martes, 20 de julio de 2021

XIV, la mort dels taronjers.

XIV

LA MORT DELS TARONJERS.
(DEDICADA Á LA VILA DE SÓLLER).

Trist, y assegut vorera
D´un torrent el poeta suspirava,
Veent l´aygua falaguera
Qu´entre los horts passava
Com rams de taronjers al mar portava.

D´exos arbres que foren
El pa y la gloria de l´hermosa vila
Los morts cimals estoren
L´aygua, qui los apila
Vora les roques hont gemechs refila.

S´en van, y aquesta terra
Sembla que pert la poderosa sava,
Com si maleyta guerra
Sos terrers trapitjava,
Com si hagués esclatat en rius de lava.

XIV
LA MUERTE DE LOS NARANJOS.
(DEDICADA Á LA VILLA DE SÓLLER.)

Sentado á la orilla de un arroyuelo de Sóller, el poeta suspiraba tristemente, al ver como el agua, que atraviesa los huertos, arrastraba hacia el mar secas ramas de naranjos.

Ramas muertas, desprendidas de las copas de esos árboles, que fueron el pan y la gloria de la hermosa villa, tapizan la corriente, que las amontona sobre las rocas de la playa, exhalando gemidos.

Se van, y la tierra pierde, al parecer, su poderosa fuerza; cual si malditas guerras asolasen sus campos, ó éstos rebentasen en inmensos ríos de lava.


Sollerica planura
Lo cor un temps encativar solía;
Rich mantell de verdura
A los ulls ofería,
Com bella joya al amador l´aymía.

L´embalsamada flayre
Vos seguía per tot; les suaus aromes
En los replechs del ayre
Banyavan valls y comes,
Desde ´ls horts de taronjes y de pomes.

Baix del ramatje ombrívol
Pau encontrávau y quietut riallera,
Tant si lo Sol altívol
Lluhís en blava esfera
Com si la nit baxava á la pradera...

Ara dòls tenebrosos
Cobrexen exes tanques malaltisses;
En lloch de rams ayrosos
Hi veym branques mostisses,
Lletja la fruyta cau per les bardisses.

Los raigs del cel no doran
L´atapit cimarol hont s´aturavan;
Los rossinyols anyoran
Lo ramell hont niuavan,
Y la fresca taronja que picavan.

El valle de Sóller un tiempo cautivaba deliciosamente el corazon; ofrecía á la vista rico manto de verdura, como valiosa alhaja regalada por la novia al amador constante.

Embalsamado ambiente respirabais por do quiera; los suaves aromas embebidos en los pliegues del aire bañaban valles y cañadas, desde los huertos de naranjos y manzanos.

Debajo de las sombrías arboledas encontrabais paz y alegre silencio; ya el Sol derramase su lumbre desde lo alto de la azul esfera, ya la callada noche descendiese á los prados.

Ahora tenebroso luto visten las enfermizas albarradas; en lugar de airosos ramos vemos ramas marchitas; el fruto, podrido y feo, cae sobre la pedregosa tierra.

Los rayos de la luz no doran ya la tupida copa que ántes no podían atravesar; los ruiseñores echan de menos el ramo en donde construían su nido, y la fresca naranja que picoteaban.


Com l´ivernada freda
Retalla prompte del brancam la fulla,
Axí la mort l´arbreda
Dels taronjers despulla,
Y ses corones de blancor exfulla.

Ho veu la pagesía,
Perduda veu la delitosa terra;
Y l´aspra malaltía
Que los jardins esguerra
Lo goig del camp y del pagés desterra.

Velleta filadora
Ne recorda ´ls ramells qu´ombra li davan;
Marinera cuytora
Retrèu quant carregavan
Les solleriques naus, y al Golf anavan.

¡Pobre gent! ¿algun día
De deutes ofegats parar la taula
No podrèu? ¿L´alegría
Será una vella faula?
¿Vostres camps cobrirá l´inútil saula?.........
Com trista es la carrera
D´un ánima pe ´ls vicis abatuda,
Com trista n´es y fera
Dels amors la cayguda,
Axí n´es trista aquexa arbreda y muda.
Lo xiprer mortuori
Apar que brota en mig de les marjades;
Es lo cant responsori;
¡Y en lloch de dolces fades
Ombres de Mort s´axecan malanades! Agost de 1870. (*)
(*) La poesía anterior, per erro involuntari, té subscrita la data de Agost de 1876. Llegésca ´s pero, Agost de 1868.

Como el helado invierno recorta en breves días del ramaje las hojas; así la muerte desnuda los naranjos, y deshace sus coronas de azahar.

Lo ven los campesinos; perdida ven la deliciosa tierra: y la desesperada enfermedad, que destruye los jardines, destierra la alegría de los campos y de sus habitantes.

La viejecita hilandera se acuerda de los ramos que le daban sombra; la activa marinerilla habla de cuando las naves de Sóller, cargadas de dorado fruto, navegaban con rumbo al Golfo de Leon.

¡Pobre gente! ¿Algun día, cargados de deudas, no podréis llevar tal vez un pedazo de pan á vuestra hambrienta boca? ¿La alegría será para vosotros vieja fábula? ¿Cubrirán estas campiñas inútiles chopos?....

Como es triste el estado de un alma abatida por los vicios; como es triste y fiera la pérdida de los amores; así es triste y mudo ese decadente arbolado.

Paréceme que ya brota en medio de los cármenes el funerario cipres; los cantares se me figuran responsorio; y en lugar de vaporosas ninfas, ¡sólo se levantan horribles sombras de Muerte!

(V. nota 10.)




XIII SÓLLER.

XIII

SÓLLER.
Poesía premiada en los Jochs florals de Barcelona, en Maig de 1871.

¡Oh benhaurada terra
Hont la pau hi té niu, y per la plana
Volateja y la serra,
Hont lo frést nom de guerra
Sòls corre malmenat per veu llunyana!

De bon matí les roses
Que tira el Sol adornan l´alta vía,
Y després envejoses
Les flors del vall hermoses
Obrint los ulls alegran la masía.

Allá, de les pomeres
Que rodejan los horts y les marjades,
Botan, botan rioleres
Les aus dematineres,
Brins á picar pe´ls buyts de les porxades.

XIII

SÓLLER.

Oh bienaventurado país, en donde construye su nido la paz, y revolotea por sierras y llanuras; en donde el grito feroz de la guerra, sólo se deja oír mal conducido por voces lejanas.

Muy de mañana las rosas que el Sol envía, adornan las altas cumbres de los montes; y envidiosas las florecillas del valle, abren sus cálices y alegran las alquerías.

Allí, de los manzanos que rodean los huertos y bancales, saltan las risueñas aves de la mañana, y vuelan á concertar con su piquito la brizna en los derruidos techos.


Y entorn de la caseta
Del festiu llaurador sos lays refilan,
Y entorn de l´Esgleyeta
Cantan ab llur harpeta
Lo chor sagrat que ´ls serafins estilan.

De nit, quant les oscures
Ombres del vall descobren l´estelada,
Se gosan les dolçures
De l´aura perfumada,
Ab los taronjerals enjogassada.

Allá, ´l cor de les nines
Es un cel d´harmonía delitosa;
Dins ell, les veus divines
Gayes veus mallorquines
Se tornan, nostra llengua fent xamosa.

Y les gentils donzelles,
De blanch vestides y color del ayre,
Rumbejan les poncelles
De violes y roselles
Qu´ahir colliren per ´l bon glosayre...

Lo suau de l´harmonía
Que brollar pot de l´eternal Bellesa,
Lo rich de la poesía
Que llúu en la fantasía
Dins Sóller ho ha sembrat Naturalesa.

Posadas ante la vivienda del festivo labrador, ensayan sus deliciosos gorjeos; y, entorno del oratorio de la Madre de Dios, remedan con arpilla melodiosa el coro sagrado que cantan en el cielo los serafines.

Por la noche, cuando se rasgan las oscuras nieblas del valle y descubren el estrellado firmamento, se goza allí la dulzura de la perfumada brisa, que juguetea en los naranjales.

Allí el corazon de las jóvenes es un cielo de deliciosa armonía. En lo interior de este corazon, las divinas voces se convierten en alegres palabras mallorquinas, que hacen más y más graciosa nuestra lengua.

Las doncellas vestidas de azul y blanco, ostentan ramilletes de amapolas y violetas, cogidos la víspera para premio de los trovadores populares.

Toda la suave armonía que puede manar de la eternal Belleza, toda la esplendorosa poesía que relumbra en la imaginacion, las ha esparcido la Naturaleza en el territorio de Sóller.


Si duyt pe ´ls grats aromes
En la Pascua florida vas á l´horta,
Les magranes y pomes
En flor vestint les comes,
La pau revivirán en ton pit morta.

Los taronjers flayrosos
S´abraçan ab les mòres oliveres,
Ab noguerets ayrosos
Los pins maravellosos,
Ab los fassers gracioses llimoneres.

Les llargues ciquioles
Ab goig per entre los verjers murmuran;
Engrossan fontinyoles,
Fins la mar no s´aturan,
Y l´abundancia fértil asseguran.

Esguarda la fumera
Que dels enginys corona les teulades,
Ascolta la feynera
Pobreta jornalera,
Junt dels telers ab les remors variades.

Pero, déxahi la vora
Dels torrentols que raspan les arenes
Del port, déxahi enfora
La mar barbulladora
Que s´entretén jugant ab açucenes.

Si, atraído por los gratos aromas, visitas las amenas huertas durante el risueño Abril, los granados y manzanos en flor que visten las laderas de las colinas, harán revivir la dulce paz en tu pecho.

Los olorosos naranjos, entrelazan sus jóvenes ramas con olivos que plantaron los árabes; tiernos nogales se acercan á altísimos pinos; y esbeltos limoneros crecen al lado de elegantes palmeras.

El agua corre murmurando por las largas acequias, en medio de los verjeles; acrecienta las fuentecillas, y llega hasta el mar, por do quiera derramando la fértil abundancia.

Mira la columna de humo que corona el techo de las fábricas; escucha la voz de la pobre jornalera, y el variado rumor de los telares.

Pero deja la orilla de los torrentes, que remueven las arenas del puerto; deja á la espalda la resonante mar, que juguetea con las azucenas de la playa.


¡Oh! munta al Puig; les glories,
Los esplendors veurás de l´ampla terra;
En formes il-lusories
Les antigues memories
Dés tota l´Illa pujan dalt la serra.

L´arrevellit brancatje,
De But-Naba la viva torrentera,
Del mar l´inmens ropatje,
Sens fons l´espay selvatje,
Al pit retornan sa forçor primera..........

¡Oh terra benvolguda!
¡Lluny, ben lluny dels palaus y les arcades,
Pas´, de Deu ab ajuda,
Ma vida renascuda,
Algun jorn en tes quietes fondalades!

Agost de 1876.


¡Oh! sube con aliento al Puig Mayor: en su cima contemplarás los esplendores de la ancha tierra; y volarán á ti como ilusiones los recuerdos de la antigüedad, desde toda la redondez de la Isla.

El crudo ramaje esparcido, las ruidosas fuentes de But-Naba, el infinito velo que cubre los mares, la salvaje extension del espacio sin fondo, vuelven al pecho la juventud primera......

¡Oh país bienamado! ¡Quiera Dios que mi vida reanimada, se deslice algun día, léjos, muy léjos de los alcázares y palacios, en medio de tus apacibles valles!

(V. nota 9.)

domingo, 11 de julio de 2021

XII, Deyá

XII

DEYÁ.

I

Viatger, qui de Valldemossa
Dexas les antigues tanques,
Y emprèns l´hermoset camí
Cap amunt per la collada;
No´t deturen les pinedes
Qu´environan l´ermitatje,
Ni del mar los blaus llençols
Que devant de tu s´axamplan.
Dexa enrera Miramar,
D´en Ramon Lull noble casa;
Dexa Son Gallart enrera,
Y´ls recorts qu´allí t´aguardan.
Passa puigs vestits d´alzines,
Travessa espessos boscatjes
De gegantins olivers,
Y arriba al peu del vilatje,
La vila tan deliciosa,
Qu´enjoya l´Illa dorada.

XII
DEYÁ
I

Viagero, que abandonas las antiguas cercas de Valldemosa, y enfilas el hermoso camino por todo lo alto del collado;

no te detengan los pinares que rodean la célebre Ermita, ni las azules sábanas del mar, que se extienden ante ti.

Deja á la espalda Miramar, noble casa de Raimundo Lulio; deja también el predio Son Gallart, y los recuerdos que en él te esperan de la Beata Catalina.

Pasa cerros cubiertos de encinares, atraviesa espesos bosques de gigantescos olivos, y llégate al pié de la villa;
la villa tan deliciosa, joya de la Isla dorada.

II

El camí que serpenteja
Casi ranet de les platjes,
A poch poch se torç y acosta
Vers un pujol qui s´atansa.
Vénen horts; les llimoneres
Encreuan ses fortes rames
Ab taronjers perfumosos
Que los sentits embalsaman.
Un torrent el puig rodeja
De roques descapdellades,
Per hont baxan enfurides
Les aygues en l´ivernada.
Dalt lo puig la bella esglesia
Son nou campanar exalta,
Y en l´aspra pendent la vila
Les cent teulades escampa,
La vila tan deliciosa,
Qu´enjoya l´Illa dorada.

III

Viatger, atura ton pas,
Vora l´esglesia descansa,
Asseute sobre ´ls pedrissos,
A l´ombra d´aquexa parra.
Devant, les serres del Teix
Forman inmensa murada;
Derrera, el camí de Sóller
Se pert á dins la montanya.

II

El camino culebrea, siempre cerquita de la playa; tuerce luégo hacia dentro, y se acerca á un cerro que le sale al paso.

Vienen huertos; los limoneros cruzan sus fuertes ramas con perfumosos naranjos, arrobamiento de los sentidos.

Circunvala el cerro un torrente de revueltas rocas, por cuyo álveo bajan en el invierno enfurecidas las aguas.

Sobre el cerro, la bella iglesia levanta su modesto campanario; y en el áspera pendiente, el pueblecito esparce su centenar de casas;

el pueblecito delicioso, joya de la Isla dorada.

III

Viagero, detente; descansa cerca de la iglesia; siéntate en ese poyo, á la sombra de la parra.

Enfrente, las sierras del Téix forman inmensa muralla; á la espalda, el camino de Sóller se pierde en las espesuras.

Lo cel sense nigulets
Extén son blau cortinatje,
Y´l Sol s´estoja tranquil
Allá, per la mar veynada.
Del fons de la vall s´en pujan
Fins á tu remors boscanes,
Y´t saluda ´l rossinyol
Tendra veu d´aquest paratje,
D´esta vila deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada.

IV

¡Quína gent la pagesía
Que coltura estes marjades!
Ací feyneres les dones
Cuydan l´hortet y la casa.
Los hòmens van fora vila
A fer carbó en la montanya;
S´en van lo dilluns matí
Abans de que trenqui l´auba;
Uns en les carboneríes
Passan la dura setmana,
Altres en les possessions
O en les viles no llunyanes;
Y tornan robusts y alegres
Lo capvespre del dissapte,
Per honrar al Creador
Lo Diumenje en son vilatje,
La vila tan deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada.

El cielo, sin nubecillas, despliega su azul cortinaje; y el Sol se esconde tranquilamente, á lo léjos, en el seno del mar, que lame la cercana costa.
Del fondo del valle suben hasta ti los misteriosos ruidos de las selvas; y te saluda el ruiseñor, dulce palabra de estos lugares;
de esta villa deliciosa, joya de la Isla dorada.

IV

¡Qué gente tan buena los montañeses que cultivan estos ribazos! Aquí hacendosas las mujeres, se cuidan del huertecito y de las labores domésticas.
Los hombres se van al campo, á hacer carbon en el monte. Se van todos los lúnes, de madrugada, ántes de salir la aurora.
Unos pasan la semana en las carboneras; otros en las casas de labor, ó en los pueblos vecinos;

Y regresan alegres y robustos por las tardes de los sábados, para adorar al Creador los Domingos, en la parroquia de la villa;

la villa tan deliciosa, joya de la Isla dorada.

V

¡Quín be de Deu les donzelles
Mostran en ses joves cares,
Etcisant aquests contorns,
Conmovent la fadrinalla!
Bellesa qui les anima
N´es de Grecia recordança,
N´es dels moros sa blanor,
Y dels espanyols sa gracia.
Miráu exes pagesetes,
Garrides com les garlandes,
Falagueres com lo vent
Qui remou lo sech fullatje.
A la claror de la lluna,
De los oms sota les rames,
Omplen d´aygua la jarreta,
D´aygua viva aquí brollada,
En esta vila preciosa
Qu´enjoyella nostra patria.

VI

Quant es la festa major,
Casi al mig de l´estiuada,
Fadrinets y fadrinetes
Se posan sos mellors trajes.
Al sò de les xeremíes
Comença ´l ball en la plaça,
Y lluhen los richs volants,
Y ´ls botons d´or y esmeraldes...

V


¡Qué perfecciones adornan el rostro de las doncellas! Hechizan el país, conmueven á los jóvenes!

La belleza que las anima es recuerdo de la Grecia; es de los moros su morbidez, y de los españoles su gracia.

Ved esas aldeanas, lindas como los amarantos, lijeras como el viento que mueve el seco follaje.

A la claridad de la luna, bajo las ramas de los olmos, llenan su jarrito de agua viva, de agua nacida ahí mismo;

en esta villa preciosa, joya de la Isla dorada.

VI

Cuando llega la fiesta del santo Patron del pueblo, en medio del verano, mozos y muchachas visten sus mejores trajes.

Al són de las chirimías se empieza el baile en la plaza; y brillan las blancas tocas, y los botones de esmeraldas y oro...

Quant la dolça primavera
Rumbeja ses noves gales,
Vestit de festa lo poble
Celebra de Deu la diada.
Ab ses capes los prohoms
L´Hostia de Deu acompanyan,
Les fadrines al devant
Ab manteta y filigranes,
Per esta vila preciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada.

VII

Felís, Deyá, felís, poble
Que vius dins estes montanyes,
Lluny de les ciutats superbes,
Lluny de la gloria mundana.
Prech á Deu que te preservi
De la furia que´ns aglaça,
Prech á Deu que may tos fills
Obliden sa tendra mare.
Vora tos monts empinats,
Per dins tes valls amagades
Troba lo viatger salut,
Troba del avior l´imatge.
Les oliveres t´ombrejan,
Los passerellets t´encantan,
Y´l mar dormint á tos peus
Eternalment t´afalaga,
¡Ets la vila deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada!

Juliol de 1873.

Tambien cuando la dulce primavera hace ostentacion de sus nuevas galas, vestido de fiesta el pueblo, celebra el santísimo Día del Córpus.
Los prohombres de la Hermandad, lucen sus largas capas negras, acompañando procesionalmente la Hostia del Señor; las mocitas van por delante, con mantilla y botones de oro afiligranados;
por esta villa preciosa, joya de la Isla dorada.

VII

Feliz, Deyá, feliz, pueblo que vegetas en estas montañas, léjos de las soberbias ciudades, léjos de la gloria del mundo.

Ruego á Dios que te preserve del huracan que nos azota; ruego á Dios que tus hijos no se olviden nunca de la Fe cristiana, su tierna madre.

En tus empinados cerros, en tus escondidos valles, el viagero encuentra salud, encuentra la viva imágen de la antigüedad.

Los olivos te dan sombra, los pajarillos encanto; y el mar, dormido á tus pies, eternalmente te acaricia.

¡Eres, villa deliciosa, joya de la Isla dorada!

(V. nota 8.)

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