LO QUE DIU L'ORENETA.
Ix lo sol apres l'aubada,
Tot es llum lo dematí:
Fills del cel, dexau les plomes,
Les plomes del vostre llit,
Com jo dintre del boscatje
He deixat lo calent niu.
Als crestalls de les finestres
Ab mon bèch a picar vinch:
¿No sentiu com aletejo,
Com also joyosos crits?
Fills del cel, ¡sús! despertáuvos,
Que tot ara cante y riu.
LO QUE DICE LA GOLONDRINA.
Sigue el sol a la aurora, y resplandecen cielo y tierra con los dorados rayos de la mañana: hijos del cielo, dejad la pluma de vuestro lecho, como dejé yo el caliente nido entre el ramaje.
Ya vengo a herir con mi pico los cristales de vuestras ventanas. ¿No oís mis bulliciosos aleteos ni mis regocijados clamores?
Sús! hijos del cielo, despertad que ahora canta y ríe naturaleza.
Ja s' gronxan les campanetes
Per dintre dels valls florits;
Y al embat envien totes,
Llurs dolçes veus y suspirs,
Y cantant diuhen als homens:
- Fills de Adam, del dolor fills,
L'hora del treball es eixa;
Basta, basta de dormir. -
Y cantant als homens diuen:
- Fills de Deu, del amor fills,
De l'oració aqueixa es l'hora,
Qu'es vida del esperit. -
Axó diuhen les campanes
Per dintre dels valls florits,
Aucells del cel, animetes,
Encativats xerafins,
Esteneu les vostres ales
Del amor y del desitj;
Y los aucells de la terra,
Prompte no 'us podrán seguir.
¡Ah! ¡si com só una oreneta
Ab feixugas ales vils,
Hont la forsa no m'arriba
Arribás lo meu instinct!
¡Ah! ¡si jo fòs com vosaltres,
Sublime esbart d'esperits!
Ab lo foch de la esperansa,
Ab la set de lo infinit,
Lo mèu vol de viva fletxa
Res podria detenir;
Ya se mecen las campanas en el florido valle y envían todas al aura su voz y sus dulces suspiros, y dicen con su cantar a los hombres: - Hijos de Adán, hijos del dolor, la hora del trabajo es esa, basta, basta ya de dormir. -
Y dicen con su cantar a los hombres: - Hijos de Dios, hijos del amor, esa es la hora de la oración, vida del espíritu. -
Esto dicen las campanas haciendo resonar sus notas argentinas en los floridos valles. Avecillas del cielo, almas puras, serafines prisioneros, tended las alas del amor y del deseo y muy pronto no podrán seguiros en el vuelo las avecillas de la tierra.
Ah! si en vez de ser una golondrina de vil y pesada pluma, alcanzara mi instinto a donde mi poder no llega!
Ah! si yo fuera cual vosotras, sublime cohorte de espíritus! Con el fuego de la esperanza, con la sed del infinito, ninguna cosa podría detener mi vuelo de flecha disparada,
Ni l'imperi de la fosca
Que s'estén a mitj camí,
Ni del sol l'inmens impèri
Que flameja al altre mitj,
Fins als peus no pararia
Del trono del Sol diví,
Per humilment oferirli
Lo goig que umpl' are mon pit.
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ni
el imperio de las tieneblas (tinieblas) que se estiende
a medio camino, ni el imperio del sol que centellea en el otro medio,
y no pararía hasta el trono del Sol divino para ofrecerle humilde el
gozo que en estos instantes de mi corazón rebosa.
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(Hau de lligí Pedro Saputo en chapurriau aon pinte un niu de oronetes.)