4.° existente en la misma biblioteca que contiene entre otras cosas una copia lemosina del Desconort, de mano de D. Nicolás de Pax, varón esclarecido, muy versado en el estudio de las obras de nuestro autor, y traductor de varias de ellas.

5.° Otro en 8.° de 100 folios, que nos pertenece. Es de letra de últimos del siglo XVI y no está exento de frecuentes equivocaciones de pluma, observándose en él muy poco esmero en la ortografía. Contiene los Cent noms de Deu y las Horas de nostra dona Sancta María, copiadas ambas obras de distinta mano.

6.° Otro en 4.° de 24 folios que así mismo nos pertenece. Es de letra también del siglo XVI, y contiene únicamente la quinta parte de la Medicina del peccat bajo el epígrafe de Oració.

7.° Otro en 8.° de 36 folios que se nos ha franqueado, de letra también del siglo XVI, y que además de la misma quinta parte de la Medicina del peccat sobre la Oració, contiene otros varios fragmentos.

8.° Varios códices existentes en la biblioteca del Instituto Balear que entre otras obras contienen algunos de los opúsculos ya citados.

9.° Un tomo en 8.° que comprende una copia moderna de los Cent noms de Deu, sacada quizás de alguno de los códices mencionados anteriormente.

10 Y por último una copia de mano de D. Joaquín María Bover, que contiene el fragmento que va fielmente incluido en la presente colección, titulado De Lulli. - Lo conqueriment de Maylorcha; cuya copia hemos trascrito exactamente, no obstante de las palabras adulteradas que en ella se observan, por no habernos sido dable consultar el original, aunque nos asegura el Sr. Bover haber cotejado escrupulosamente su traslado con el texto de donde lo sacó.

De todos estos códices hemos podido entresacar las obras rimadas de que hacen mención D. Nicolás Antonio, el P. Antonio Raimundo Pascual y otros bibliógrafos y esclarecidos varones que se han ocupado de las obras y doctrina del gran maestro, si se exceptúan las trovas que escribió éste en su juventud, un tratado de lógica en verso que cita el mismo P. Pascual, y que vio D. Nicolás Antonio, si es que sea el mismo que va mencionado en su catálogo, conocido con el nombre de Lógica de Grozell y que será sin duda el que cita Lulio en su Doctrina pueril y que empieza: Deus per fer á nos honrament, el libro llamado Reglas introductorias al Arte demostrativo, que según dice el citado Pascual, está escrito en verso lemosin; y por último el que el nombrado D. Nicolás Antonio continúa en su catálogo con el nombre de Tractatus vulgaris metricus septem fidei articulos demonstrans: cuyas obras no nos ha sido dable encontrar a pesar de todas nuestras pesquisas.

El mismo D. Nicolás Antonio hace mención en su catálogo de otros opúsculos en verso que no son más que libros separados de los tratados inclusos en la presente colección o continuados con distinto nombre. Así por ejemplo el que continúa bajo el de Orationes per regulas artis versibus rhithmicis vulgaribus, no es más que la parte quinta de la Medicina del peccat sobre la Oración; el que llama Liber ducentorum carminum vulgaris linguæ, es el opúsculo sobre el pecado de Adán; y el que titula Liber hymnorum, quizás sea el llamado Horas de nostra dona Sancta María.

Biografía

Entrades mes populars: